Cinco asaltos fueron suficientes para que René “El Chirizo” González no soportara más las embestidas del mexicano Miguel “El Alacrán” Bertchelt.
Terminó el round agónico y ya en el sexto decidió no seguir, una decisión acertada según el diario mexicano Esto, debido a que Bertchelt siempre fue superior desde el primer sonido de la campana, con iniciativa y golpes efectivos y se acreditó el título de la Organización Norteamericana de Boxeo (NABO).
En el primer asalto no hubo estudio. González inició con sus golpes explosivos, los cuales fueron señales de advertencia hacia el mexicano, quien fue más inteligente, más voraz y terminó descifrando a un rival obvio al ataque y escaso en la defensa.
En el quinto round la campana salvó al “Chirizo” y fue el consejo del retiro. Ya con la ceja partida y las fuerzas menguadas no había otra opción, era retirarse o salir a ser noqueado.
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