La angustia se apoderó de las familias de la comarca El Rincón de los Garcías, Villanueva, por la tragedia que ocasionó el derrumbe de la mina y el futuro incierto en esta área de trabajo de 1,800 metros cuadrados.
Los cuatro humildes mineros artesanales que murieron tras el derrumbe fueron sepultados ayer a las 8:30 de la mañana en el cementerio local. Para ellos hubo misa de cuerpo presente en la parroquia Inmaculada Concepción de María, el templo conocido como “La Catedral del Norte” en Chinandega.
Vicente Arturo Olivares, maestro del lugar, declaró que la mina quedó desierta después de las 10:00 de la mañana del martes al localizar bastante profundo a Eynard López Santana, (26) el cuarto y último de los cadáveres rescatado tras quedar soterrado por toneladas de tierra.
“Aquí la gente tiene temor por lo ocurrido. Son sesenta comunitarios que se turnan en grupos de veinte cada 24 horas para trabajar ahí en la mina. Pienso que para continuar extrayendo la tierra tienen que estabilizar el terreno por la gran cantidad (de tierra) que fue removida”, dijo Olivares.
El docente explicó que en dependencia de lo extraído se reparten las utilidades, las que oscilan por persona entre 1,500 y 2,000 córdobas cada semana.
SIN PROTECCIÓN
Ramón Tercero, delegado de Gobernación en Chinandega, expresó que autoridades involucradas en el tema, como Marena y el Instituto de Energía y Minas podrían regular el proceso de extracción de oro.
Por su parte, Zeneida Elizabeth de López indicó que su esposo fallecido, Eynard López Santana, había cumplido dos años de trabajar en la mina, con él había procreado una bebé. “No usaba ningún equipo, no llevaba nada”, expresó la jovencita.
Don Arnoldo Betanco Beltrán dijo que tiene mucha experiencia en labor artesanal minera en Santa Pancha, León, en Mina de Agua y El Rincón de los Garcías.
“Conozco todos estos pozos aquí. Ahí abajo es suavecito (débil) y esta gente estaba trabajando así nomás; nosotros allá en Mina de Agua trabajamos con madera asegurando las escalas y aun así con avenidas retuerce las soleras de 6 por 8. Aquí, mire, están al aire libre. Este es el único trabajo donde la gente busca cómo defenderse, esto aquí está todo quemado, no hay fuentes de trabajo, es triste la vida aquí”, mencionó el experimentado minero artesanal.
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