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Permiso para innovar

Una de las tareas culturales más grandes en nuestros ambientes de trabajo, y que bloquean gravemente la puesta en práctica de soluciones innovadoras para problemas específicos, es la creencia que no se tiene permiso para inventar.

Una de las tareas culturales más grandes en nuestros ambientes de trabajo, y que bloquean gravemente la puesta en práctica de soluciones innovadoras para problemas específicos, es la creencia que no se tiene permiso para inventar.

Durante mi experiencia como empleado profesional en empresas multinacionales, pude ver esta situación en todos sus amargos tonos de gris. Recuerdo que si algo se hacía distinto a lo que decía el manual, acarreaba de inmediato un llamado de atención —aún cuando era obvio que quien hacía esa observación evidenciaba la duda intrínseca en lo que él/ella misma estuviese diciendo— lo cual era simple y llanamente temor o pavor ante lo que no estaba “bendecido” por la casa matriz, por los grandes gurúes rubios que, al parecer, eran los únicos “con permiso para pensar”.

Pero el problema no radica allí solamente. La torcida formación cultural de nosotros los nicaragüenses nos ha llevado a incorporar en nuestro “sistema operativo mental” que no somos meritorios o dignos de hacer un aporte de soluciones innovadoras, efectivo, que nos coloque con legítimo permiso a la par de los que sí buscan y encuentran mecanismos alternos para resolver problemas, formulándose planteamientos creativos que puedan romper barreras despertando y fortaleciendo ese adormilado músculo mental.

Desde nuestros inicios como población, nuestro país ha estado dominado por creencias invalidantes. La trágica conquista no acarreó más que la dominación no solamente física, sino trajo consigo las ataduras mentales que siguió a la destrucción de todo nuestro andamiaje como sociedad precolombina, y una vez que al cabo de siglos aquellos barbados facinerosos se retiraron, dejaron también esa estructura de sujeción psicológica, limitada, acomplejada, carente de una mínima asertividad social.

También se oficializó el anclaje a las viciosas creencias que el preguntar es de mal recibo; que el inventar no es para cualquiera; que hay que tener nivel o ser alguien para plantear innovaciones, o bien, la pervertida mentalidad que se requiere de un permiso para expresar nuestra inteligencia. Veamos si es cierto o no. Cuántas veces a usted se le ha ocurrido una idea que es, la solución o el germen de la misma, o el remedio formidable para ese problema; pero usted sufre la inseguridad de expresarlo, porque lamentablemente no se le ocurrió primero a su supervisor. Se siente socialmente culpable de comunicarlo, ya que supuestamente, “no hay que disparársele a su jefe-a”, porque no es políticamente correcto lucir o ser más inteligente. ¡Complejos!

En el ambiente de trabajo esta es una verdadera plaga para la empresa. Esos patrones culturales limitan gravemente el crecimiento de una fuerza creativa empoderada, con potenciamiento para solucionar problemas con aportaciones rotundamente innovadoras .

En algunas organizaciones exitosas, la creatividad no es un concepto o palabrería barata, es un modo de trabajo. La diferencia estriba en que en esas empresas, existen, de manera más o menos articulada, el tiempo específico para pensar. Google, el gigante de la información, dispone no solamente de equipos de trabajo altamente empoderados, sino también, de tiempos específicos, a veces ilimitados, para pensar, enfatizo: únicamente reflexionar profundamente sobre la solución a un problema específico. Están convencidos axiomáticamente que la creatividad e innovación es una habilidad desarrollable.

Brinde y estimule a su personal con el tiempo programado para pensar, para que puedan desarrollar enfoques creativos. Ayúdeles en traerles a su propia empresa las capacitaciones que puedan brindarle métodos comprobados para disparar esa creatividad e innovación innata, que ha sido sedada por tantos programas culturales y creencias equivocadas.

Es necesario un cambio de visión y acción para que ellos mismos descubran su propio valor creativo. Contáctenos, estamos dispuestos a ayudarle.

(*)[email protected]

Economía innovación soluciones innovadoras archivo

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