Es importante saber que se puede capacitar efectivamente al personal para desarrollar las habilidades de liderazgo. No hay tal como aquel predestinado que ya nace con estas competencias. Es importante saber que un líder lo que hace es mover a una empresa hacia el próximo nivel, desde un desempeño promedio hacia la grandeza, demostrando modestia y humildad.
Una de las trampas en las que las organizaciones a veces caen es en contratar gente que tiene mucho carisma, pero que sus conductas no están alineadas con aquellos comportamientos típicos de liderazgo.
Tom Peters piensa que los ambientes turbulentos de negocios exigen ahora un líder totalmente nuevo, y que es peligroso buscar a alguien que tenga un perfil de características definidas. Las circunstancias son las que hacen oportuno un tipo determinado de liderazgo.
En el caso de Winston Churchill, este fue el innegable líder que llevó a su país a una victoria sobre la Alemania nazi, con todas sus características de persistencia, valentía, inteligencia, pero sobre todo, con la visión siempre puesta en que era mejor combatir que transigir con un tirano, pero sorprendentemente, no fue reelecto una vez que la guerra terminó.
Una de las características que Churchill demostró —de mis líderes favoritos— es que fue brutalmente sincero; él solamente prometió a su pueblo “sangre, sudor y lágrimas”, no los engañó, conectó personalmente con la gente, logrando unir voluntades y resistir la miseria y el terror de la guerra hasta triunfar.
Las virtudes que este líder tenía han sido un modelo para estudio por el amplio espectro de características que se unieron en una sola persona, a pesar que ya contaba con un estigma de haber perdido la batalla de Gallipoli, en la Primera Guerra Mundial, lo cual le acompañaba como una sombra, o una mala prensa. No obstante, su persistencia, tozudez y valentía, se impusieron a todas las circunstancias. Fue realmente el verdadero “bulldog inglés”, un modelo de liderazgo formado por las difíciles circunstancias particulares y aparentes fracasos que le tocó vivir previo a su hora aciaga pero que le cubrió de infinita grandeza.
Hay siempre un liderazgo situacional, que debe estar dotado de aquellas características que la coyuntura obliga. El contexto es siempre fundamental.
La verdadera gloria de un líder reside en su habilidad para hacerse rodear de personas eficientes, que puedan llevar adelante una visión y articularla en políticas, procedimientos y detalles concretos y medibles. Para esto no hay sustitutos.
El destacado profesor de Harvard, Michael A. Roberto, manifiesta que si uno ve los frescos que pintó Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, se asombra pensando solamente en el genio creador de ese artista, pero nadie se acuerda que él mismo estuvo rodeado todo el tiempo de 16 ayudantes, quienes con ortodoxa disciplina militar pudieron coordinar los infinitos detalles para completar dicha obra monumental.
El líder de una organización debe no solamente impulsar, motivar y trabajar personalmente aquellas ideas provocadoras que puedan llevar a un próximo nivel, sino también darle voz a quienes tengan reservas, dudas o ideas que puedan parecer opuestas, pero que frecuentemente, de ese disenso necesario es de donde se logra obtener una base de cordura y unidad que hace que las ideas tengan mayor fuerza para llegar a convertirse en realidad.
Opino que todo liderazgo es desarrollable, formable, enseñable; pueden existir aquellos líderes natos, que carezcan de conocimiento de las características que hacen a un líder lo que es, pero puesto a escoger prefiero aquellos que se forman, que estudian y desarrollan sus propias capacidades. Esta formación la tenemos para usted y su personal en Cambio Cultural.
(*) Consultor en Seguridad Industrial.
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