Antes de entrar en materia sobre la actualidad venezolana, conviene hacer un repaso sobre el mito de la revolución bolivariana, ya que por sus resultados hasta hoy, podemos colegir que ni fue revolución ni fue bolivariana. En cuanto a lo primero, podemos decir, que no hubo revolución porque no ha producido las transformaciones y los cambios profundos que caracterizan a estos fenómenos sociales y en cuanto a lo segundo, podemos considerar al chavismo, ahora bajo la férula del señor Nicolás Maduro, como la antítesis de lo que columbró el libertador para nuestras naciones.
Veamos: Bolívar era rico y murió pobre, Hugo Chávez era pobre y murió rico; Bolívar rechazó la dictadura cuando se la ofrecieron, Chávez la asumió cuando tuvo oportunidad de hacerlo; Bolívar luchó por la independencia de cinco naciones, Chávez con su Socialismo del Siglo XXI y la munificencia de los petrodólares, quiso subyugar a los pueblos latinoamericanos; Bolívar denostó contra el imperialismo norteamericano, Chávez exaltó al social imperialismo ruso y quiso ponernos bajo su órbita a través de Cuba; Bolívar fue valiente en el combate y generoso en la victoria, Chávez fue pusilánime en la lucha y perverso con sus adversarios; Bolívar pasó a la historia nimbado de gloria, Chávez pasa a la eternidad como el dictador nefasto dejando a su pueblo en manos de irresponsables, como Maduro, que tienen a la gran nación venezolana al borde del caos.
Para los nicaragüenses que pasamos por el desastre de la revolución sandinista en la década de los ochenta no es extraño lo que está ocurriendo hoy en la hermana República de Venezuela. Alta inflación (65 por ciento); desabastecimiento de los artículos de primera necesidad (leche, pan, aceite, papel higiénico, etc…), división profunda de la población venezolana; cierre de medios de comunicación social (radio, periódicos, TV, etc…) en franca violación a la libertad de expresión; represión violenta y creciente de la población civil; asesinatos de personas cuya cifra espeluznante llegó a casi los veinticinco mil en el 2014; disputas entre los sindicalistas que dominan la industria petrolera y que se encuentran armados; asesinatos de varios dirigentes sindicales independientes; y lo peor, que augura mayor derramamiento de sangre entre los miembros de las Fuerzas Armadas, debido a que estos se encuentran divididos entre narco-generales que obedecen las directrices de Maduro orientados por sus asesores cubanos y los que no están de acuerdo con esas directrices
En fin, la caótica situación que vive el pueblo venezolano, en cualquier momento puede desbordarse pues ya se prevén asaltos en supermercados y a otros centros de abastecimiento popular debido a la carencia de bienes de consumo, por lo que ya es hora de que los organismos internacionales como la ONU y la OEA vayan preparándose para accionar ya que de acuerdo con reconocidos analistas, Venezuela puede convertirse en cualquier momento en un Estado Fallido. Hay que recordar que el extinto dictador Chávez entre el 2005 y el 2007 repartió armas, de las que compró a Rusia, unas 100 mil Kalashnikov entre sus simpatizantes y grupos paramilitares, dizque para defender su revolución de una imaginaria invasión de los Estados Unidos.
Hay que destacar la patriótica actitud que han asumido los líderes democráticos del pueblo venezolano como Henrique Capriles, María Corina Machado y Leopoldo López, este último la semana pasada cumplió un año de estar arbitrariamente prisionero por órdenes del dictador Maduro. Ellos han planteado con elevadas miras una transición pacífica hacia la democracia. Los nicaragüenses demócratas tenemos fe en que el pueblo venezolano, así como se liberó en 1958 de las garras del dictador Marcos Pérez Jiménez, lo hará muy pronto del régimen despótico de Nicolás Maduro, para que la paz, la auténtica democracia y la libertad, vuelvan a brillar con todo su esplendor en la noble tierra de Miranda y de Bolívar.
El autor es periodista y Secretario General de la Asociación de Nicaragüenses en el Extranjero (ANE).