“Yo creo que el Ejército se debe de retirar. Exigimos que se retire porque esto atemoriza a las familias; los campesinos no han pedido resguardo militar”. María Eugenia Sequeira, diputada opositora.
Bajo un inclemente sol, campesinos de comunidades de la comarca La Angostura, en Nueva Guinea, ya sea a pie o a caballo, marcharon contra el proyecto del Canal Interoceánico, advirtiendo una vez más que solo muertos los despojarán de sus tierras, mientras en las escuelas de la ruta canalera la protesta escolar continúa.
La marcha fue encabezada por un grupo de escolares que, junto con sus padres, mantiene la voluntad de no estudiar mientras la incertidumbre permanezca por la expropiación de sus tierras a causa de la megaobra. “¡No al Canal! ¿Quién nos metió a este lío? Daniel Ortega y la Chayo Murillo. ¿Qué decimos a Ortega? ¡Que la Patria no se entrega!”, corearon repetidamente los protestantes.
La líder del Distrito de La Fonseca, Francisca Ramírez, también vicecoordinadora nacional del Consejo en Defensa de la Tierra, el Lago y la Soberanía Nacional, alertó a los campesinos y productores a no brindar información a los falsos encuestadores que no son más que miembros del Gabinete de la Familia, médicos o policías que se están presentando a los hogares para llenar una ficha con el “cuento” de favorecerles con un supuesto plan techo.
REBELDÍA ESCOLAR
En el segundo día de clases son pocos los estudiantes que se presentaron a las aulas. Maestros con tres, cinco, diez y, lo más, hasta veinte alumnos cumplían con la orientación del Ministerio de Educación de dar clases a quienes lleguen. En la escuela Rafaela Herrera, de La Fonseca, los maestros impartían clases con la mayoría de los pupitres vacíos. Cleotilde Lidia Requenes es una madre que dijo haber enviado a sus tres hijos porque “los estudios es la herencia que les voy a dejar”.
En la escuela multigrado El Consuelo, cercano al río Punta Gorda, una sola niña se presentó. La directora Jacqueline Díaz indicó que el promedio es de 22 alumnos y lamentó no haber recibido ningún material didáctico.
El general Adolfo Zepeda repitió una y otra vez que “es triste” que no estén mandando a los niños a la escuela, cuando se le preguntaba si no era contradictorio que los campesinos no estén mandando a los niños a las escuelas, cuando ellos mismos solicitaron la presencia militar.
(Colaboración de Ilich Buitrago y Leonor Álvarez).
Ver en la versión impresa las páginas: 8 A