En Nicaragua el ochenta por ciento de las bloqueras son informales, una situación que para el sector urbanizador debe revertirse por el riesgo que representa construir con materiales de baja calidad.
La Cámara de Urbanizadores de Nicaragua (Cadur) y la Cámara Nicaragüense de la Construcción (CNC) han insistido al Gobierno acciones para reducir la informalidad debido a la competencia desleal que representan los negocios informales de este tipo al ofrecer precios más bajos “a costa de la calidad” de los materiales, por ejemplo.
La decisión del Ministerio del Transporte e Infraestructura (MTI) de exigir el cumplimiento de las normas de calidad en la elaboración del acero, adoquín y el asfalto es para Cadur un paso importante a favor de la formalidad.
Ricardo Meléndez, presidente de la Cámara de Urbanizadores de Nicaragua (Cadur), aclaró que las residenciales privadas compran los materiales a proveedores certificados. Un estímulo a esto es el subsidio de los impuestos en la compra de los materiales para edificar viviendas de interés social, por lo tanto solo negocian con empresas formales.
El MTI informó esta semana que para mayo implementará un procedimiento para multar a las empresas, sean industriales o semiindustriales que continúen fabricando bloques que no cumplan con las normas establecidas de fabricación.
Meléndez explicó que esa decisión se complementa con el seguimiento a las importaciones del acero que se realiza desde hace un año. “Ya no hay varillas milimetradas (con menor diámetro de 7.5 milímetros), en el mercado no las hay, solo son estándar. Ahora veremos que los bloques no se desmoronen cuando se trasladen a los proyectos”, refirió el empresario.
Para Cadur estas disposiciones sobre los materiales de construcción permiten ofrecer estructuras más seguras, sobre todo de las familias que prefieren construir sin asesoría de personal calificado.