Después de varios años de retrasos, El Supremo Sueño de Bolívar empieza a hacerse realidad, pero a medias. Decenas de trabajadores, entre venezolanos, chinos y nicaragüenses trabajan a toda máquina para finalizar este año el centro de distribución y almacenamiento de la refinería que se construye en Miramar, en el municipio de Nagarote, León. Este tendrá una capacidad de almacenaje de más de un millón de barriles de combustibles.
Las cifras oficiales indican que el Gobierno está lejos de ver esa inversión hecha realidad. Entre 2008 y el primer semestre del año pasado la inversión acumulada en el proyecto total apenas asciende a 230.4 millones de dólares, según cifras del Banco Central de Nicaragua (BCN).
El informe Oficial de Cooperación Externa entre 2008 y el primer semestre de 2014, del BCN, indica que la mayor inversión se hizo en 2012 cuando Venezuela desembolsó 115 millones de dólares.
En el primer semestre del año pasado, a la refinería solo se le inyectó 9.4 millones de dólares.
[/doap_box][doap_box title=”EL BENEFICIO” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]
Según economistas consultados por LA PRENSA la entrada en operación de esta planta de distribución y almacenamiento de combustibles al menos servirá para abaratar los costos de los productos terminados. Estiman que mover un barril de diesel de Miramar a Managua costará un dólar, cuando traerlo de Puerto Corinto vale dos dólares. La capacidad de almacenamiento actual del país anda por 1.4 millones de barriles, a los que se sumará el millón de la planta de la refinería El Supremo Sueño de Bolívar.[/doap_box]
LA PRENSA constató en el lugar los avances en la planta, pero todavía no hay fecha ni fondos para que se empiece a construir el área de refinamiento, el componente principal de la megaobra prometida por el actual Gobierno desde el 2007.
Este Diario conoció a través de fuentes cercanas al proyecto, que el plan del Gobierno es realizar el 19 de julio una inauguración simbólica de la planta de distribución y almacenamiento, pero será hasta el último mes del año que esta operará.
Desde diciembre del año están trabajando en la conexión de la planta al mar. En los tanques se almacenará gas licuado, gasolina usada por aviones comerciales, gasolinas, diesel y fuel oil.
Las conexiones del centro de distribución al mar estarían siendo desarrolladas por una empresa venezolana, pero gran parte del proyecto está a cargo de la constructora Lacayo Fiallos y un consorcio chino.
LEJOS DE LO PROGRAMADO
Pero la planta de distribución y almacenamiento es solo un pequeño componente de la megaobra que el actual presidente inconstitucional Daniel Ortega pactó con su homólogo ya fallecido Hugo Chávez Frías en 2007.
Además de la planta de distribución, se contemplaba una refinería, una petroquímica y un oleoducto interoceánico.
Según la programación de la construcción de la refinería publicada en su momento por Albanisa, paralelo a la construcción del centro de almacenamiento y distribución, desde el 2014 se debió comenzar la construcción del complejo de refinación del petróleo, pero LA PRENSA conoció que aún no hay fecha para que esta fase arranque, y hay muchas dudas de que esta logre concretarse a corto y mediano plazo.
La promesa del Gobierno era que la refinería debía empezar a operar en 2017, para que en el año 2020 estuviera cubriendo el 41 por ciento de la demanda de hidrocarburos de Centroamérica y el 65 por ciento del diesel en la región.
Este año, según datos de Albanisa, se debería estar construyendo paralelamente un oleoducto que conectaría en 2019 al Atlántico con el Pacífico, a través de una red de tubería de 460 kilómetros. La inversión sería de 1,503 millones de dólares.
En tanto, en 2018, una vez que varios de los otros subproyectos estén en ejecución, se comenzaría a construir el complejo petroquímico el que estaría en operación en el año 2020. Ahí, se procesaría polipropileno, un tipo de materia prima que se usa en la fabricación de plástico y otros productos. Para este otro proyecto se invertirían 485 millones de dólares.
En esta petroquímica se prometió emplear a 3,200 trabajadores de manera directa y otros 9,600 indirectamente.
La meta del Gobierno es convertir la refinería El Supremo Sueño de Bolívar “en el principal centro de refinación y suministros de derivados de petróleo, con cobertura del mercado nacional, de Centroamérica y potencialmente el Caribe”, pero los avances desde 2007 hasta hoy indican que el país está lejos de conseguir ese sueño bolivariano.
Ver en la versión impresa las páginas: 1 C