Managua era una ciudad compacta, pero después del terremoto de 1972 pasó a ser dispersa y costosa, tanto para la Alcaldía como para quienes la habitan. Fue a partir de ese momento que inició su segregación y autosegregación, fenómeno que fue estudiado por dos investigadores nicaragüenses y que la tarde de hoy se presenta en la Universidad Centroamericana (UCA).
Néstor López Irías, arquitecto y sociólogo, uno de los autores de la investigación, explicó que les llevó 18 meses para concluir el trabajo que buscaba documentar la evolución urbana de la ciudad, patrones de segregación socio-residencial y sus consecuencias en la sociedad.
En el estudio “están los segregados, las personas que no tienen esa opción de escoger dónde vivir o que la municipalidad no brinda condiciones básicas de habitabilidad sin equipamiento básico. Y los autosegregados son los que por condiciones económicas tienen el poder de decisión de escoger el lugar dónde habitar, ante la variedad que te dan las urbanizadoras”, indicó López.
RECOMENDACIONES DEL ESTUDIO
López comentó que la investigación tiene recomendaciones dirigidas a la municipalidad en cuanto a regulación, de cómo se puede aminorar la segregación en la ciudad y el control que debe ejercer en las urbanizadoras para que por fin se trabaje en un ordenamiento eficaz.
También “se hace una recomendación desde el punto de vista académico. Se habla de por qué es importante de que se cuente con cada una de las especialidades”, agregó.
La presentación del estudio será en el Auditorio Roberto Terán, a las 4:00 p.m.
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