La III Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) que se realizará a finales de mes en la provincia de Heredia, llevará de nuevo a Daniel Ortega a Costa Rica, país que lo ve con recelo y mantiene frías relaciones con Nicaragua por conflictos fronterizos que se ventilan en la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
En Costa Rica dan por hecho su visita a un foro latinoamericano del cual es impulsor, pero hasta hoy su presencia no ha sido confirmada de manera oficial; aunque el diputado sandinista Jacinto Suárez dijo en Managua que Ortega llegaría a la Cumbre a exponer a los presidentes el proyecto del Canal Interoceánico en Nicaragua.
“El presidente cuando anunció el inicio de la construcción del canal (el 22 de diciembre pasado), dijo que vendría a la Celac para informar al resto de colegas centroamericanos y del Caribe sobre el proyecto del gran canal”, ha dicho el embajador de Nicaragua en Costa Rica, Harold Rivas.
Para el analista político costarricense, Claudio Alpízar, Ortega tendrá que venir a Costa Rica no solo por “la multilateralidad de la cumbre”, sino porque fue uno de los principales impulsores de este foro junto con el fallecido presidente de Venezuela, Hugo Chávez; en sus afanes de desvincular a la región con Estados Unidos, Canadá y la Organización de Estados Americanos.
Alpízar no considera que Ortega vaya ser recibido con una actitud hostil por los costarricenses, debido al resentimiento existente por el conflicto fronterizo de Harbour Head que provocó una denuncia costarricense en La Haya, alegando invasión nicaragüense en el año 2010.
“Lo principal en este caso es que el costarricense es por naturaleza respetuoso y muy amante de la paz, ciertamente hay un resentimiento por la actitud no del pueblo de Nicaragua sino del gobierno actual de Nicaragua en relación a lo acontecido con la famosa isla portillo calero (Habour Head)”, analizó Alpízar
“Yo no veo que pueda ser mal recibido. No veo movimientos de manifestaciones contra él. Es posible que sienta algún frío en la relación con alguna ciudadanía; pero no veo la posibilidad de que sea atacado verbalmente y menos físicamente; puesto que los costarricenses hemos sido históricamente muy respetuosos de lo que salga de la Corte Internacional de Justicia”, añadió.
La última vez que Ortega visitó Costa Rica fue a inicios de mayo de 2013, cuando el presidente de Estados Unidos Barack Obama estuvo en Costa Rica para una cumbre con colegas centroamericanos.
En ese momento Ortega le habló a Obama del derecho de Nicaragua de poder construir un canal, pero sus declaraciones a su llegada al aeropuerto costarricense de que las relaciones con Costa Rica eran “normales” y que “los temas polémicos están donde deben de estar: en la Corte Internacional de Justicia”, fueron rechazadas por el entonces gobierno de Laura Chinchilla.
“No, no son normales”, rechazó el entonces canciller Enrique Castillo. “En el momento en que Nicaragua cumpla las órdenes de la Corte (sobre medidas cautelares por el conflicto), al día siguiente podemos sentarnos a conversar, pero Nicaragua debe mostrar respeto por la Corte, sacar a los guardabarranco (grupos juveniles que visitan la zona de conflicto) y sacar el ganado que ha metido ahí”, insistió Castillo.
Durante esa visita, “hubo un intercambio de saludos, tanto a la llegada como a la salida entre Ortega y Chinchilla”, precisó Castillo.
Ortega visitará Costa Rica por primera vez desde que Luis Guillermo Solís asumió la presidencia el 8 de mayo del 2014. Solís invitó personalmente a su investidura a los mandatarios de Centroamérica y República Dominicana, excepto a Ortega; pero ha mantenido relaciones respetuosas con Nicaragua.
“El presidente Solís desde su arranque fue muy drástico en relación a que no fue a invitar al presidente Ortega a la toma de posesión, basado en ese tema de la Isla Calero, pero en aquel momento era una cuestión bilateral”, recordó Alpízar,
“En este otro caso Costa Rica es sede de un organismo multilateral, donde el presidente aparte de que es presidente de Costa Rica está presidiendo la Celac y está obligado a darle un trato igual dentro del marco de la diplomacia a todos los presidentes. En este caso el presidente Solís va tener una actitud diferente que lo más prudente para mí, sería que se evite entrar en un conflicto por un tema bilateral comprendiendo que la actividad de Celac es una actividad regional y multilateral”, añadió.
La III Cumbre de la Celac reunirá el 28 y 29 de enero a 33 mandatarios y Jefes de Estado de Latinoamérica y el Caribe, quienes abordarán temas como el combate a la pobreza, la reapertura de relaciones entre Estados Unidos y Cuba, y otros. Costa Rica traspasará la presidencia Pro témpore a Ecuador.