Los números del Presupuesto General de la República en los ocho años del gobierno sandinista dejan claro que la prioridad no es destinar mayores fondos a las actividades estratégicas para propiciar el desarrollo del país, sino a sostener una estructura burocrática que sigue engordando.
En 2007 el gasto de capital fue equivalente al 35.16 por ciento del total del Presupuesto de 25,518.3 millones de córdobas.
Para 2015 esa relación se desplomó. El gasto que financia los programas de inversión pública, de la producción y de mejoramiento de las capacidades del personal gubernamental es del 24.4 por ciento (14,892.7 millones de córdobas), respecto al techo presupuestario.
Si bien en términos nominales la cartera para gasto de capital año con año incrementa, son montos menores al ritmo que suben los recursos para gasto corriente, es decir, para el pago administrativo, de servicios básicos de los ministerios y entes descentralizados y la planilla laboral.
El techo del Presupuesto 2015 es de 61,034.9 millones de córdobas, de los cuales el 75.6 por ciento (46,143.9 millones de córdobas) están asignados para pagar el gasto corriente, refleja la documentación oficial.
En 2007 al gasto corriente o administrativo se destinaron 16,544.1 millones de córdobas. Significa que en los ocho años del actual Gobierno la carga para mantener la burocracia incrementó en 29,598.3 millones de córdobas, equivalente a un crecimiento de 178.9 por ciento.
Mientras tanto, los recursos para el gasto de capital aumentaron en 5,918.6 millones de córdobas, o sea, 65.95 por ciento de crecimiento en igual período.
DIPUTADO: SE DEBE A LA PLANILLA
En los Presupuestos aprobados y los informes de liquidación el Ministerio de Hacienda no explica por qué cae porcentualmente del gasto de inversión con respecto al techo presupuestario. Para Eliseo Núñez, diputado de la Bancada Alianza Partido Liberal Independiente (Bapli), se debe principalmente a la cantidad de trabajadores que hoy emplea el Gobierno.
La planilla del Gobierno central incrementó 64.44 por ciento desde 2007 hasta abril de 2015, según las estadísticas publicadas por el Banco Central de Nicaragua (BCN) con datos de Hacienda.
Son 99,819 personas trabajando en las entidades gubernamentales hasta abril pasado, cifra que no incluye a los ministerios de Gobernación y de Defensa, indica el pie de página del reporte del BCN.
De acuerdo con los presupuestos de Gobernación son más de 13,000 oficiales de Policía y en Defensa hay 12,556 personas, la mayoría del Ejército de Nicaragua.
“Hoy el Estado en general tiene más de cien mil empleados y esto le cuesta muy caro a los nicaragüenses porque se paga de sus impuestos”, afirma Núñez, miembro de la Comisión Económica del parlamento.
Y la nómina laboral sigue incrementando. De enero a abril de 2015 se contrataron 1,567 personas más en el Gobierno, según el reporte del BCN.
Núñez explica que cuando han abordado sobre el tema con el asesor para asuntos económicos, Bayardo Arce, y Wálmaro Gutiérrez, diputado sandinista y presidente de la Comisión Económica, “ellos dicen que el incremento se debió a que en la nómina se incorporó gente, técnicos en su mayoría, que estaban en proyectos (…). Pero esa gente no eran más de veinte mil”, afirma Núñez.
“Lo que el gobierno de Ortega prioriza es el gasto corriente para soportar la estructura partidaria, porque instituciones como Telcor, el MAG, están con súper numerarios porque albergan a cuadros del partido sandinista, desde staff de organización hasta las turbas que usan para salir a golpear a los que reclaman democracia”, sostiene el legislador.
¿Pero qué se compromete por un gasto de capital cayendo porcentualmente? “Básicamente esto es negarle al pueblo la formación de capital bruta que le permita disponer de personal con mejores capacidades e inyectar más en programas de inversión para que esta economía crezca arriba del cinco por ciento y así salir más rápido de la pobreza”, declara Núñez.
REDISEÑAR PRIORIDADES
“Urge un rediseño del gasto presupuestario”, afirma el diputado Eliseo Núñez. Dice que la prioridad debe ser aumentar la inversión en el sector educación y en el programa de infraestructura que incorpore más escuelas, hospitales y carreteras.
“En lugar de seguir contratando gente, que se invierta en una reforma educativa profunda para mejorar la formación de los maestros, del material escolar”, añade.
Núñez refiere que pese a que el gobierno de Daniel Ortega “critica la política de los gobiernos neoliberales estas fueron más efectivas para reducir la pobreza”.
Mencionó que “el nivel de pobreza general, que se encontró en 1990 era cercana al ochenta por ciento y se bajó en 16 años a una cifra cercana al cincuenta por ciento”. Significó una rebaja de treinta puntos porcentuales, mientras con Ortega la reducción ha sido de cinco puntos, pasando de 47 al 42 por ciento.
Al legislador preocupa que “Ortega haga crecer más el Estado” porque se provocará un serio problema en las finanzas públicas.
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