Thomas Carlyle, historiador y escritor escocés del siglo XIX, dejó escrito el pensamiento de que “puede ser un héroe lo mismo el que triunfa que el que sucumbe, pero jamás el que abandona el combate”.
La sentencia de Carlyle identifica cabalmente a Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, Héroe Nacional, Mártir de las Libertades Públicas de Nicaragua y Director Mártir de LA PRENSA, quien fuera asesinado en un día como hoy, hace 37 años.
Pedro Joaquín Chamorro Cardenal no triunfó, en el sentido de que no pudo ver la caída de la dictadura a la que combatió con perseverancia y valor, con pasión e inteligencia, pero la precipitó con su martirio.
Se puede decir también que Pedro Joaquín Chamorro Cardenal sucumbió en esa lucha, pues cayó en el áspero y peligroso —pero igualmente glorioso— camino que conduce a la conquista de la libertad y la democracia. Y jamás abandonó el combate para establecer en Nicaragua una auténtica República, fundada sólidamente en los principios, valores e instituciones de la separación de poderes, independencia de la justicia y honestidad de los funcionarios judiciales, elecciones libres y limpias, alternabilidad en el poder, transparencia gubernamental, respeto a los derechos humanos, pluralismo político efectivo, libertad de expresión y de prensa sin restricciones de ninguna clase, etc.
Esa República no existía en la época del somocismo, a pesar de que se decía que el gobierno de Nicaragua era republicano. Esa República tampoco existe ahora, bajo el régimen orteguista autoritario, a pesar de que según se dice en el artículo 2 de la Constitución “Nicaragua es una República democrática, participativa y representativa”.
Por eso es que decimos con frecuencia —y debemos repetirlo hoy que conmemoramos el 37 aniversario del asesinato de Pedro Joaquín Chamorro Cardenal—, que sus ideas, sus principios y sus propuestas para establecer en Nicaragua una República libre, democrática, justa, equitativa, sanamente nacionalista, progresista, próspera y desarrollada, siguen teniendo tanta vigencia como la tenían cuando él vivía y luchaba. Y decir que esos principios siguen siendo una bandera de lucha que todos los nicaragüenses que anhelan la democracia y la libertad, deberían enarbolar y usar como guía para la acción.
En las universidades donde hay escuelas de periodismo, debería haber la cátedra Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, si lo que se enseña en ellas es el periodismo auténtico, libre, independiente, crítico, vigilante del ejercicio del poder, incansable buscador de la verdad e intransigente promotor de la justicia y del respeto a los derechos humanos.
Los partidos políticos que quieren establecer o restablecer en el país la democracia republicana, deberían hacer de los principios y valores proclamados y escritos por Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, su inspiración y su programa de acción para todas las ocasiones, para todos los días y para todos los objetivos.
Cada nicaragüense debe honrar la memoria de Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, Mártir de las Libertades Públicas de Nicaragua, Héroe Nacional y Director Mártir de LA PRENSA, quien con su lucha y sacrificio precipitó la caída de la dictadura somocista y con su ejemplo, sus ideas y sus principios, llama a derrotar a una nueva dictadura.