14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Escritor nicaragüense Serio Ramírez. LA PRENSA/Archivo

Sara: una historia seductora

“Como una mujer inteligente a la que le prohíben reírse del mundo autoritario pero que se ríe; que defiende la vida de su hijo Isaac de los designios divinos del Mago; que busca ser libre dentro de sí misma y hacia afuera; y que siempre está reclamando un lugar justo en el mundo”, retrata el novelista Sergio Ramírez Mercado, a su personaje que lleva el nombre de su nueva novela de ficción e historia:

“Como una mujer inteligente a la que le prohíben reírse del mundo autoritario pero que se ríe; que defiende la vida de su hijo Isaac de los designios divinos del Mago; que busca ser libre dentro de sí misma y hacia afuera; y que siempre está reclamando un lugar justo en el mundo”, retrata el novelista Sergio Ramírez Mercado, a su personaje que lleva el nombre de su nueva novela de ficción e historia: Sara .

“Yo cuento la historia de una mujer en este tiempo y en el otro; de una Sara obligada a colocarse detrás de la cortinas cuando llega la visita; que no participa en las conversaciones donde los hombres tienen la palabra. Es decir, estamos ante una sociedad patriarcal que se repite”, criticó Ramírez Mercado.

Al ser cuestionado si se miraba reescribiendo textos sagrados, Ramírez Mercado puso distancia de los escribas religiosos, porque su trabajo explicó es la de un “novelista con un alto sentido de la imaginación”, y que ha usado el breve relato de Sara, que aparece en la Biblia, como un referente para aproximarse a la época.

En sus veinte capítulos Ramírez Mercado describe con detalles la vida amorosa de Sara y Abraham, de sus viajes por el desierto y el sacrificio de Isaac; sobre la mujer de Lot y la destrucción de Sodoma y Gomorra, ciudades corrompidas. “Esta historia de la Biblia me ha fascinado, y no soy el primer escritor que entra a reinterpretar o recrear los pasajes bíblicos. Lo han hecho William Faulkner, Tomás Mann, José Saramago, basado en historias bellísimas de la Biblia”, reconoce Ramírez Mercado, autor también de La fugitiva, su anterior novela, donde las protagonistas son mujeres pero con dramas pasionales centroamericanos y contemporáneos.

“Es lo que quiero narrar”

En la Biblia se cuenta la historia de Sara, ahora me encuentro con su novela, ¿qué le motivó escribirla?

Los libros sagrados están llenos de narraciones. En la Biblia se cuentan miles de ellas, de la creación del mundo, la primera pareja, el diluvio universal, el arca de Noé; e historias, como la que escogí, una pareja de errantes en Ur de los Caldeos, que era un centro de civilización entonces, y ahí Abraham es fundador junto a Sara de uno de esos pueblos, y se convierten en una pareja errante por el desierto.

Pero usted también habla de un “trío amoroso del desierto”.

Claro, comienzan como una pareja y se vuelven un trío amoroso. Esto es muy complicado porque Sara es la que mete en la cama de Abraham a la esclava egipcia (Agar) y sufre porque no puede tener descendencia de su marido.

Entonces, ella en este acto de nobleza profunda — ¿extraño no? — hace que la mujer tenga un hijo de su marido, pero cuando la esclava se llena de orgullo entra en conflicto con Sara, esta reacciona como mujer celosa y la expulsa al desierto.

Entonces ocurre un drama que puede ocurrir en todos los siglos. Porque no son seres de las estampas religiosas, son seres de carne y hueso; y la misma Biblia nos relata los conflictos que ellos viven, que son de amores, celos, ambición, de disputas, y eso es lo que quiero narrar.

Los textos sacros relatan el nacimiento sobrenatural de Isaac, hijo de Sara de 90 años y de Abraham de 100 años. ¿Esta historia tiene algo de realismo mágico patriarcal?

Lo que hago es lo contrario: despojar al texto del realismo mágico, y contradecir esa historia exagerada. Nadie es bello a los noventa años ni como mujer u hombre. La edad va deteriorando hasta la frialdad. Entonces no es cierto que sean tan ancianos; porque cuando Abraham va a Egipto y le vende su mujer al Faraón, haciéndola pasar por su hermana, pues no le puede vender una anciana al Faraón que puede tener acceso a cualquier clase de mujeres con el poder que tiene. Esto hace atractiva esta historia.

En su novela Usted usa el término “prisionera sexual”, al referirse a esta relación de Sara con el Faraón. ¿Y qué de la esclavitud actual?

Me parece que el termino no es importante sino el concepto, es decir ahora tenemos esta esclavitud del siglo XXI en el emirato islámico que venden a la mujer por un paquete de cigarrillo, lo leí en un periódico. Pero mis personajes no tienen nada que ver con eso, viven vidas sencillas, teñidas por el ambiente de la época; a como te decía antes, llena de pasiones, ambiciones, celos, y no por ser los elegidos dejan de ser seres humanos.

En su novela usted no se refiere a Yahvé o Jehová, sino al Mago, ¿por qué?

Yo le pongo el Mago porque en ese tiempo no tenía nombre, es como Sara le nombra; y yo busco narrar la novela muy cerca de su oído, tratando de meterme un tanto dentro de ella y ver como pensaba y reaccionaba. Además ella solo lo conoce de oída porque nunca lo ha visto, y Abraham le cuenta de él en la intimidad y ella busca como interpretarlo. Su reclamo es verlo cara a cara.

Anteriormente publicó La fugitiva , y ha reconocido que escribir sobre sus personajes femeninos fue un reto difícil. ¿En este caso de Sara, cuál fue su experiencia?

Más difícil todavía, porque Yolanda Oreamuno Unger (1916-1956) que era la base de mi personaje (Amanda Solano) tenía datos, leía sobre ella, tenía fotos; pero el rostro de Sara se pierde en la noche de los tiempos, y lo que se dice de ella no llegan a 1,500 palabras en el buscador de Google.

Pero miro en sus textos muchas palabras y lugares bíblicos.

Yo he sido lector de la Biblia porque mi abuela era protestante y leía la Biblia, y sobre todo del Antiguo testamento; y heredé su Biblia, una edición de Cipriano de Valera y Casiodoro de Reina, que es la clásica Biblia luterana traducida al español en tiempo de la Reforma. Esta es la que le regaló a mi abuela un predicador bautista de Alabama que vino a Nicaragua en 1913.

Entonces me metí a leer textos sobre costumbres de la época, agricultura, alfarería, las tiendas, las bestias de carga, los modos de conducirse. Todo lo estudié a fondo para recrear la época.

También estudié libros sobre cómo nace la idea de Dios en el desierto. Y me ha llamado la atención que las religiones monoteístas son religiones del desierto. El dios de los mahometanos, cristianos y judíos son nacidos en el desierto.

“No soy escriba sino un novelista”

El crítico Julio Ortega escribió un artículo acerca del libro de Sara y se preguntaba sobre reescribir textos sagrados. ¿Siente usted que reescribió la historia?

No me siento reescribiendo textos sagrados, porque no soy escriba, sino un novelista que toma lo que le parece interesante de un texto sea sagrado o no. Son historias que me parecen seductoras.

Como la de un padre que le ha costado tener tanto un hijo y que cuando llega adolescente le dicen ahora le vas a cortar la cabeza y vas a sacrificar; entonces ves la reacción de la madre.

David Grossman, un escritor judío, dice que Dios nunca le hubiera pedido a Sara la cabeza de su hijo, porque sabe que le diría que no, por eso se la fue a pedir a Abraham.

Una madre jamás va a aceptar el sacrificio de su hijo, y eso es lo que Sara hace en mi novela, evitar el sacrificio, y es lo que supongo que una mujer en esta situación haría. Entonces es esto, buscar entre líneas el texto de la Biblia.

¿Su novela pretende cuestionar los dogmas del Antiguo Testamento?

No me meto con los dogmas, no los cuestiono.

¿Algunos fanáticos podrían cuestionar el uso de la imagen de Sara, y de Abraham como el símbolo de la fe?

Podrían ser, pero no me meto con la fe, simplemente cuento sus vidas. Y como Sara va buscando como obtener la libertad en aquellos remotos tiempos. Y parte de esa es el don de la risa que se le niega.

A propósito Isaac tiene el nombre de la alegría y es como de la esperanza, ¿cómo lo ve?

Su nombre significa “el que se ríe”. Sara toma también como símbolo la risa. Y siempre está buscando dialogar con aquel que no ve, y que se niega hablar con ella. Al fin lo consigue. Así la novela cierra con un diálogo entre Sara y el Mago, que es mi personaje, que en ese tiempo era una divinidad que no tenía nombre.

En Nicaragua y otros países

Sara, una novela que relata la vida de un trío amoroso en el desierto y sus conflictos de fe, se presentará el próximo jueves 25 de junio a las 7:00 p.m., en el Centro Cultural Pablo Antonio Cuadra. Acompañarán a Sergio Ramírez esa noche monseñor Silvio José Báez y Berta Valle.

El novelista recordó que este nuevo libro fue bien recibido por sus lectores en Madrid, Colombia; así en Monterrey y Saltillo en México, país al que regresará la próxima semana. Posteriormente viajará a Buenos Aires, Lima y Estados Unidos. Y en Nicaragua, ahora se distribuye en las librerías de Literato e Hispamer.

Boletin Cultura novela sara Sergio Ramírez Mercado archivo

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí