El fenómeno de El Niño, que trae consigo sequía, amenaza con intensificar su efecto en el sector agropecuario, pues se prolongará hasta el próximo año y podría “convertirse en el evento más fuerte que ha impactado a la región desde 1997”, alertaron el Consejo Agropecuario Centroamericano (Secac) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), por lo que llaman a las autoridades a tomar medidas de prevención y mitigación para resguardar al agro.
Especialistas en meteorología, hidrología y agricultura determinaron que Centroamérica continuará enfrentando condiciones secas.
Tras analizar las perspectivas climáticas para el período agosto-octubre 2015, señalan los expertos que en lo que resta del año y en 2016 condiciones muy secas se presentarán especialmente en el litoral Pacífico, desde el oriente de El Salvador hasta Panamá, y con exceso de lluvias, en algunas zonas del litoral Caribe Sur centroamericano y parte del litoral Pacífico guatemalteco.
“La sequía podría afectar la producción de la agricultura de subsistencia de todo el Corredor Seco Centroamericano, especialmente las cosechas de maíz y frijol de las siembras de primera y eventualmente, la siembra de apante. La ganadería seguirá siendo afectada por la escasez de agua y pasto, mientras que la producción frutícola y de café podrían experimentar alteraciones de floración por las altas temperaturas”, alertó Nadia Chalabi, consultora de la Secac en un extenso informe publicado a finales de la semana pasada.
Según estas previsiones, en los próximos meses Nicaragua puede afrontar una canícula moderada, con una alta posibilidad de que el comportamiento de las lluvias sea por debajo de los valores históricos normales en las regiones del Pacífico, Norte y Central, y condiciones cercanas a lo normal solo en las Regiones Autónomas del Caribe Norte y Sur.
Dichas condiciones provocarán consecuencias negativas en la actividad ganadera realizada en la zona norte del país, advierte el organismo. Mientras que para la producción de granos básicos la reducción de lluvias creará condiciones favorables para el subciclo de apante solo en algunas zonas.
Las autoridades locales aún no oficializan estos pronósticos a los dirigentes de los gremios productivos. “Por eso la semana pasada decidimos invitar a los representantes de Ineter (Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales) para que nos presenten los pronósticos para poder tomar decisiones para la siembra de postrera, pero aún no sabemos cuándo nos reuniremos con ellos”, dijo el directivo de la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic), Manuel Álvarez.
En el caso de algunos cultivos propios de la postrera y que se siembran a gran escala como el sorgo, no se espera mayores atrasos, ya que este no necesita mucha agua. Pero otros como el maní, tendrán que retrasar la siembra hasta que la tierra esté suficientemente húmeda.
La historia cambia para los pequeños y medianos productores, en su mayoría de subsistencia, ya que carecen de condiciones que les garanticen la producción de los alimentos para el consumo de sus familias. “La única salvación para la agricultura y ganadería en el Corredor Seco es una iniciativa para promover sistemas de riego, porque hay zonas donde hay agua en el subsuelo… Este sería el segundo año que perderían sus cosechas”, dice Gustavo Toruño, directivo de la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos.
Toruño aclara que no se está pidiendo que se donen estos sistemas, “sino que simplemente se garantice una iniciativa de crédito que permita la sostenibilidad de la producción agrícola” y detener la descapitalización de la ganadería, ya que las condiciones de la zona han empujado a parte de los productores a deshacerse de sus reses.
Evitar especulación
L a Secretaría Ejecutiva del Consejo Agropecuario Centroamericano (Secac) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) llamaron a las autoridades agrícolas del istmo a reorganizar las fechas de siembra de los cultivos anuales, emplear sistemas de monitoreo de plagas para prevenir riesgos sanitarios y prepararse para una temporada seca que se anticipa como más intensa y prolongada.
También aconsejan intensificar acciones en materia de inteligencia de mercados para evitar especulación o crisis generadas artificialmente.