Después de tres meses, un grupo de exmilitares mantiene una huelga de hambre de forma alternada sin que alguna autoridad del Gobierno acepte escucharles. Ellos insisten en demandar beneficios e insisten en que no depondrán su protesta. Carlos Ramírez, representante de los exmilitares, advirtió que con su silencio el Gobierno los obliga a salir a las calles “para demostrar que estamos vivos”. Y recordó que en años anteriores ya colocaron tranques en las carreteras.
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