A dos años de haber adquirido el 95 por ciento de Hemco Nicaragua SA, la empresa Mineros SA decidió frenar sus inversiones en su natal Colombia —donde tiene más de cuarenta años de experiencia en el sector— para fortalecer las locales. Decisión que su presidenta, Beatriz Uribe, atribuye entre otros factores al potencial de la concesión minera que poseen en Bonanza, Nicaragua, y a planes de expansión de la empresa.
“Creemos, por lo que dicen los geólogos, que hay muy buenas posibilidades de hacer un proyecto mucho más grande del que tenemos actualmente (en Bonanza)”, dice Uribe, quien tras 16 años al frente de la empresa abandona el cargo, por lo que recientemente visitó el país para despedirse del personal y traspasar responsabilidades.
La empresa tiene 1,850 empleados en Colombia y 1,400 en Nicaragua, donde el año pasado produjo 64,000 onzas de oro que este planea incrementar en un 15 por ciento.
La inversión será de unos 15 millones de dólares y Uribe reconoce que la buena acogida que da el país a la inversión extranjera, y los “buenos ojos” con los que aún se ve la actividad minera en Nicaragua, también fueron factores determinantes al momento de decidir ampliar la inversión en la mina de Bonanza.
¿En qué consistirá la inversión?
La primera parte es exploración dentro de las áreas de licencia que tiene la compañía, se conoce bastante bien una parte que es donde está la explotación actual, pero hay otras áreas más importantes donde hay una exploración preliminar que ha mostrado que hay valores importantes y volúmenes importantes para manejar, pero es necesario investigar mucho más para llevar eso a niveles que permitan tomar la decisión de invertir en un nuevo montaje minero de planta y de sistemas de explotación, a eso vamos a dedicar ocho millones de dólares. Los otros siete millones de dólares son la continuación de la modernización de la planta que ya se tiene de Hemco, vamos a completar la inversión de capital en equipo necesario para llevar a 1,500 toneladas por día la producción de la planta y en general a modernizar muchos equipos. Había muchas cosas que ya hay, mejores métodos para trabajar y estamos tratando de empezar a involucrar tecnología de punta.
El otro campo donde estamos trabajando, ese no se mide en pesos o en dólares, sino en el trabajo de la gente. Es que estamos homologando los sistemas de trabajo que tenemos en Colombia, con los que se tienen acá, buscando las mejores prácticas en cada una de las operaciones, para tratar de agregar valor en uno u otro lado. Mineros es una empresa con mucha tradición en Colombia con unos sistemas de gestión muy maduros, con sistemas de seguridad industrial, salud ocupacional, manejo ambiental, con sistemas de calidad ya muy maduros y estamos viendo de todo eso que sirve aquí y de lo que hacen aquí que nos puede servir a nosotros allá, para enriquecer a ambas empresas.
¿Qué prácticas planean trasladar de Colombia a Nicaragua?
Nosotros en Colombia trabajamos por ejemplo con los campesinos de la zona, no solamente con mineros, porque nosotros no tenemos esa concurrencia de minería artesanal, pero tenemos unas extensísimas zonas rurales, donde los campesinos tienen muy pocas oportunidades, entonces trabajamos con ellos ayudándoles en sus parcelas productivas, proponiéndoles otro tipo de fuentes de ingreso. Tenemos programas, por ejemplo de apicultura, de parcelas autosostenibles, apoyamos mucho a los municipios en los temas de educación y de salud que son como las necesidades básicas de esas áreas más lejanas de las ciudades y a las comunidades en especial inclusive con infraestructura, pero repito, no regalando cosas, sino trabajando de la mano de la comunidad.
