La alegría terminó cuando Daniel Ortega regresó al poder. Así lo hace ver el excandidato presidencial Edmundo Jarquín, quien explica que Ortega, presidente inconstitucional de Nicaragua, ha “privatizado” todas las fechas históricas de la revolución sandinista, convirtiéndolas en “eventos personalizados”.
“La privatización de la revolución sandinista es la sectarización de lo que deberían ser momentos nacionales, pero Ortega los ha convertido en momentos personales”, dijo Jarquín, quien fue candidato presidencial por el Movimiento Renovador Sandinista (MRS) en 2006, cuando ganó las elecciones Daniel Ortega por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Desde la semana pasada, la primera dama y coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía, Rosario Murillo, anunció que se realizarían en todos los municipios del país caminatas para conmemorar este 17 de julio, declarado Día de la Alegría. Esta fecha hace alusión al momento cuando el dictador Anastasio Somoza Debayle salió del país en 1979, durante la etapa final de la guerra de insurrección.
También el Gobierno realizará la Feria de la Alegría en el Parque Nacional de Ferias, como parte de esta celebración.
Jarquín insiste en que Ortega privatizó esta fecha como lo hizo con el FSLN, partido que encabezó la insurrección ciudadana contra la dictadura somocista, la cual duró más de treinta años.
Ana Margarita Vijil, presidenta del MRS, organización política creada en 1995 por disidentes del FSLN, explica que los miembros del MRS celebran el 17 de julio como una “fecha histórica para recordarle al pueblo su capacidad de derribar dictadores”.
“El Día de la Alegría es una fecha que debería tener presente Daniel Ortega, porque a todo dictador le llega su 17 de julio”, dijo Vijil.
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