Una huelga nacional convocada por indígenas, sindicalistas y grupos sociales opositores al gobierno de Rafael Correa bloqueó ayer tramos de la carretera Panamericana y calles de la capital y provincias, donde el transporte público era escaso en medio de roces entre manifestantes y la Policía.
En el centro andino del país se produjo un conato de enfrentamiento cuando el ministro del Interior, José Serrano, llegó para comandar un operativo de desalojo de la vía Panamericana, y los policías lanzaron gases lacrimógenos, pero los manifestantes retrocedieron y volvieron a tomar posiciones.
El asambleísta del Movimiento Indígena, César Umaginga, y otras personas fueron detenidos en medio de los roces, según denuncias de dirigentes indígenas.
CIERRE DE PANAMERICANA
Durante la jornada la carretera Panamericana se mantuvo cerrada al norte y sur de la capital, mientras Quito está virtualmente paralizada y Guayaquil, Ambato, Cuenca y otras ciudades del interior registraron calles y avenidas obstaculizadas por manifestantes que quemaban llantas.
Los inconformes rechazan algunas leyes que según dicen, los afectan y la intención de que la Asamblea, dominada por el partido gobernante Alianza País, apruebe una serie de enmiendas constitucionales que permitirían la reelección indefinida de Correa y otras autoridades de elección popular.
Este es el primer paro nacional que enfrenta el jefe de Estado en sus ocho años de gobierno. Correa llegó al poder en enero de 2007 y de acuerdo con la actual Constitución debe terminar su mandato en 2017.
ENFRENTAMIENTOS
Al final de la tarde miles de indígenas y quiteños marcharon desde el centro-norte de la capital con dirección a la Plaza de San Francisco, pero poco antes de llegar a su destino se produjeron enfrentamientos durante varios minutos con la Policía, que usó gases lacrimógenos con el fin de dispersarlos, mientras los manifestantes se defendieron con palos y piedras.
Al menos una docena de policías y otros tantos ciudadanos quedaron con heridas de menor magnitud producto de los golpes. Durante la marcha, el presidente de la mayor organización indígena del país, Conaie, Jorge Herrera, expresó: “Hemos dicho desde el principio que cualquier situación de violencia durante la marcha en Ecuador, el único responsable es el presidente”.
Por su parte, el dirigente indígena Carlos Pérez afirmó: “Nadie nos va a obligar, menos Correa; por cada latigazo nos vamos a levantar con más ganas y con más fuerza, depondremos la medida cuando las bases nos digan que hay que dar un paso atrás para dar dos adelante, pero el pueblo ya está levantado”.
Diego Fuentes, viceministro del Interior, dijo que los manifestantes deben protestar en el marco de la ley. “No se pueden cerrar las vías. La disposición a las vías es clara; en caso de que las personas insistan en cerrar las vías serán detenidas”, afirmó.
LAMENTA PREPOTENCIA
El presidente Rafael Correa dijo: “Lamentablemente es verdadera prepotencia atentar contra el derecho de los demás. Frente a su frustración nos han cerrado carreteras”.
“Estas cosas tienen que ser rechazadas no por la fuerza pública sino por la ciudadanía”, agregó.
También señaló que “hay un pequeño grupo que nos quieren imponer sus políticas”.
Miles de simpatizantes del mandatario se congregaron ante el palacio de gobierno, en pleno centro histórico, en respaldo a Correa y para presenciar un festival artístico.
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