El período lluvioso de Nicaragua normalmente va de mayo a noviembre, con una “interrupción” conocida como canícula entre el 15 de julio y el 15 de agosto, en que las precipitaciones se reducen.
“Posiblemente cada tres, cuatro o cinco días podremos estar teniendo algunas manifestaciones de precipitaciones en las diferentes zonas del territorio nacional”, dijo a periodistas el director de Meteorología del Ineter, Marcio Baca.
El funcionario explicó que se espera que en los próximos días se continúen presentando lluvias al igual que a lo largo del mes de julio, lo cual contribuirá a que el agro no se vea tan afectado por la sequía.
“Como tenemos un déficit de lluvia, todo lo que nos llega es agua bendita para nuestros cultivos, para nuestra tierra, para nuestro clima”, dijo por su parte la portavoz gubernamental, Rosario Murillo.
En este sentido, destacó que las lluvias “mejoran nuestras expectativas en relación a las cosechas de granos básicos, de frutas, de vegetales”.
El experto explicó que la canícula también conocida como “veranillo” no es sinónimo de carencia total de precipitaciones y que pueden registrarse de manera intermitente en todo el país dependiendo del clima de cada zona.
En este sentido, apuntó que en el Caribe por tratarse de una región donde llueve mucho es posible que llueva con más frecuencia, a diferencia del Pacífico, donde se presentarán cada tres o cuatro días.
La agricultura representa el 18 % del Producto Interno Bruto (PIB) de Nicaragua y la ganadería el 10 %, según datos oficiales