Consolidar su tienda de chocolates en una empresa bien posicionada no solo en Nicaragua, sino en Centroamérica, como una cadena de franquicias, es uno de los sueños que ronda desde hace muchos años la cabeza de Micaela Cabrera, chef internacional y propietaria de la recién inaugurada propuesta: Cacao & Cía.
Micaela es amante a la cocina y para ello tuvo que realizar muchos esfuerzos en su vida, demostrando así que lo imposible no existe y todo objetivo que una persona se trace en la vida se puede lograr con esfuerzo y perseverancia.
Estudió para ser chef internacional y se especializó de forma integral en la pastelería y chocolatería. Pero primero se recibió en comunicación social con énfasis en mercadeo, aunque reconoce que jamás ejerció la profesión.
“Cuando decidí que me gustaba la cocina fue tanto el desacuerdo de mi mamá con la idea —porque mi familia es de creencia judía— que me amenazó con no pagarme los estudios porque creía que ese oficio no me generaría el suficiente dinero para vivir, fue así que opté por la comunicación”, recuerda la emprendedora.
Al finalizar esa etapa, el primer lugar donde trabajó fue una cadena de restaurantes en México y así conoció varios países del mundo, donde además de probar la cuchara local, fue aprendiendo aspectos que le serían de gran utilidad en la puesta en escena de su propio negocio.
De esa forma Micaela vivió en El Salvador, Ecuador, Argentina y diferentes países de Europa. Aunque es originaria de Argentina, cuenta con la nacionalidad nicaragüense, ya que parte de su infancia y adolescencia la vivió aquí, entre 1977 y 1990.
“Amo el chocolate y deseo compartir con Nicaragua las más deliciosas experiencias en cuanto a este grano que tiene una gran historia y antecedentes en Nicaragua, ya que en este país fue el primer lugar donde se desarrolló”. Micaela Cabrera, propietaria Cacao & Cía.
SU REGRESO
Después de más de veinte años valoró desarrollar en Nicaragua una tienda de pastelería fina y chocolates, pues cree que no existe en el país una propuesta de ese tipo. “Mi sueño desde un inicio era muy costoso, pero desde 2010 que regresé a Nicaragua seguí trabajando, ahorrando y comprando utensilio por utensilio que utilizaría en la tienda, desde los moldes para el chocolate hasta materia prima”, cuenta la chef.
Micaela recuerda que el contexto en que regresó a Nicaragua fue muy duro para ella, puesto que su mamá recientemente había fallecido. “Para mí era hacer un borrón y cuenta nueva. Era el inicio de otra etapa en mi vida y para lograr mi sueño trabajé en varios comedores industriales, donde siempre hice énfasis en las buenas prácticas”, explica.
HA QUINTUPLICADO SU PRODUCCIÓN
Y luego de varios años de trabajo, logró reunir el dinero suficiente para iniciar su sueño, su propia idea de negocio: Cacao & Cía. El monto inicial estimado es de unos 25,000 dólares, dinero que según Micaela no lo tuvo todo de una vez, sino que trabajó con ahínco para obtenerlos.
Desde el pasado mayo este negocio se instaló en la capital y pese a tener solo seis meses operando, la emprendedora califica como exitoso su inicio, pues en ese período ha quintuplicado su producción. Y lo más importante para ella es que nota que el rostro de quienes la visitan cambia durante su estadía en la tienda, luego de probar sus postres.
Su filosofía, según Micaela, es hacer sentir al cliente como en casa y para ello ha recreado en la tienda un espacio acogedor que le permite experimentar a los clientes esa sensación de estar donde los amigos.
“Con esa idea que tenemos invitados y no clientes, recuerdo que un amigo en cierta ocasión me reclamó que a las visitas no se les cobra (sonríe), pero de esto se trata que brindemos la mejor opción a las personas que nos visitan”, expresa Micaela.
En Cacao & Cía la oferta es tan variada como las estrellas en el cielo, afirma su propietaria, pues además de los postres hay bombones, trufas, barras de chocolates, postres fríos, combinados con frutas tropicales, otras de temporada, y productos muy nacionales.
Para la emprendedora el trabajo en equipo, la perseverancia y el aspecto visionario son elementos vitales para desarrollar una línea de trabajo que les conduce al éxito y les impida bajar la guardia frente a un mercado que cada día se vuelve más exigente en su paladar.
RED DE PROVEEDORAS LOCALES
Gran parte del cacao que se utiliza en este nuevo negocio es nacional, cuenta su propietaria Micaela Cabrera, quien cree en la importancia de compartir una propuesta que retome el aspecto del origen y procedencia de lo utilizado.
Asegura que mantiene contacto con mujeres de distintas cooperativas a nivel nacional, a quienes les compra frutas, café, cajeta.
“Es una forma de brindar empleo a las personas locales que también realizan un trabajo importante y que desarrollan un aporte económico a sus familias y al país. No me considero una capitalista y por eso mantengo la filosofía de ayudar en lo que pueda”, dice Micaela.
Las mujeres a quien ella compra otras materias primas son originarias de Ticuantepe, Nandaime, Diriá y Estelí, en el centro norte del país.
Cabrera asegura que este tipo de relaciones son importantes para desarrollar un producto con mayor calidad, ya que garantiza la frescura de los productos.
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