El sistema de Cuentas Nacionales, que registra el comportamiento numérico de las actividades económicas, atraviesa un grave deterioro desde que las autoridades del Banco Central de Nicaragua (BCN) comenzaron la revisión hacia atrás.
Mientras el economista Alejandro Aráuz califica la situación como “muy delicada”, su par, Adolfo Acevedo, ha asegurado que las mismas han “colapsado” y ya no reflejan la realidad actual de la economía nacional.
Aráuz sostiene que el problema comenzó en 2012 cuando se anunció el cambio de año base, que es el que sirve de referencia en el tiempo para la economía.
Con información obtenida por fuentes del BCN y como conocedor de las cuentas nacionales, Aráuz asegura que cuando se hizo el cambio del año base del sistema de Cuentas Nacionales no se realizó “una encuesta sectorial de la economía sino más bien los datos de actualización se basaron en encuestas anteriores y con encuestas anuales se calcularon parámetros, estructuras, etcétera”.
Entonces, añade, los nuevos cálculos se hicieron con la base en un sistema de registro económico obsoleto. “Por ello es que se afloran (actualmente) inconsistencias muy graves, que tratan de resolver con las encuestas anuales empresariales, con efectos perversos en las mediciones”.
El economista cuestiona que el Fondo Monetario Internacional (FMI) haya avalado ese procedimiento en el cambio del año base de las Cuentas Nacionales, “haciéndose de la vista gorda” y donde supuestamente participaron técnicos “obviando la ética profesional aún sabiendo que todo este proceso no es correcto”.
LA PRENSA ha enviado solicitud de explicación al BCN, pero hasta hoy dicha institución no se ha pronunciado.
Acevedo, quien fue el primero en señalar la transformación abrupta que el BCN estaba haciendo de la estructura sectorial de la economía a partir de 2010 —y no desde 2006, que es el nuevo año base—, dijo que el resultado de todos los ajustes es que “el sistema de Cuentas Nacionales ha quedado inservible para proporcionar una fotografía realista y legítima de nuestro sistema económico”.
“No se trata de que sea ilegítimo hacer revisiones en la serie de cuentas nacionales cuando se descubre nueva información. Pero si los cambios son de tal magnitud que cambian por completo la estructura sectorial de la economía, las exigencias técnicas y metodológicas que recaen sobre semejante revisión, son de gran envergadura”, señaló Acevedo.
SISTEMATIZACIÓN FALLA
¿Por qué el BCN ha dejado de publicar varios indicadores económicos? Aráuz sostiene, en este sentido, que no es no hayan datos, por el contrario “con este Gobierno se ha generado un volumen de información desde los territorios inmenso y que sirve para los asesores alrededor de la Presidencia (…), la gran falla es la sistematización y validación de toda esta cantidad inmensa de información que se vuelve imposible”.
A eso se añade la rotación de ministros, lo que ha creado un “completo desorden”, situación que se ha empeorado debido a que en su momento los secretarios políticos también se involucraron en la recolección de información en el terreno, pero cuando se conciliaban con la de los técnicos de los ministerios “ambas fuentes eran inconsistentes”.
Aráuz teme que el desorden en las cifras oficiales pueda “llevar a Nicaragua a una situación parecida a Argentina, hace varios años atrás que nadie creía en las cifras oficiales, e incluso al ejemplo de Grecia, que ocultaron por mucho tiempo las verdaderas cifras y datos que exponían la real situación de este país en su periodo antes de estallar su crisis”.