Cecia Soza, una joven cuyos padres fueron deportados a su natal Nicaragua, fue escogida entre los 150 mejores estudiantes que calificaron para ingresar a la Universidad de Georgetown, en Washington DC, para estudiar la carrera de derecho.
Por su excelencia académica no solo fue escogida, también le aprobaron una beca que cubrirá la mayor parte de sus estudios en esa universidad privada, una de las más prestigiosas tanto en los Estados Unidos como a nivel internacional.
Cecia no es residente legal en Estados Unidos, es beneficiaria de la acción diferida para los llegados en la infancia (DACA, por sus siglas en inglés), aprobada por el presidente Barack Obama, su condición no fue obstáculo gracias a su promedio académico.
Cecia nació en Nicaragua, llegó a Estados Unidos junto a sus padres cuando tenía 18 meses de edad.
La joven ha logrado convertir la adversidad en oportunidades. Ella y su hermano Ronald, fueron separados abruptamente de sus padres. Primero fue su madre Maricela Soza, deportada el 28 de enero del 2009, a pesar de ser beneficiaria de la Ley Nacara, que protegió a miles de nicaragüenses, además era beneficiaria del Estatus de Protección Temporal (TPS). Cecia tenía en ese entonces 12 años, y su hermano nueve. De nada valió que ambos se pusieran en huelga de hambre para evitar la deportación de su madre.
Tras la deportación de Maricela, los menores quedaron al cuidado de su padre que también enfrentaba orden de deportación. En marzo del 2012, el padre de familia fue capturado por la Policía y luego entregado a agentes de migración, cuando conducía su vehículo rumbo a su trabajo, pero fue liberado un mes más tarde.
En el 2013, Ronald Soza, fue nuevamente capturado por la policía por manejar sin licencia de conducir, pero no corrió con la misma suerte, fue deportado.
Haber sido separados de sus padres ha sido una tarea difícil para Cecia y su hermano menor. “Ha sido una etapa bien difícil, pero quiero ser una inspiración para mi hermano y para muchos inmigrantes que sepan que se puede”.
Fue un impacto doble. En medio del dolor y la incertidumbre de perder a sus padres en dos momentos distintos hizo más difícil la situación para dos menores. Sus padres determinaron que sus hijos se quedaran en Estados Unidos, debido a las oportunidades que ofrece este país. Pese a las dificultades Cecia cuenta que decidió enfocarse en sus estudios, el dolor que sentía lo desbordo en los estudios conciente que es la única manera de salir adelante. Siempre estudió en escuelas especiales para niños con avanzados conocimientos.
¿Cómo lo logró?
“No quiero que el sacrificio de mis padres sea en vano, me dedique a estudiar, me siento honrada porque tantas personas que aplicaron para estudiar esa carrera, solo 150 son electos y estoy entre ellos”.
Cecia permanece bajo el cuidado de Nora Sándigo, directora ejecutiva de la Fraternidad Americana, que ha respaldado a la familia desde el 2008, inicialmente atendió de manera intermitente a los hermanos Soza, pero asumió la custodia de Cecia tras la deportación del padre de los menores.
Sándigo que tiene dos hijas biológicas, dice sentirse orgullosa de Cecia, a quien llama su hija. La ha integrado a su circulo familiar y viaja con ella, incluso cuando realiza gestiones en Washington en favor de los inmigrantes y Cecia tiene receso escolar.
Cecia ha hablado de su situación en varios foros, incluyendo el Congreso de Estados Unidos, ha solicitado una reforma migratoria para que otros niños no vivan lo que ella y su hermano han sufrido.
Cecia partirá en agosto a Washington, se prepara para una nueva vida, esta vez sola para convertirse en una profesional. “Es la primera vez que viviré sola porque cuando mis padres fueron deportados vine a vivir con Nora, es un nuevo reto”, comenta con una sonrisa.
Una de sus metas es obtener una especialidad en derecho constitucional.