“Me fui a San Francisco en 1979, fue una época desagradable para los nicaragüenses”, recuerda Pedro Rafael Gómez Alonso, conocido en la ciudad de Boaco como “Don Payo”, “aún añoraba mi patria, pero no había muchas opciones”.
Don Payo fue un empresario en su tierra natal, “pero el sector privado fue uno de los menos favorecidos en ese tiempo, muchos negocios fracasaron”, recordó. En 1971 sirvió de corresponsal al Diario LA PRENSA y a Radio Mundial. Al viajar a San Francisco se enroló en dos periódicos latinos: El Bohemio y El Mundo.
“Quería estar pendiente de lo que sucedía en mi tierra y al poco tiempo ya estaba trabajando como reportero gráfico”, recuerda.
LA VIDA DE UN MIGRANTE
“Cuando uno va allá, uno llega a trabajar de lo que sea, a no decir no, solo sí, para poder subsistir. En los Estados Unidos uno es número, estuve ilegal mucho tiempo, pero con la presidencia de (Ronald) Reagan (1981-1989) logré legalizarme”, narró Gómez.
Don Payo recuerda que fue a vivir con un primo hermano a quien quería pedirle que lo llevara a ver un juego de grandes ligas, “pero no me dejó hablar y me dijo: ‘ya tengo los boletos, no te preocupes’. Estando en el estadio pensé que era un sueño hecho realidad y que un día estaría abajo con los jugadores, lo cual logré dos años después”, explica entusiasmado.
Según Gómez, todo pasó gracias a Bernardo Pacheco, quien trabajaba en los diarios y le enseñó a utilizar las cámaras. Luego Pacheco fue ascendido y la gerencia de los medios le dieron la oportunidad de cubrir eventos.
LA PRENSA/ MELVIN RODRÍGUEZ
“Un día, Freddy Rosado, dueño del medio, me preguntó si quería cubrir las grandes ligas como reportero gráfico. Ese fue otro sueño cumplido, gracias a esto tuve la oportunidad de conocer muchos estados y a grandes figuras del beisbol”, añade sonriente.
Trabajó ocho años como reportero gráfico de la grandes ligas rodeado de grandes comentaristas deportivos como Armando Proveedor, Enrique “Papi” Bolaños, Charle Pereira Ocampo y Evelio Areas Mendoza. “Una vez mis compañeros y yo tuvimos el honor de recibir a Sucre Frech con el que intercambiamos comentarios sobre el deporte, fue una de las mejores experiencias de mi vida”. Actualmente, Frech posee el título de Mejor Narrador Deportivo Nicaragüense de todos los tiempos.
“Sigo sintiéndome orgulloso de esa experiencia, cualquiera lo puede hacer, pero no es cualquiera el que tiene la oportunidad de hacerlo”, enfatizó Gómez.
SU MUSEO Y LOS RECUERDOS
Desde que entró al mundo deportivo, Gómez ha almacenado gran cantidad de objetos entre llaveros, gorras, boletos, fotos, adornos y una gran cantidad de pelotas firmadas por los jugadores de aquella época.
“Este museo es parte de mi vida allá, es un recuerdo muy grande que no lo voy a olvidar. Me mantengo más aquí que en toda la casa”, dijo con su sonrisa característica.
La pelota favorita de su colección es una firmada por Will Clark, José Uribe y Roger Craig. Además, de una firmada por Denis Martínez. “En mis tiempos, una pelota firmada por uno de ellos valía cien dólares, ahora debe valer mucho más”, agregó.
Según Don Payo, una de sus mejores experiencias fue estar en los playoff entre San Francisco y Oakland en 1989, el cual fue sacudido por un terremoto.
“Los jugadores se quedaron parados, la gente empezó a salir y se dirigió a sus casas a pie. El estadio no sufrió, pero la ciudad sí, yo caminé casi seis horas para llegar del estadio a mi casa, porque los subterráneos no eran seguros”, añadió.
Según Gómez, tuvo muy pocas experiencias malas en su carrera como reportero gráfico. La más destacada fue una discusión con José Canseco. “Nos mandaron a hacerle entrevista y tomarle fotos, cuando llegamos a hablar con él nos dijo: ‘Yo no le doy entrevista a ustedes los latinos (él es cubano). Entonces, yo le dije si vos también sos latino pendejo. Nos contraputeamos, a mí me cayó mal y peor le debí caer yo con eso”, contó.
LA PRENSA/ MELVIN RODRÍGUEZ.
DE REGRESO A SU TIERRA
Gómez terminó de ejercer como fotógrafo en 1992, su último evento fue la entrega de la camisa a Barry Bonds. Después, pasó a laborar en una compañía turística, pero después de la caída de las Torres Gemelas, el turismo se fue a pique y quedó desempleado.
“Me sentía realizado y decidí volver en 2003, regresar a Boaco significaba mucho para mí. Además, con lo que yo recibo de los Estados Unidos puedo vivir bien aquí, pero no viviría allá y quería hacerle mérito a la palabra retiro”, concluyó.
AFICIONADO A LOS GIGANTES
Pedro Rafael Gómez Alonso, “Don Payo”, se casó dos veces y tiene cuatro hijos (de su primer matrimonio), siete nietos y dos bisnietos, todos viven en Estados Unidos, pero se comunica regularmente con ellos.
Su equipo favorito siguen siendo los Gigantes de San Francisco.
También regresó en 1989 a visitar a su padre.
El museo piensa heredarlo a Irvin García, su nieto, para que le siga agregando piezas.
