14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Lecciones electorales de hace 25 años

Un día como hoy, hace 25 años, mi madre, la candidata de la coalición Unión Nacional Opositora (UNO), Violeta Barrios de Chamorro obtuvo una aplastante victoria electoral sobre el candidato del FSLN Daniel Ortega Saavedra

Un día como hoy, hace 25 años, mi madre, la candidata de la coalición Unión Nacional Opositora (UNO), Violeta Barrios de Chamorro obtuvo una aplastante victoria electoral sobre el candidato del FSLN Daniel Ortega Saavedra en un proceso electoral que ha sido calificado como uno de los más transparentes en la historia de Nicaragua.

El Consejo Supremo Electoral (CSE) estaba presidido entonces por el doctor Mariano Fiallos Oyanguren, quien a pesar de su filiación política sandinista supo dar la confianza necesaria a todos los contendientes y electores, de que su voto sería respetado y para que no cupiera la menor duda de que los comicios serían transparentes, permitió que hubiera la mayor cantidad de observadores, no “acompañantes”, que han habido en la accidentada historia electoral de Nicaragua.

Hay que reconocer el mérito del FSLN y de su candidato Daniel Ortega, que con dificultad, pero de forma inequívoca, aceptó los resultados que le fueron adversos 54.74 por ciento contra 40.82 por ciento, los ocho candidatos restantes que participaron en los comicios, sumados solo obtuvieron el 4.44 por ciento de los votos validos.

Quienes crean que solo hubo dos candidatos porque el voto se concentró únicamente en dos casillas, están muy equivocados. Hubieron diez candidatos presidenciales cuyos nombres vale la pena recordar porque ello demuestra que en aquellas elecciones hubo incluso más pluralismo y alternativas de voto que hoy en día.

En 1990 participaron, además de doña Violeta y Daniel Ortega: Eric Ramírez Benavente por una facción del Partido Social Cristiano; Moisés Hassan Morales por el Movimiento de Unidad Revolucionario (MUR); Bonifacio Miranda Bengochea por el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT); Isidro Téllez Toruño del Movimiento Acción Popular Marxista Leninista; Fernando Agüero Rocha por el Partido Social Conservador (PSC); Blanca Rojas Echaverry por el Partido Unionista Centroamericano (PUCA); Eduardo Molina Palacios por el Partido Conservador Demócrata de Nicaragua (PCDN) y Rodolfo Robelo Herrera por el Partido Liberal Independiente de Unidad Nacional (PLIUN).

Todos estos candidatos y sus pseudo partidos políticos, no alcanzaron ni se sintieron representados por la coalición opositora de 14 partidos que se llamó la UNO.

El 25 de febrero de 1990 marcó el final de un largo período de guerra civil entre hermanos nicaragüenses y el inicio de un período de paz, reconciliación y prosperidad para la nación. Un masivo 86.2 por ciento de la población apta para votar, se presentó en las Juntas Receptoras de Voto a ejercer su derecho a elegir.

Las instituciones nacionales como la Policía y el Ejército iniciaron un proceso de profesionalización y despartidización, no solo cambiando de nombre, sino arriando las banderas partidarias. Tristemente, como ya se ha señalado, este proceso se ha revertido durante los períodos presidenciales de Ortega.

En aquel entonces el CSE no tenía tantos magistrados como ahora, ni el presupuesto que hoy recibe normalmente y ya no digamos, cuando organiza un proceso electoral. Sin embargo, la cedulación era más eficiente y el ejercicio del voto era más eficiente y transparente.

Con la experiencia fraudulenta del actual CSE, presidido por don Roberto Rivas, los resultados electorales en 1990 hubieran sido muy diferentes y quizás todavía el país estuviera sumido en una guerra civil y fuera un estado fallido.

Aproximándose un nuevo proceso electoral en el año 2016 y estando ya en un año preelectoral, es fundamental que aprendamos de las lecciones de 1990 y tengamos ante todo, un CSE con credibilidad, tal como lo demandaron los obispos el año pasado en su memorable pastoral.

Un proceso electoral, que no solo permita, sino que fomente la observación internacional, a como lo logró el doctor Mariano Fiallos Oyanguren en 1990, consciente de que la observación era también garantía de credibilidad y protección para un juez imparcial como lo fue él.

Los partidos de oposición deben tomar el ejemplo de la UNO y formar una coalición nacional que lleve al frente un candidato idóneo como doña Violeta, un candidato que una, que genere confianza y que no sea un candidato que haya dado bandazos .

El autor es diputado de la bancada Alianza PLI y ex asesor político de la entonces candidata Violeta Barrios de Chamorro en 1990.

Puede interesarte

COMENTARIOS

  1. alfer
    Hace 9 años

    Inicio de “Prosperidad ” ?
    1 ) A partir de 1990 dio inicio a una masiva emigracion a USA y Costa Rica.
    2 ) Desaparecieron Programas Sociales como los CDI.
    3 ) Desaparecimos miles de pequeñas y medianas Empresas.
    4 ) “Perdonamos” 17,000 millones de Dolares que nos debian.
    5 ) Se termino la Educacion y Salud gratuita.
    ^ ) Etc,etc,etc,etc,

  2. alfer
    Hace 9 años

    ” Aplastante Victoria ” ? 55 % versus 41 %. Pedrin anda alucinando.
    Una diferencia de 15 % con un FSLN enfrentando el desgaste de una Guerra
    inmoral contra la Potencia mas grande en la Historia de la Humanidad.
    Bueno, eso fue hace 25 años.
    Actualmente, ni que se una toda la oposicion van a poder rebajar una diferencia del 50 % aproximadamente a favor del FSLN.

  3. elhombredelamancha
    Hace 9 años

    La Victoria de Dona Violeta. El pueblo joven de hoy tiene que tomar conciencia y ser mas active en procurer gobiernos mas democraticos y
    mas incluyentes (para todos). Pacifica, active, constante, sistematica-
    mente el pueblo tiene que demandar mas garantias electorales. Es possible?
    Claro que es possible, pero requiere trabajo constante!

  4. elhombredelamancha
    Hace 9 años

    La Victoria Azul y Blanco. Si, la Victoria era la traduccion de los deseos
    reales y reprimidos de un pueblo que quedo frustrado de no disfrutar demo-
    cracia despues de la caida de la dictadura somocista. El proyecto extre-
    mista del frentismo (siguiendo el catecismo marxista) era desfasado e
    irreal. La Victoria de Dona Violeta significo la esperanza real para un
    pueblo cronicamente ausente de democracia.

  5. elhombredelamancha
    Hace 9 años

    Victoria Azul y Blanco. El pueblo tuvo la oportunidad y claramente lo expreso en aquel voto: Dona Violeta se convirtio en la Presidenta
    de todos los nicaraguenses. Esa Victoria significaba que el pueblo queria
    paz, que era absurdo y estupido que la Patria siguiera desangrandose, que
    el extremismo politico del gobierno de entonces era igualmemnte absurdo y
    no llevaba a soluciones.
    Si, Ortega reconocio la derrota(Propaganda).Al dia siguiente lanzo su anarquica amenaza de gobernar desde…

  6. Hace 9 años

    Las lecciones de la eleccion de 1990 es que los amigos del USA necensitan arrodillar al pueblo con hambre y violencia para que su candidato gane….muy dificil hoy, la democracia burguesa nos dejo con hambre y en la oscurana con unas pocas familias millonarias….va a ser dificil ganar otra elccion si acaso.

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí