Nicaragua se ahorró 150.27 millones de dólares en la compra de petróleo y derivados durante el primer cuatrimestre de este año, según reflejan las cifras oficiales.
Los datos sobre comercio exterior publicados por el Banco Central de Nicaragua (BCN) muestran que entre enero y abril de 2015 la importación de crudo y subproductos ascendió a 239 millones de dólares, inferior a los 389.27 millones que costó en el mismo período del año anterior.
Este ahorro del 38.6 por ciento en la factura petrolera fue impulsado principalmente por la disminución en la compra de crudo, que pasó de US$$206.80 millones en el primer cuatrimestre de 2014, a US$$93.94 millones en los primeros cuatro meses de este año.
Esto significó que el país pagó 54.6 por ciento menos por el petróleo importado.
Según el reporte del BCN, en ese período el barril de petróleo se pagó a un precio promedio de 55.2 dólares, mientras que durante el primer cuatrimestre de 2014 el precio promedio fue de 106.65 dólares. También hubo disminución en el volumen de crudo importado: entre enero y abril de 2015 se compraron 1.70 millones de barriles, menor a los 1.94 millones de barriles del mismo lapso de 2014.
El Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (Ieepp) ha calculado que al finalizar este año el ahorro en la factura petrolera podría oscilar entre los 250 y 300 millones de dólares.
El Ieepp ha señalado la vital importancia de aplicar pronto en el Presupuesto General de la República el ahorro derivado de la caída del precio del crudo, pero el Gobierno dejó para el segundo semestre la posibilidad de una reforma.
DERIVADOS MÁS CAROS
De la mano con la drástica caída del precio del petróleo, el consumo de sus derivados ha incrementado. Según las cifras del BCN —actualizadas hasta marzo— el consumo de las gasolinas aumentó este año 12.32 por ciento, mientras que el consumo de diesel se disparó 66.85 por ciento.
Esto coincide con el moderado incremento en la generación de energía a base de combustibles (principalmente diesel), que durante los primeros tres meses del año fue del siete por ciento, según cifras del BCN.
Y aunque los combustibles son derivados directos del petróleo, los registros oficiales reflejan que ambos han tenido comportamientos marcadamente diferentes, respecto a la tendencia de la baja que ha experimentado el crudo.
Con las alzas de las últimas semanas, el valor de los combustibles se situó a niveles del 2014, cuando el precio del crudo comenzaba a derrumbarse y se vendía en 95.98 dólares por barril, pero el viernes el precio del crudo cerró en 59.61 dólares por barril.
Según el sondeo semanal realizado en Managua por el Instituto Nicaragüense de Energía (INE), en septiembre de 2014 el litro de gasolina súper se vendía en 33.89 córdobas y desde ayer, con el alza de 46 centavos, promedia 32.20 córdobas por litro. La gasolina regular, que en el mes de referencia del año pasado se vendía en 31.97 córdobas por litro, desde esta semana, con el incremento de 24 centavos, se comercializa en un promedio de 29.20 córdobas por litro.
En tanto, el diesel —que es el combustible de mayor consumo a nivel nacional— en septiembre pasado se vendía a 28.87 córdobas por litro y desde ayer que subió nueve centavos promedia 23.72 córdobas.
El economista Adolfo Acevedo ha reiterado su temor de que en el caso de las gasolinas y el diesel se estén incrementando los márgenes de ganancia de las petroleras “a costa de los consumidores”.
“Lo que ocurre cuando el precio interno de los hidrocarburos no se reduce en la misma proporción que el de los mercados internacionales, es que aumenta el margen bruto en la cadena de importación, la refinación, almacenamiento, transporte y lo demás”, expresa.
¿Quién se beneficia?
El economista Adolfo Acevedo ha señalado la desproporción entre el comportamiento de los precios internacionales del crudo y derivados, y los precios locales. Añade que las empresas que están en el mercado petrolero local “son muy poderosas y tienen mucha influencia, mientras que los consumidores no están organizados y carecen de fuerza”. En Nicaragua la importación de crudo y derivados está dominada por la empresa Alba de Nicaragua SA, que nació con el acuerdo petrolero con Venezuela y está vinculada a la familia presidencial.
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