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Arenas de la creación literaria

Parco al hablar de sí mismo, Zambrana prefiere ahondar sobre sus proyectos literarios e históricos, los mismos vinculados a su herencia familiar y cultural, y sus sueños de humanista.

Parco al hablar de sí mismo, Zambrana prefiere ahondar sobre sus proyectos literarios e históricos, los mismos vinculados a su herencia familiar y cultural, y sus sueños de humanista.

Tiene un próximo libro ha editar, La humanidad de Rubén Darío, centra su historia en la vida de poeta, “su angustias y dolor  al que muchos escritores sucumbieron”, refiere Zambrano Fonseca.

“Darío —dice en su estudio Zambrana Fonseca— logró sobrevivir y dejar su caudal de belleza y armonía que no ha sido superada hasta hoy porque sus conceptos partieron del liberalismo y sus virtudes ciudadanas. Así Darío logró romper con las criticas filisteas en su contra”.

Según el escritor, a casi cien años de la muerte de Darío en 1916, solo se han tomado en cuenta los temas de su genio, pero no su gran capacidad y vasta lectura de los clásicos y modernos de Francia; “donde la crítica aún no ha llegado”, señala.

Personajes como Darío, Benjamín Zeledón y José de la Cruz Mena, sus vidas, pensamientos filosóficos, culturales y políticos han sido retratados desde la esencia de la historia misma y con fines educativos, por Zambrana.

EL SON NICA

El escritor  no solo ha centrado su mirada en  Darío, sino que publicó un estudio antropológico sobre la cultura musical y danza popular nicaragüense, titulado El Ojo del Mestizo o la Herencia Cultural.

Dicho texto, dice con orgullo, ha sido requerido por universidades e investigadores de otros países, entre ellos la Biblioteca de Danza Clásica de Alabama.

Este indaga sobre los dos tipos de sones nicas. El primero es anónimo y con raíz en la colonia; dos de sus ejemplos son las canciones la Mama Ramona, y Mama Chilindrá. El otro es de autoría, y surge en 1940 con Víctor M. Leiva.

Este, explica Zambrano Fonseca, es el que le pone “son nica”,  y tiene ritmos acompasados. El otro es de Camilo Zapata que dio a conocer en una edición del disco Cosigüina, y llamó “son  nicaraguano”, y tiene notas de vals.

“Entonces han sepultado en la historia al verdadero creador del son nica, a Víctor M. Leiva”, se lamenta el escritor.

LIBROS SOBRE DARÍO

Primero se emocionó con los versos en rimas, luego escribió sonetos, y después sobre la obra poética, pensamiento y vida de Rubén Darío, con fines didácticos.

La responsable de su iniciación fue la maestra de primaria Consuelo Fornos; entonces Zambrana Fonseca era un niño de 7 años cuando declamó los breves poemas Campoamor, del libro El canto errante (1907); y Latigazo, ambos de Darío.

En su juventud  Zambrano Fonseca publicó  en La Prensa Literaria  un soneto que celebra; a Elena.

En este poema dice Zambrano Fonseca, le hace “entrega  de su amor en versos líricos; a como lo hizo  Pierre de Ronsard en 1574 cuando escribió el  Soneto para Helena; luego Pablo Neruda en el siglo XX con El nuevo soneto a Elena. Ahora Zambrana Fonseca se considera el tercero en tener este honor. En la actualidad hay otros que han escritos sus propias versiones de amor en versos a Elena de Troya.

“Mi endecasílabo lo publicó La Prensa Literaria, creo en 1977 o 1978; años después me publicaron otros poemas como el de  Los cubanos en Nicaragua, y recibí crítica favorable del escritor Rogelio Ramírez (hermano de Sergio Ramírez)”, recuerda Zambrana.

Dedica tiempo y organiza el primer diccionario Para leer a Darío. Zambrana Fonseca recuerda se lo presentó a Fernando Silva y este le pidió al padre Ernesto Cardenal, entonces Ministro de cultura, lo recibiera.

EN BUSCA DE EDITOR

“Cardenal me dijo que no estaban interesados porque querían poesía popular, desilusionado, salí de la Casa hacienda El Retiro donde atendía  y los tiré”, recapitula Zambrana Fonseca.

Más de una década después rearma el libro y ve la luz en 1998, gracias  al apoyo vital de Cairo Amador Arrieta.

Luego trabaja otro libro, y con apoyo de la familia Gómez-Chamorro publica la Antología del Pensamiento de Rubén Darío.

Con respaldo de Aldo Díaz Lacayo  publica Rubén Darío Místico. Mundo, Demonio y Carne. Texto que cuestiona los dogmas de la Iglesia católica y expone con detalles sus etapas de ateo y masón.

Al final Darío en su muerte se enfrenta ante los rituales de la fe católica, se confiesa y comulga con un sacerdote, en León de 1916.

