Cuando Cuba se independizó de España lo hizo con la intervención y ayuda de Estados Unidos. Esto incidió para que más tarde el país norteamericano cobrara el apoyo que dio a Cuba durante la guerra de independencia y exigió una parte del territorio de la isla, si no lo hacía, amenazó con invadirla militarmente. La construcción de la Base Naval de Guantánamo nació entonces de este convenio conocido como la “Enmienda Platt”, un acuerdo entre el presidente cubano de ese entonces, Tomás Estrada Palma, y el estadounidense Theodore Roosevelt. Este autorizaba la intervención de los Estados Unidos en la isla caribeña. La Base Naval de Guantánamo se instaló oficialmente en 1903.
Empezó como estación de carbón para navíos. Guantánamo fue hasta 1959 una base cualquiera: los militares podían ir a Cuba y hasta tres mil cubanos entraban cada día a trabajar. Pero tras la revolución y con Fidel Castro en el poder, Estados Unidos prohibió las salidas de los militares y no contrató a más cubanos. Sin embargo, algunos que aún laboraban en la base pidieron asilo para vivir ahí.
Aquel 11 de enero de 2002, un avión militar de Estados Unidos procedente de Afganistán aterrizó en la Base Naval de Guantánamo. La nave llevaba a bordo a unos veinte prisioneros sospechosos de terrorismo. Vestían trajes naranjas. El gobierno de George W. Bush decidió utilizar la base naval como una prisión para los sospechosos de terrorismo tras los ataques del 11 de septiembre de 2001. Estados Unidos creó el centro de detención para alojar a los prisioneros capturados de la Guerra Global contra el Terrorismo. Desde entonces la reputación de la Base Naval se centró en las acusaciones de torturas e injusticias a los reos que permanecían ahí. Desde 2002, el penal del Caribe ha albergado a 779 cautivos: todos hombres y de más de cuarenta nacionalidades, según datos de la cadena BBC Mundo.
Una de la promesas que el electo presidente de Estados Unidos Barack Obama hizo en 2008 y que cumpliría apenas llegara a la Casa Blanca en 2009, era el cierre del centro de detención en la Base Naval de Guantánamo. Desde entonces, el número de prisioneros ha ido disminuyendo como parte del proceso, pero este se ha detenido por un obstáculo que se ha atravesado en el camino: el congreso de los Estados Unidos, el cual, aún no autoriza el traslado de todos los reos que están en el penal de la isla caribeña.
Según afirma la Agencia AFP en Washington, actualmente la Casa Blanca está dando “la última mano” al plan de cierre de la prisión militar. Una vez finalizado será presentado al Congreso, pero la mayoría de estos son republicanos y se oponen al traslado de los detenidos, argumentando que podría conllevar a nuevos ataques. Después de varios intentos la presión sobre el presidente Obama es cada vez mayor, pues en 18 meses concluirá su período de gobierno y parte de su legado es el cierre de la prisión ubicada en la Base Naval.
INFOGRAFÍA
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