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La trampa informática

Ya desde algunos años los pedagogos occidentales están discutiendo acerca del sentido y el beneficio de las modernas tecnologías de presentación en las aulas de clases: ¿Es apropiado que los alumnos desde tempranas edades se estén familiarizando con el uso de laptops, whiteboards, tabletas y visualizadores ópticos.

Ya desde algunos años los pedagogos occidentales están discutiendo acerca del sentido y el beneficio de las modernas tecnologías de presentación en las aulas de clases: ¿Es apropiado que los alumnos desde tempranas edades se estén familiarizando con el uso de laptops, whiteboards, tabletas y visualizadores ópticos.

¿No es necesario que nuestros hijos adquieran cuanto antes posible las debidas habilidades de usuarios, que demanda el mundo académico y profesional? Sí, exactamente esto es correcto, opinan unos. Erróneo, dicen otros. Debido a sus limitadas habilidades motoras finas los niños en la primaria hoy en día ya no son capaces de aprender a escribir de forma adecuada.

Ellos son abrumados por las posibilidades de un mundo tecnificado, están sometidos a una sobreestimulación conceptual y son inhibidos sistemáticamente en su capacidad de concentración. El déficit atencional es la consecuencia. Y el último recurso es Ritalin.

Sea positivo o negativo, no importa cómo se contempla, la respuesta está —como tantas veces en la vida— en el medio. De hecho, el uso demasiado temprano de laptops, tabletas o smartboards aparenta ser más dañino que cuando se comienza más tarde.

Ciertamente los padres estamos orgullosos si nuestros hijos a la edad de 10 años ya dominan de manera soberana todo tipo de microcomputadoras, consolas o pantallas táctiles. Al fin y al cabo eso demuestra no solo su supuesta inteligencia, sino también podemos estar orgullosos por haber mimado a nuestro retoño con el último grito del mundo de la tecnología, o sea, que hemos gastado dinero en eso. ¿Quiere decir que hemos invertido plata en la educación de nuestros pequeños? No, lamentablemente no es así.

El aprendizaje de ciertos procedimientos de operación de programas computarizados más bien es cuestión de acondicionamiento, pero no de la edad o menos de la inteligencia. Lo ideal sería que los niños, mientras estén adquiriendo conocimientos básicos como escribir y leer, calcular y pintar, no sean conducidos paralelamente a las técnicas de presentación tecnológicas. A la edad de 7 a 12 años, los niños desarrollan habilidades emocionales, que influyen en gran medida en sus intereses intelectuales posteriores, también en su selección de carrera.

Sin embargo, si a esta edad no se practica la lectura de un texto literario con libros de verdad, el dibujo geométrico con lápiz y regla ni el aprendizaje de un instrumento musical, porque todo esto ya existe en forma de libro electrónico, de programa geométrico, como composición electrónica en una tableta, entonces no solo el niño no aprende a ser creativo, sino también carece de experiencias sensibles.

El motor de una flautista puede prosperar en arte, el manejo de notas de un programa musical queda en lo que es —un simple juego—. Más tarde, en la secundaria, la aplicación de la tecnología informática adquiere un sentido real: se pueden evitar los libros escolares pesados en una mochila, cuando son almacenados como libros electrónicos. Power Point y Smartboard pueden complementar congenialmente mi presentación, sin embargo no reemplazarla.

Quien en la secundaria no domina la lectura superficial de textos, quien no sabe diferenciar lo esencial de lo menos esencial, quien se pierde en Google buscando una palabra clave o anda escarbando en Wikipedia, ya que le falta la capacidad para la apropiación coherente, al parecer comenzó demasiado temprano con la técnica. Se presenta, sin realmente entender, se lee en voz alta sin internalizar.

Los departamentos de recursos humanos saben perfectamente que el problema no consiste en el dominio insuficiente de las tecnologías informáticas, sino en la falta de aptitudes comunicativas, de habilidades para resolver problemas, de conocimientos generales, en el bajo grado de creatividad, imaginación y visión.

Ningún arquitecto, ningún despacho de ingenieros, ninguna empresa despide a empleados por no saber manejar su software —sino porque no saben sacarle el debido provecho—. El software tecnológico en la era de la computación es un resultado de nuestro software humano en la mente.

Si esta no recibe los debidos estímulos a temprana edad, sino solo acondicionamiento, lo más probable es que el niño, el adolescente se queda en su futuro camino. Y allí ni la mejor aplicación de juegos lo podrá salvar.

El autor es director del Colegio Alemán Nicaragüense.

Columna del día educación informática trabajo archivo

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COMENTARIOS

  1. el tigre
    Hace 9 años

    La cibernética está ocupando espacios cada vez más considerables en la educación formal, sobre todo a las competencias básicss (la lectoescritura, mediante la construcción de sociedades irreales, artificiosas, protéticas, ágrafas, inmediatistas, fragmentadas, superficialistas, facilistas, enajenadas, consumistas y tiranizadas por el consumo desaforado y la banalidad de la imagen. La tarea urgente: centranos en el interés,atención,perseverancia y el esfuerzo como REGLAS DE ORO DE LA EDUCACION.

  2. fultp
    Hace 9 años

    Tanto la calculadora como la computadora son recursos tecnologicos que deben ser utilizados para agilizar el,calculo y/o ampliar la informacion tematica, nunca como metodo de aprendizaje.

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