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El ingeniero Yader Velásquez lamenta que en el país todavía no se apoye a los pacientes con hemofilia. LA PRENSA/ R. MORA

Medicamentos fuera de alcance

Ingeniero de profesión, pero administrador de farmacia en la práctica, Yader Marcio Velásquez Pérez ha logrado mantener una vida con normalidad a pesar de ser un paciente con hemofilia, una enfermedad caracterizada por la deficiencia en los mecanismos de coagulación de la sangre, lo que motiva que las hemorragias sean difíciles de detener.

Ingeniero de profesión, pero administrador de farmacia en la práctica, Yader Marcio Velásquez Pérez ha logrado mantener una vida con normalidad a pesar de ser un paciente con hemofilia, una enfermedad caracterizada por la deficiencia en los mecanismos de coagulación de la sangre, lo que motiva que las hemorragias sean difíciles de detener.

Tenía 2 años cuando producto de una caída se hizo una herida que no paraba de sangrar y pese a que fue tratado por los médicos de entonces en la ciudad de León, de donde es originario, fue mucho tiempo después que le diagnosticaron la hemofilia, por lo que su mamá comenzó a tener mayores cuidados porque hasta la caída de dientes, normal en los niños de 6 a 8 años, era un proceso traumático por la abundante sangre que emanaba.

Esta enfermedad la padecen más de 160,000 personas en todo el mundo y a pesar de que en Nicaragua no existen estadísticas, se calcula que unas quinientas personas podrían padecer de hemofilia, la cual se transmite genéticamente. Sus síntomas se manifiestan en los hombres; las mujeres solo son portadoras.

En Nicaragua todavía la probabilidad de vida no ha superado de 30 años en pacientes con hemofilia, porque el medicamento eficaz está fuera del alcance de la mayoría, opina el ingeniero Yader Velásquez.

A sus 48 años lleva una vida normal, está casado y procreó cuatro hijos. Los varones no heredaron la enfermedad, solos sus hijas quienes son portadoras.

Ante el alto costo del medicamento, como el factor antihemofílico para el que un paciente tiene que invertir entre 16,000 y 18,000 dólares al año, el ingeniero Yader Velásquez intentó hacer una asociación de pacientes con hemofilia para ayudar a la mayoría, que son de escasos recursos.

Hasta ahora en Nicaragua la única instancia que les brinda atención a estos pacientes es la Cruz Roja a través del Banco Nacional de Sangre. No se logró concretar la asociación por el poco apoyo del Minsa, pero algunos médicos nacionales se capacitaron gracias al apoyo que dieron homólogos del extranjero.

El Ministerio de Salud, hasta el momento, no tiene ningún programa para este sector, expresó el ingeniero Velásquez, quien dijo que son pocos los adultos con hemofilia que se mantienen en Estelí, Madriz y Nueva Segovia, de donde una gran cantidad de pacientes, principalmente del área rural, han fallecido.

Hasta Honduras

El factor antihemofílico es tan caro que no se vende en el país. Para obtenerlo el ingeniero Yader Marcio Velásquez Pérez tiene que viajar a Honduras y a pesar de que la delegación departamental del Ministerio de Salud le extiende la suficiente documentación para probar que es un paciente que necesita su medicamento, en la aduana hay demasiadas trabas.

“Es un problema pasar con ese medicamento de Honduras, porque creen que yo vengo a revender. En aduana me paran y es un problema, aunque lleve carta, aquí el Ministerio de Salud me ha apoyado. Les enseño las facturas, les enseño esto (…), yo soy el paciente (…)”, expresó Velásquez, quien refiere que aprendió a tratar su enfermedad en México, donde sí existe la atención especializada en los sistemas públicos de salud.

Departamentales farmacia medicamentos archivo

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