En forma reciente y categórica hemos tenido desde la gremialidad empresarial que pronunciarnos en contra de nuevas acciones de instituciones del Estado como lo son ahora, la Policía Nacional y la Corte Suprema de Justicia, que han restringido la labor periodística, y con ello, el derecho que tenemos los ciudadanos a informarnos sobre hechos públicos a través de medios independientes.
Al respecto hemos expuesto que es necesario una Policía Nacional que “abra sus puertas al periodismo nacional sin distinción alguna”, en referencia a que dicha entidad no restrinja en sus actividades públicas a ningún medio de comunicación social.
Y más recientemente expresamos que en el poder judicial también debe respetarse el derecho a la libertad de prensa, refiriéndome a la prohibición que hiciera un juez a la cobertura del juicio al empresario Milton Arcia, expresando que “ningún juez debe arrogarse el derecho de restringir a la prensa”; pero además, cuestionando las lamentables declaraciones del vocero de ese poder del Estado atacando de forma generalizada a los medios de prensa independientes.
Este tema es de principios. Y así lo hemos expuesto desde Cosep en forma reiterada y clara. Somos creyentes en el modelo de las libertades: la libertad de prensa, de expresión, de movilización y de organización. Por eso rechazamos toda forma de dogmatismo y de absolutismo, tal como lo afirmamos recientemente en un evento al que fuimos invitados en Quito, Ecuador, donde expresamos que “no es admisible un Estado mínimo ni un Estado absolutista”.
Por ello nos preocupa esta situación coincidente en el actuar de estas instituciones del Estado, donde la constante que empezamos a observar es su intolerancia para que su actuar no sea fiscalizado y cuestionado desde una posición no alineada a la política informativa oficial; situación que no abona a la transparencia que debe caracterizar la función pública.
Creemos y con ello comulgamos, que la tolerancia es vital para la estabilidad social y política. No podemos olvidar que la intolerancia ha provocado en el pasado fraccionamiento social y político. Han sido décadas y muchos sacrificios lo que los nicaragüenses hemos tenido que recorrer y pagar para recobrar la cohesión social, es decir, la paz y la concordia entre conciudadanos.
Las diferencias por supuesto persisten, pero como sociedad moderna las debemos ventilar y resolver bajo mecanismos de diálogo, consenso y respeto, basados fundamentalmente en la tolerancia a las ideas y posiciones contrarias; así lo entendemos y lo hacemos desde la gremialidad empresarial. Estamos por el diálogo, el debate y el intercambio de ideas y posiciones.
Para nadie es desconocido que desde los medios de comunicación y redes sociales, algunos movimientos y partidos, organizaciones y dizque expertos, critican nuestra agenda gremial empresarial e inclusive he sido injuriado en lo personal. Pero jamás, bajo ninguna circunstancia, ni como institución ni a título personal, hemos descalificado a persona o entidad alguna, ni mucho menos hemos censurado ni impedido que algún medio de comunicación desarrolle su actividad periodística.
Y lo hacemos porque creemos en la tolerancia y la libertad de prensa, y por eso predicamos con los hechos y alzamos nuestra voz en defensa de esos principios fundamentales para una sociedad democrática como la que aspiramos se desarrolle en nuestro país.
No podemos permitirnos que el tejido social se vuelva a romper, que la intolerancia campee nuevamente, tenemos que exigirle a los funcionarios y a las instituciones públicas que sean tolerantes y que actúen como servidores públicos de todos los nicaragüenses.
Tampoco la intolerancia puede darse en las universidades, o en el ámbito cultural y mucho menos puede darse o estimularse en el ámbito político. No puede provenir ni fomentarse desde las organizaciones civiles, religiosas, académicas ni públicas.
Todos tenemos derecho a expresar libremente nuestras ideas, criterios y posiciones individuales y colectivas. Todos debemos actuar con tolerancia y respeto, es una regla básica que nos exige e impone nuestra historia pasada reciente.
La construcción de una Nicaragua más próspera y democrática exige consensos básicos. Por eso en el sector privado hemos apostado al diálogo y al consenso. Para alcanzar lo anterior es necesario también promover la cultura de la tolerancia por lo que desde Cosep nos comprometemos a seguir promoviéndola como un sistema de vida esencial para nuestro futuro.