¿Cómo René Schick fue asesinado?, es la pregunta que el escritor y periodista Chuno Blandón responde en su nueva novela histórica Ocaso del amor y el poder (¿Usted mató al presidente?).
Historia que también devela con ficción un amor prohibido del exmandatario nicaragüense.
“Yo respeto a la gente que se enamora profundamente”, dice Blandón, quien se muestra reservado de brindar más detalles del amorío que escandalizó la época; y espera que su nueva novela de drama, sátira y humor, publicada en España por editorial Fragua, sea leída en sus más de quinientas páginas.
René Schick Gutiérrez murió durante su gestión como presidente de Nicaragua, un 3 de agosto de 1966; fue abogado, político y diplomático; nació en 1909, en León.
Fue un niño de la calle vendedor de tortillas de maíz y lustrador; sin embargo logró estudiar Derecho, su talento lo llevó a ocupar diversos cargos de ministro de Educación y canciller en el gobierno de Luis Somoza Debayle.
En la Presidencia impulsó la idea de un Estado de derecho con atención social, lo que le dio popularidad, pero a la misma vez se granjeó el odio de Anastasio Somoza Debayle, entonces director de la temida Guardia Nacional.
La versión oficial dice que Schick falleció de un infarto cardíaco, pues tenía secuelas en el corazón debido al alcoholismo en su juventud.
En tanto la creencia popular dice que fue asesinado estando en su cama y que estaba solo al momento de morir.
Al respecto Blandón comenta que su novela recoge todas las versiones conocidas del crimen y plantea que “Schick se enfrentó a dos realidades terribles: el poder militar y el fracaso del amor”.
Asimismo recuerda que después que “asesinan a Schick, matan a Silvio Parodi, a campesinos, y las acciones desembocan en las masacre del 22 de enero”, en la Avenida Roosevelt, en 1967.
TOME NOTA: Ocaso del amor y el poder (¿Usted mató al presidente?), se presentará próximo lunes 11 de mayo a las 6:30 p.m., Centro Cultural Pablo Antonio Cuadra.
“LE DIERON CAMOTILLO”
¿Su novela aborda la muerte de Schick desde la realidad o ficción?
Cuando trato de hechos trascendentales me gusta poner la realidad, en este caso la muerte de René Schick se vio rodeada de misterio, y procuro poner todas las versiones las que terminan en el asesinato y no en muerte natural.
Y el pueblo nunca se equivocó cuando dijo que “le dieron camotillo”, lo envenenaron, y así fue.
¿Y qué sabe sobre la historia que un amor prohibido fue la causa de su muerte?
No. La causa fue el enfrentamiento del poder civil con el militar. La Guardia Nacional era una institución heredada de la ocupación norteamericana, que tenía en el código militar CEM (Código de Enjuiciamiento Militar) que usaron para ponerse por encima de la ley.
Somoza le decía a Schick: “Usted manda en lo civil, yo en lo militar”. Y esa fue la contradicción que le llevó a la muerte.
La novela recrea los años sesenta, el poder militar que era Somoza, el poder civil, Schick, y el Teatro Experimental Universitario (TEU), un teatro de calle, de protesta y revolucionario, que busca cambiar los valores sociales, morales y culturales del nicaragüense.
En tu narrativa veo algunas construcciones de guiones, ¿la llevaría al cine o al teatro?
Algunos capítulos se escenifican como si fueran teatro para que se den cuenta, que tanto en el teatro universitario se hacía teatro; como en el poder mismo se hacía farsa.
Todo el montaje de la lección de Schick es un teatro para el montaje de la farsa que desemboca en tragedia
También debes tomar en cuenta que la novela es eminentemente satírica y humorística.
En una de las anécdotas recuerda la toma de posesión de Schick en el Estadio Nacional; en ese entonces la lideresa liberal Nicolasa Sevilla echó viva a Somoza y muerte a Fidel Castro. El humor está presente en todas sus páginas.
Esta novela ahora le pertenece al público lector, y vamos a ver si alguien le interesa llevarla al cine.
¿Hay algo de sus vivencias en la novela?
Hay una combinación de vivencias, de investigación, y de lo que pasaba en el poder, también hay ficción, porque lo que no viviste te lo imaginás.
¿Por qué novelar la muerte de Schick ?
Porque siempre fui fanático de la novela. Entre las preferidas me marcaron Robinson Crusoe de Daniel Defoe, y Huckleberry Finn y Tom Sawyer, de Mark Twain. Leí obras de escritores como Alejandro Dumas, Víctor Hugo y Rafael Sabatini. Así, Por quién doblan las campanas de Ernest Miller Hemingway, Al este del Paraíso y Viñas de ira, ambas de John Steinbeck.
Y así transcurrió mi vida entre novela y novela, pasión que se vio aumentada por el cine y el teatro, también por la historia y el periodismo.
Tu paso por la vida también ha dejado sus huellas en el teatro ¿qué hay de esta faceta?
De estudiante hacía veladas, pero en la universidad tuve encuentros con el argentino Ricardo Quintero y Jaime Alberdi, español, fue muy importante para mí.
Y trabajé con los cubanos Manolo Villamil y Luis Martínez; estas experiencias me sirvieron para escribir El nacatamal de oro, que es una burla completa del sistema somocista.
¿Obras de teatro por salir?
Sí, una que se montó con éxito en el Teatro Nacional Rubén Darío, que se llama El más querido, una caricatura de los enfrentamientos de la contra y sandinistas.
Y otra que mis amigos me aconsejan no la publique se llama La virgen del portaaviones, es una obra prohibida por el momento, yo mismo me he autocensurado.
Su argumento es sobre los históricos enfrentamientos de la Iglesia con la revolución, y tratar esto en forma cómica puede tener un costo elevado.
Por el momento me preparo por lo menos para publicarla. Fue escrita en 1985.
OCASO
“El presidente René Schick despertó a medianoche gritando: ‘¡No me dejen morir!’, mientras la enfermera militar que lo cuidaba estaba inexplicablemente dormida”, escribe Chuno Blandón en su libro Ocaso del amor y el poder (¿Usted mató al presidente?).
El presidente Lindon B. Johnson, de los Estados Unidos, envió un avión-ambulancia con dos cardiólogos para atenderlo, en tanto el general Somoza Debayle ordenó apagar las luces del aeropuerto de Managua, son partes de las escenas sobre el final del mandatario.
Sus páginas también recuerdan episodios de enfrentamientos de Anastasio Somoza con René Schick, como cuando este lo abofeteó en el despacho presidencial y lo sentenció a muerte. Y cuando el presidente planeó su fuga con su novia y su acción de denunciar en el exterior el fraude electoral que se avecinaba.
“¿Asesinato o crimen pasional?” es la pregunta clave que encuentra su repuesta en la lectura de la novela histórica de Blandón, autor también de Carlos Fonseca, sacrificado, otro texto sobre la violencia y política criolla.
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