La Iglesia católica de Nicaragua está celebrando el 35 aniversario de las apariciones de la Virgen de Cuapa, cuya fecha de referencia es el 8 de mayo.
Según la creencia de los católicos, la Virgen apareció en el pequeño poblado chontaleño de Cuapa, en mayo de 1980, trayendo para los nicaragüenses el mensaje de que debían hacer la paz, no solo pedirla en oración sino luchar por ella.
En aquel tiempo el país acababa de salir de la guerra civil contra el somocismo, derrocado por el FSLN y sus aliados en julio de 1979. Pero antes de un año después, ya se estaba incubando otra guerra civil, la de resistencia contra la nueva dictadura impuesta por los comandantes sandinistas, quienes arremetían contra la Iglesia católica tradicional y pretendían sustituirla con una denominada Iglesia popular, fundada en la teología de la liberación que era una extraña mezcla de religión cristiana con ideología marxista-leninista.
Para los católicos de Nicaragua, que en su gran mayoría cerraron filas alrededor de su Iglesia tradicional, la aparición y el mensaje de la Virgen de Cuapa no significó solo un gran acontecimiento religioso. Era también un poderoso aliciente moral y político, para defender su fe y resistir los embates de aquella nueva dictadura.
Pero no solo el pueblo católico de Nicaragua que se mantuvo fiel a su Iglesia, advirtió un mensaje político en la aparición de la Virgen de Cuapa. También la dictadura sandinista y sus amigos en el extranjero, consideraron el fenómeno religioso como una conjura reaccionaria de los enemigos de la revolución, y lo atacaron a fondo.
Precisamente en estos días, un portal católico originado en Uruguay, Signos de estos tiempos, ha publicado un amplio reportaje con motivo del 35 aniversario de las apariciones de Cuapa. En ese reportaje se recuerda que después que el entonces obispo de Chontales, monseñor Pablo Antonio Vega (q.e.p.d.) autorizó a Bernardo Martínez que hiciera pública la aparición, este fue visitado por tres agentes del régimen sandinista, quienes le propusieron decir que la Virgen había pedido apoyo para la revolución sandinista y a cambio le regalarían una hacienda de buenas tierras con ganado. “Yo no puedo traicionarla”, replicó Bernardo a los aviesos mensajeros.
Después, agrega el reportaje del mencionado portal católico internacional, una mujer comenzó a rondar a Bernardo para hacerle insinuaciones sexuales, al mismo tiempo que unos fotógrafos estaban al acecho para tomar evidencias gráficas, en caso de que cayera en aquella trampa muy parecida a la que dos años después el régimen sandinista montó contra el sacerdote Bismarck Carballo.
Internacionalmente los amigos de la revolución sandinista también intentaron desacreditar la aparición de Cuapa. Por ejemplo, el famoso escritor izquierdista uruguayo recientemente fallecido, Eduardo Galeano, se burló de la Virgen de Cuapa en su libro Memorias de Fuego, diciendo irónicamente que la Madre de Dios había apoyado la política del presidente Reagan contra el sandinismo.
Ahora, cuando el país ha sido sometido otra vez por una dictadura, el mensaje de Cuapa de hace 35 años recobra su vigencia. “Hagan la paz. No solo la pidan, ¡háganla!”, fue el mensaje de la Virgen de Cuapa. La paz, como muy bien se dice, no es solo ausencia de guerra. La paz no existe donde no hay justicia ni derecho, donde no se respeta la dignidad humana y no existe una auténtica democracia. Como es actualmente la situación de Nicaragua.