En 1996, el escritor cubano Guillermo Cabrera-Infante presentó la película Aventurera (1950), como parte del Festival Internacional de Cine de Miami, con estas palabras: Cuando un productor de Hollywood vio la primera prueba de Fred Astaire dijo: Ligeramente calvo, no sabe cantar, baila un poquito; de Ninón Sevilla podríamos decir que no sabe actuar, no sabe cantar y no sabe bailar.
Las palabras (inoportunas) del escrito provocaron protestas entre el público que llenaba completamente el imponente teatro Gusman, pero algo de cierto había en ellas: A Ninón (que tenía una sorprendente agilidad gracias a su contextura delgada), le faltaba a veces naturalidad al bailar, y si bien fue la mejor actriz entre las rumberas, su talento no era comparable al de una Columba Domínguez o una Estela Inda.
Pero indiscutiblemente fue la reina del llamado cine de rumberas, en la Época de Oro del cine mexicano, y la única que alcanzó el status de mito.
Con su énfasis en los amores condenados al fracaso y las mujeres fatales, el cine de rumberas tenía marcada influencia tanto del realismo poético francés como del film noir de Hollywood, mezclando también elementos del cine musical.
Los argumentos se ambientaban en los bajos fondos de las grandes ciudades y hubo siempre una intención de crítica social (la pobreza extrema, el abuso de la mujer por hombres sin escrúpulos, las diferencias de clases).
Además de Ninón, completan el grupo de grandes rumberas del cine mexicano: María Antonieta Pons (el ciclón del Caribe), protagonista de Siboney (1938), dirigida por el mítico Juan Orol (con el que estuvo casada); Meche Barba, protagonista de Humo en los ojos (1946); la despampanante Rosa Carmina, dirigida por Orol (su segundo marido) en Gánsters contra charros (1947); y Amalia Aguilar, coprotagonista (con Germán Tin Tan Valdés) de Calabacitas tiernas (1949) dirigida por Guillermo Martínez Solares.
[doap_box title=”Películas” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]La filmografía de Ninón Sevilla incluye:
Señora tentación (1948; con David Silva y Susana Guízar).
Sensualidad (1951), con Fernando Soler; Yambao (1957), rodada en Cuba, con tema de la santería afrocubana.
Noche de Carnaval (1984) por la que obtuvo el prestigioso Ariel del cine mexicano.
También intervino en la famosa telenovela mexicana María la del barrio (1995), con Thalía (que actuó junto a otras leyendas de la época de oro: Meche Barba y Títo Guízar).[/doap_box]
Todas, excepto Meche Barba, eran cubanas. Meche, de madre mexicana y padre español, se crió en México, pero había nacido en Nueva York. Aguilar fue la mejor bailarina del grupo, aunque menos famosa que las otras cuatro.
Ninón Sevilla tenía cintura estrecha, amplias caderas, piernas largas, cabellera rubia, nariz respingona, labios sensuales y enormes ojos negros que le servían bien en las escenas dramáticas. Protagonizó la obra cumbre del cine de rumberas, Aventurera (1950), dirigida por el mexicano Alberto Gout, con Rubén Rojo, Tito Junco y la gran Andrea Palma (como una dama de la alta burguesía que maneja, paralelamente, un servicio clandestino de prostitutas).
La propia Ninón se encargó de la coreografía (lo hacía con regularidad), junto con Julián de Meriche. La secuencia más inolvidable de la película se desarrolla en un cabaret, desde cuyo escenario Pedro Vargas canta la canción de Agustín Lara que da título al filme, mientras Ninón recorre sensualmente el local, fotografiada con el claroscuro propio del film noir.
Como película de culto, es decir, una película que sin ser cine de qualité fue y sigue siendo reverenciada por millones de espectadores (entre ellos Francois Truffaut en su época de crítico de la revista Cahiers du Cinéma), Aventurera inspiró una exitosa comedia musical homónima, producida por Carmen Salinas e interpretada por Edith González en su presentación inicial (1998) en el D.F.
Sevilla logró su mejor actuación dramática en Víctimas del pecado (1951), dirigida por Emilio el Indio Fernández, con argumento similar al del filme chino La diva (1934), con la malograda Ruan Lingyu. Ninón interpreta a una mujer pobre, explotada por un proxeneta (Rodolfo Acosta), obligada a criar a su hijo pequeño (magistralmente interpretado por Ismael Pérez Poncianito) en las circunstancias más adversas.
La gran novela de Manuel Puig, El beso de la mujer araña , incluye una película de rumberas entre las que Molina le cuenta a su compañero de celda (el propio Puig me confirmó que el relato dentro de la novela es una mezcla de varias películas de Ninón).
Nacida Emelia Pérez Castellanos en la Habana, Cuba, la Venus dorada (como la llamaron) falleció en Ciudad de México de causas naturales, el 1 de enero de 2015, a los 85 años de edad (la sobreviven Amalia Aguilar y Rosa Carmina).
Ver en la versión impresa las páginas: 7 B