No creemos en el asistencialismo y eso lo inventaron los chinos: “No le des un pescado, enséñale a pescar”. Entonces eso tratamos de hacer nosotros, de que las comunidades sean responsables de ellas, pero muchas veces les falta educación o no tienen la visión que deben tener. En Colombia, por ejemplo, trabajamos mucho en el tema de que la comunidad esté vigilante de lo que hacen sus autoridades con los presupuestos, con las regalías que se pagan a los municipios, que no crean que eso es trabajo de otra gente, eso es su propio interés y que se vinculen a eso. No nos metemos en política nunca, eso es clarísimo porque en eso sí, los pueblos tienen el derecho de autodefinirse políticamente y en Colombia tampoco nos vinculamos nunca directamente en cosas de política. El que es la autoridad legítimamente constituida lo apoyamos en beneficio de la gente.
¿Las fluctuaciones del precio del oro no frenan las inversiones?
Por supuesto es un nivel de riesgo, pero la operación nuestra, digamos en Colombia, es una operación rentable, tiene unos costos bajos que nos permiten aguantar jornadas de precios bajos del oro y con Hemco, que está todavía en una etapa en la que hay mucho por hacer para darle eficiencia. De todas maneras el costo de producción está por debajo de los precios actuales del oro… Entonces así las utilidades, así no sean muy grandes, pues es un negocio que está dando flujos de caja y está generando recursos.
¿Y en clima local de negocios en qué se diferencia con el de otros países?
Hemos sentido que Nicaragua colectivamente cree que la inversión extranjera es importante para su desarrollo y le están dando mucha importancia a eso, están dando mucho apoyo a eso. Los funcionarios públicos están disponibles para hablar con los empresarios, para ayudar a buscar soluciones a los problemas que se presentan. Posiblemente sea por el tamaño del país, en Colombia eso no es tan fácil. Tenemos seguramente muchísimos problemas muy graves por resolver, donde el ayudarle a un empresario porque tiene un problema con una comunidad, no es prioritario.
Además, en Colombia se ha polarizado mucho la visión de la minería, aquí la minería se ve con buenos ojos; por supuesto, hecha responsablemente, con respeto por el medioambiente en coordinación con las comunidades, eso en Colombia se ha ido dificultando.
Creemos que aquí puede haber un yacimiento importante y sentimos que hay apoyo de la comunidad local, no porque no haya problemas, que también los hay, pero siente uno que tiene buena compañía, que tiene buen apoyo. También hay otra cosa que es importante y es que hemos visto en dos años que aquí hay una estabilidad jurídica, no están todos los días cambiando las reglas del juego, hay una tasa de cambio previsible, hay una inflación que puede no ser muy baja, pero controlada, entonces hay unos argumentos macros que hacen que Nicaragua sea un país interesante para mirar.
El año pasado en la zona cercana a la mina hubo un accidente que cobró varias vidas, ¿qué han hecho mantener alejados a los mineros artesanales de las áreas de riesgo?
Hemos estado hablando intensamente con los funcionarios del Ministerio de (Energía y ) Minas involucrados en eso, porque la empresa lo que puede ofrecer es tratar de organizar a la gente, asignar áreas de trabajo adecuadas y asignar el número de personas que pueden involucrarse en las actividades. Pero el control mismo es una función del Estado, la empresa no es autoridad, nosotros no podemos sacar a nadie de ninguna parte, esa es una actividad prácticamente policial.
Pero he sentido que los funcionarios están realmente preocupados y en la búsqueda de soluciones para eso, tanto las autoridades locales como a nivel nacional tienen eso como una de sus preocupaciones grandes, buscar que se siga propiciando ese trabajo a los mineros artesanales, pero que se controle la manera cómo lo hacen y básicamente es controlar los sitios donde trabajan. La empresa cuando asigna un área es porque ya los geólogos estuvieron haciendo su trabajo y ven que ahí no hay ningún riesgo en la manera como trabajan. Pero ellos, los mineros artesanales, buscan otros sitios donde piensan que podrían haber más valores sin preocuparse mucho de la seguridad.
Ver en la versión impresa las páginas: 4 C
