Tres miembros de la Iglesia católica condenaron ayer los sucesos de Pantasma, Jinotega, y demandaron una investigación a fondo que dé con los autores del crimen de dos presuntos armados y un pequeño productor, hecho que fue calificado por monseñor Silvio Fonseca, vicario de la Familia de la Arquidiócesis de Managua, como crimen de lesa humanidad.
La violencia nunca nos ha llevado a la paz, sino a la confrontación, la división y al dolor. Monseñor Herrera dijo que estaba muy triste, y que no tenía todos los datos (de lo sucedido) y no podía dar una opinión de qué o quién fue o no, sino que invitaba a las instituciones propias como la Policía, para que use todos los medios para que se esclarezca este hecho. Él me dijo que eran grupos que prácticamente tienen sus ideologías, sus inclinaciones, pero lo que él pedía es que oráramos y que evitáramos todo acto de violencia, refirió el líder religioso.[/doap_box]
Lo sucedido en Pantasma es un crimen, es lesa humanidad que debe ser aclarado a profundidad y confirma que sí hay insurgentes, algo que ellos mismos (Ejército y Policía) han negado por todos los medios, afirmó el vicario de la Familia.
El guía espiritual también explicó que en cualquier insurrección armada o social siempre se debe respetar la vida de la persona, recordando que esto está estipulado hasta en los convenios internacionales.
RESUCITAN FANTASMA DE LA GUERRA
El fantasma de la guerra está resucitando de nuevo (…), ha habido crímenes que quedaron en la impunidad, recordemos aquel acto terrorista cuando le mandaron al comandante de la contra, Nortiel, un radio con explosivos, los explosivos ya sabemos quién los maneja en este pueblo, dijo el sacerdote Eliar Pineda durante el sermón en la Iglesia de los Ángeles, de Jinotega.
Pineda exhortó a quienes son mandados a cometer estos atentados a declinar esas órdenes y pidió conversión y que cesen los crímenes que han dejado una estela de dolor en las viudas y huérfanos de la zona de Pantasma, que ha sido un lugar lleno de sufrimiento desde hace ya mucho tiempo.
Ha llegado el momento que la Policía y el Ejército nacional den la cara ante los crímenes cometidos en la comunidad de El Portal, dijo Pineda.
Monseñor Fonseca sostuvo que es triste que los nicaragüenses después de vivir una guerra de los años ochenta, donde las madres, campesinos y jóvenes que vivieron un verdadero drama esté regresando al país y lo que ha pasado allí no fue ayer, esto se viene manejando desde hace rato en la zona: de que hay insurgentes, de que hay inconformidad de lo que pasa en Nicaragua. Esto nos hace regresar a los años ochenta, señaló.
Fonseca indicó que Nicaragua vive una violencia, a la cual se debe hacer un alto para que cese y hasta comparó al país con lo que se vive en Irak, Siria y Pakistán.
No hay necesidad de irse hasta Irak, Siria o Pakistán, donde se habla de violencia cuando aquí en Nicaragua estamos viviendo en carne propia la violencia. Lo mismo que se vive allá se vive también, con distintos métodos de violencia, pero la violencia es la misma, lamentó Fonseca.
EN LA POLICÍA NADIE CREE
Por su parte el sacerdote Eliar Pineda dijo que la población jinotegana ya está cansada y que los niveles de credibilidad de la Policía local son absolutamente nulos, recordando los asesinatos que han quedado impunes a lo largo de los años. En la Policía y me disculpan que sea tan franco, nadie cree, sobre todo en Jinotega ha habido cambios de croquis de accidentes y ha habido crímenes que no han sido aclarados como el del hermano Paulo Ponce, quien fue asesinado de manera atroz en el cementerio
Urge una respuesta a lo que está pasando, porque eso no puede quedar impune; porque aquí tenés a un Ejército y Policía eficiente cuando quiere actuar, que den a conocer los actores intelectuales y materiales de esos hechos y lleven a los culpables ante la justicia, dijo monseñor Fonseca, vicario de la Pastoral Familiar.
Fonseca reflexionó que cuando las instituciones no desempeñan su trabajo como lo manda la ley pierden el respeto de la sociedad y es cuando la población busca la justicia por sus propias manos.
Si no aclaran las instituciones pertinentes, entonces, la gente busca la justicia por sus propias manos. Esto es de graves consecuencias y si no se para la violencia esto generará efectos de grandes magnitudes, entonces, que paren la guerra y no se siga matando a los campesinos, porque todos tenemos derecho a expresar nuestras ideas y por una de ellas nadie debe ser aniquilado. Lo que se vive ahora es un retroceso y urge pararlo ya, reflexionó monseñor Silvio Fonseca.
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