Con el aumento del flujo de remesas de los últimos años también crece la importancia de ese dinero en la subsistencia de las familias que lo reciben. Pero también es clave para el dinamismo de los sectores comercio y servicios, y por ende, de su aporte al crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de Nicaragua.
A la vez el incremento de las remesas familiares evidencia la creciente migración por la incapacidad del mercado laboral del país, para absorber la nueva fuerza de trabajo en rápida expansión, sostiene el economista Adolfo Acevedo.
En lugar de que la economía local se beneficie, el economista señala que los datos oficiales evidencian que en alguna medida, el bono demográfico nicaragüense está siendo aprovechado por los países de destino de los migrantes, porque incrementa en ellos el peso de la población en edad de trabajar, contribuye a rejuvenecer su perfil demográfico, e impulsa su crecimiento económico.[/doap_box][doap_box title=”Miles se van” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]El Banco Central de Nicaragua aún no publica el informe anual de las remesas de 2014, pero el del tercer trimestre reitera que Estados Unidos, Costa Rica, España y Panamá son los principales países de origen de ese dinero a Nicaragua.
Desde Estados Unidos y Costa Rica —donde históricamente prefieren migrar los nicaragüenses en busca de empleo—, en conjunto se envió el 80.5 por ciento de las remesas al país.
Se estima que al cierre de diciembre de 2013 residían en Estados Unidos 21 millones de latinoamericanos, de los cuales 14.4 por ciento son centroamericanos, según el estudio Las remesas en América Latina y el Caribe en 2013: aún sin alcanzar niveles de precrisis, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Las cifras oficiales del gobierno de Costa Rica confirman que la migración documentada de nicaragüenses a esa nación aumenta anualmente en veinte por ciento. Los registros de Migración y Extranjería costarricense (con datos del Consulado tico en Managua) son que el año pasado 480 mil 123 nicaragüenses ingresaron a Costa Rica.[/doap_box]
El especialista enfatiza que la creación de empleos de muy baja productividad y remuneración, equivalentes al subempleo, obligan a la población en edad de trabajar a migrar en busca de las mejores oportunidades laborales.
Fueron 1,135.8 millones de dólares en remesas llegadas al país en 2014. De acuerdo con las estadísticas del Banco Central de Nicaragua (BCN) fueron 58.1 millones de dólares más los enviados que el año anterior.
El flujo de dinero enviado por familiares de nicaragüenses residentes en el exterior creció 5.39 por ciento en 2014, una tasa importante, pero menor a las de los cuatro años previos cuando promedió 8.8 por ciento.
DINAMIZA COMERCIO
Estados Unidos (EE. UU.), Costa Rica, España y Panamá son los principales países de origen de las remesas recibidas en Nicaragua. El promedio de dinero estuvo en 210.06 dólares, calculados entre los montos enviados de EE. UU., Costa Rica y España, refiere el BCN.
Alrededor del 70 por ciento de las remesas las captan los departamentos de Managua, Chinandega, León, Estelí y Matagalpa, según los informes oficiales.
Rosendo Mayorga, presidente de la Cámara de Comercio y Servicios de Nicaragua (CCSN), explicó que los datos que disponen es que el 92 por ciento de todas las remesas del país van para lo que es consumo y comercio.
Basados en esa cifra, 1,044.9 millones de dólares, del total de remesas recibidas, se inyectó en el sector comercial en 2014.
Las familias lo usan para comprar alimentos, bebidas, electrodomésticos, prácticamente es un soporte familiar, enfatiza Mayorga.
El dinero enviado por familiares de los nicaragüenses en el exterior representan un peso importante en el crecimiento de la economía del país. El Programa Económico Financiero (PEF) 2014-2018 refiere que las remesas representan el nueve por ciento del PIB anual.
Las estadísticas oficiales le permiten al economista Acevedo sustentar que las remesas sostienen el nueve por ciento del PIB de Nicaragua desde 2004.
Es tal la importancia para la economía nicaragüense que superan el monto de la Inversión Extranjera Directa (IED) como fuente de recursos externos. El PEF refleja que la IED representa el siete por ciento del PIB.
Por tanto Acevedo señala que las remesas tienen impactos macroeconómicos de envergadura: incrementan el ingreso disponible de los residentes en el país y puesto que se destinan principalmente al consumo, incrementan el gasto de consumo total de los hogares, contribuyendo por esta vía a impulsar el crecimiento de la economía, de manera directa y a través del denominado efecto multiplicador.
REDUCCIÓN DE LA POBREZA
Mayorga y Acevedo comparten el análisis de que al recibir las familias más dinero, incrementa el gasto de consumo de los hogares.
Acevedo incluso observa que eso es factor determinante del crecimiento de la economía en los últimos años, por el lado de la demanda. Esto significa que el hecho de que la economía haya experimentado tasas de crecimiento superiores al 4.5 por ciento en los últimos años, tiene que ver, en gran medida, con el incremento de las remesas.
Y eso replica en ayudar a reducir los índices de pobreza local. Si toda esa gente que recibe hoy ese dinero de sus familiares en el extranjero, deja de recibirlo, tendría que rebuscársela para ver cómo suplen sus gastos, aseguró Mayorga.
Acevedo agregó que dado que la línea de pobreza se mide por el consumo per cápita, al incrementar el de los pobres por las remesas, impactan en la reducción de la pobreza. Aunque los hogares catalogados como no pobres reciben mayor cantidad de remesas en términos absolutos, en términos relativos estas representan un mayor porcentaje del consumo de los hogares pobres, dijo.
El Plan Nacional de Desarrollo Humano 2012-2016 del Gobierno indica hasta 2009 que la pobreza general era de 42.5 por ciento.
Acevedo recordó que el mismo Banco Mundial estima que la pobreza en el país sería cuatro puntos porcentuales mayor en ausencia de remesas familiares.
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