La joven que denuncia violación mientras permaneció detenida en un distrito policial ha recurrido a varias instancias de la Policía sin que hasta ahora esa institución haya actuado en contra del agresor.
Ella denuncia como principal sospechoso al jefe del Distrito Cuatro de la Policía, comisionado mayor Darwin Rosales, y así lo ha expresado en su denuncia en Asuntos Internos desde la semana pasada y en una carta dirigida el lunes a la jefa de facto de la Policía, primera comisionada Aminta Granera. Rosales hasta ahora no ha sido suspendido de sus funciones, pese a que fue eso lo que le transmitieron a la madre de la víctima.
LA PRENSA consultó a Rosales sobre esta denuncia, pero evitó referirse al tema. “Esto es con Relaciones Públicas, conmigo no, vayan a la jefatura”, sostuvo Rosales. El segundo jefe de Relaciones Públicas, comisionado César Cuadra, únicamente tramitó la inquietud.
La madre de la víctima insistió ayer en su denuncia en demandar que el oficial “sea juzgado por el delito que cometió, porque en ese momento que cometió el abuso dijo que él tenía poder para destruirnos (…) y para mandarnos a matar si era preciso, si ella hablaba”.
La denunciante manifestó que después de haber sido violada, a su hija no le permitieron alimentos durante tres días. La mujer expresó que conoció de lo sucedido hasta que su hija salió en libertad. Ella estuvo detenida 17 días.
La explicación de la denunciante fue que una noche anterior a que esta fue violada, supuestamente el jefe policial la habría sacado a un sitio donde requisan a los detenidos.
El sospechoso le habría preguntado: “¿Así es que vos sos lesbiana?” al tiempo que tiraba a la muchacha contra la pared en varias ocasiones y acto seguido le repetía palabras groseras. Posteriormente la regresó a la celda. Fue al día siguiente, dice la madre, que la volvió a sacar y abusó de ella. “No puedo decir lo que allí se dio, pero es horrible, ese día ella me narró llorando”.
La mujer expresa que su hija “está destruida totalmente, yo no sé qué hacer, no sé cómo animarla (…), no puede dormir, no quiere comer”.
La abogada del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Brenda Rojas, indicó que desde un inicio la víctima se ha enfrentado con obstáculos y criticó que además la mandaron a reconocer al agresor al distrito. “Andate al distrito a reconocer a tu agresor”, manifestó Rojas.
Señaló Rojas que aunque la ley refiere una entrevista única a las víctimas de violación, en su recorrido la muchacha ha debido relatar los hechos en varias ocasiones. Recordó Rojas que lo que está haciendo la Policía Nacional es también violencia en el ejercicio de la función pública, como señala la Ley 779.
Hay otros casos similares
La presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez, consideró que la violación contra una detenida “es una de las formas más crueles”. Comentó Núñez que hay otros casos similares denunciados en el Cenidh que han quedado en la impunidad.
Lorna Norori, del Movimiento Contra el Abuso Sexual, aseguró que la falta de respuesta afecta aún más a la víctima, “que efectivamente la vida se puede terminar”.
Norori aseguró que la Policía no está asumiendo su papel y más bien le hace daño a la víctima. Reyna Rodríguez, de la Red de Mujeres Contra la Violencia, recordó que anteriormente han conocido de otros casos similares ocurridos en los departamentos, que han quedado en la impunidad.
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