ORÍGENES Y FUENTES

“Yo nací entre libros, mi padre, Armando Zambrana Domínguez, tenía una librería muy conocida  situada en las inmediaciones de la iglesia Santo Domingo en la antigua Managua, antes del terremoto, dice Zambrana.

Y las aprovechó para darse a la lectura de los  clásicos y contemporáneos enriqueciendo su acervo cultural.

Asimismo, cuenta que parte de  las  fuentes   que utilizó para   reconstruir las memorias del general  Benjamín Zeledón y del músico José de la Cruz Mena, provienen de su ancestro Lisandro Zambrana, quien escribió Impresiones y recuerdos en 1952, y Gotas de Whisky.  Así de las historias orales de su bisabuela Manuela Garay Mejía y de otros parientes.

Zambrana Fonseca señala que ambos libros contienen mucha  información real de estos personajes, su entorno, de los amigos, y de sus ancestros familiares.

Asimismo, destacó que su novela histórica Ruinas Mi Incurable Tristeza (Biografía de José de la Cruz Mena), la hizo con  la intención de ser llevada al cine documental.

Indicó que este logro de historia ficcionada   fue gracias a sus estudios de vídeo y fotografías, en la Universidad de Denver, Colorado.

También realizó un documental vinculado al cooperativismo, para la Fundación Nicaragüense de Desarrollo, y otro sobre la historia de las catedrales de Nicaragua, en Videoarte.

LIBERAL

Está por concluir su libro Historias del liberalismo en Nicaragua, de aproximadamente quinientas páginas. Este voluminoso  texto no expone sobre partidos, sino de filosofías, advierte el escritor. Y trabaja en la biografía del padre Mariano Dubón.

El haber dedicado su vida a escribir todo este memorial literario e histórico,  reconoce Zambrana Fonseca,  ha sido posible gracias a Esmelda Parrales, su esposa, quien le ha dado hálitos para escribir todas estas obras sobre Rubén Darío y otros personajes emblemáticos de la historia de Nicaragua.

Luis Armando Zambrana Fonseca, recordó que junto con la teatrista Socorro Bonilla Castellón fundó la Cátedra Rubén Darío, la que impartió en la Universidad del Valle durante cinco años. Este maestro también ha  impartido clases de Filosofía, Sociología, Turismo, Antropología, entre otras.

Nace en Managua, un 14 de febrero de 1950. A los 22 años comenzó a impartir clases en colegios de secundaria de Managua, llega a ser subdirector del Colegio Cristóbal Colón.

Años después de haber tenido otros trabajos en diversas empresas e instituciones partidarias, se dedica a  escribir y dar  clases por más de una década  en la  Universidad Americana.

Lleva más de cuatro décadas como maestro y  lleno de orgullo expresa: “Nunca he dejado de dar clases; hubiese sido diputado, gerente de empresa, pero nunca dejé el aula. Y nunca le impuse mis ideas a los alumnos, porque creo que estos deben ser guiados pero no comprometidos, y tampoco víctimas de las pasiones de todo tipo”.

Sobre reconocimientos honoríficos, dice que los mejores los ha  recibido de sus alumnos, cuando le han saludado o recordado sus enseñanzas universitarias. “Y eso es haber construido almas”, dice filosóficamente, este maestro.

TOME NOTA

El Museo Rosa Sarmiento Chinandega, invita a la conferencia La humanidad de Rubén Darío, que será impartida por Luis Armando Zambrana, próximo sábado 25 de julio, a las 5:00 p.m.,  colegio Rubén Darío.

Cultura artistas creación Nicaragua archivo

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COMENTARIOS

  1. Armando Zambrana Fonseca
    Hace 9 años

    Gracias, Dr, Orlando López-Selva, he co,partido con Ud., mi criterios todos, y también he sentido receptivida de mis ideas, y he aprendido de Ud,. en las conversaciones que tenemos en la Universidad y lo que Ud. escribe en un diario local. SAludos y me agradecimiento.

  2. Alejandro
    Hace 9 años

    Ademas de sumarme a las opiniones favorables sobre el maestro Zambrana, me place compatir con los lectores de este medio, que ha sido un previlegio para mi, haber logrado en algunas ocasiones entablar una conversación con este ilistre nicaragÜnse, sobre temas diversos, sin el apasionamiento sectario y fanatico que otros letrados le quieren imprimir al hilo de sus conversaciones. Saludos profesor Zambrana

  3. Orlando Lopez-Selva
    Hace 9 años

    Nada me extraña de la gran calidad humanista, literaria e histórica del maestro Zambrana Fonseca: su erudicción, su calidad humana, sus reflexiones agudas, sin nunca ser malignas. Lamento que hayamos olvidado su gran calidad humana y su pedagógica y siempre agradable conversacion. Y además, un intelectual que no tiene envidias y maledicencia. Me sumo a los que le reconocen, elogian y admiran.

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