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Gina Montaner

Las guerras del chavismo

Un día sí y otro también Nicolás Maduro asegura que el gobierno chavista es víctima de todo tipo de conspiraciones internacionales. Una vez más el mandatario venezolano señala un supuesto eje Washington-Madrid-Miami, en específico a los políticos cubanoamericanos Ileana Ros-Lehtinen y Marco Rubio, como responsables de truculentos planes para desestabilizar el gobierno de Caracas.

Las acusaciones que hace Maduro, ahora apoyándose en unas declaraciones de unos delincuentes comunes que de la nada incriminan en un video a Rubio y Ros-Lehtinen, carecen de fundamento. Era una estrategia muy usual de su predecesor y mentor Hugo Chávez y a la que hoy recurre su sucesor para culpar de todos los males del país a unos hipotéticos archienemigos que pretenden acabar con el experimento del Socialismo del Siglo XXI.

Lo cierto es que a estas alturas son muy pocos los que creen que la grave crisis que atraviesa Venezuela es la consecuencia de complots que se dirigen desde la Casa Blanca con la complicidad del presidente del gobierno español Mariano Rajoy o figuras influyentes del exilio cubano que han vivido en carne propia el desastre del modelo castrista en el que se inspiró el desaparecido Chávez.

El propio expresidente español Felipe González, quien recientemente tuvo que abandonar Caracas sin poder reunirse con el político opositor Leopoldo López, preso desde hace más de un año, escribe en El País: “El señor Maduro no puede seguir ocultando su fracaso inventando conspiraciones del ‘imperio’, de la extrema derecha interna e internacional…” González, quien en todo momento se ha mostrado solidario con la causa de la oposición democrática, señala que no tiene sentido acusar a Washington en un momento en el que la administración Obama impulsa una política de acercamiento nada menos que con la Cuba de los hermanos Castro.

Pero Maduro, como le sucedía a Chávez, no cuenta con un plan de gobierno sostenible que genere prosperidad. A lo único a lo que puede asirse es a la retórica inflamada del populismo y apuntar con el dedo a unos adversarios (que en realidad son molinos de viento) contra los cuales hay que luchar. En eso el chavismo explota la variante del “Patria o muerte, venceremos” que fue durante décadas el leit motif de un Fidel Castro beligerante y siempre dispuesto a saltar a las trincheras en una guerra contra el “imperio” que nunca se dio, pero que mantuvo movilizados a los cubanos en medio de la pobreza y la falta de libertades.

Así está hoy Venezuela. Con una hiperinflación rampante, la escasez es generalizada y las familias dedican las horas a hacer colas interminables y a buscar los productos básicos. El caos y el crimen reinan en las calles, pero Maduro y su camarilla acusan a Marco Rubio, a Ileana Ros-Lehtinen a Felipe González o al mismísimo Obama de todas las calamidades que sufren los venezolanos. Los chavistas, como en su día hicieran los castristas, anuncian guerras inminentes para esquivar la verdad de la única escaramuza que día a día hunde más al país: la que el chavismo ha emprendido contra un pueblo al que ha empobrecido y le ha recortado libertades.

Aunque la oposición vive bajo el acoso continuo y buena parte de sus líderes han sido inhabilitados, están encarcelados o bajo arresto domiciliario, esta se prepara para dar la batalla en las elecciones parlamentarias que se celebrarán el 6 de diciembre. Es verdad que están asediados y la aplastante maquinaria chavista juega con ventaja al controlar la mayoría de los medios y las instituciones. Pero una vez más habrá que pedir la presencia de observadores internacionales y ejercer el derecho al voto con la esperanza de que la pesadilla que erigió Chávez llegue a su fin.

Muchos aseguran que hoy Venezuela es como Cuba. No obstante, a pesar de la estrecha alianza entre el castrismo y el chavismo, por fortuna para los venezolanos el totalitarismo no se ha impuesto en los últimos 15 años, como sucedió en la isla poco después de que triunfara la revolución. Mientras haya partidos políticos en la bancada de la oposición y urnas donde depositar el voto para candidatos que no sean del oficialismo, la oposición y sus seguidores no pueden rendirse. Hay caminos más largos y tortuosos que otros. Los venezolanos todavía tienen atajos y deben aprovecharlos.

La autora es periodista. ©FIRMAS PRESS
Twitter: @ginamontaner

Opinión chavista Gobierno Opinion Venezuela archivo

COMENTARIOS

  1. Hace 9 años

    A Diosdado no va a deponer AL BURRO Maduro, no hay que olvidar que de acuerdo a la Constitucion a Diosdalo le correspondia asumir cuando murio Chavez, pero este zorro no fue pendejo y no quizo cargar con la papa caliente que le heredaron y se la cedio al Chofer Ignorante, quedando el detras del trono pero como el No.1 de las fuerzas armadas y del mismo gobierno. El mounstro de Miraflores solamente es el MONIGOTE DE Diosdado Caballo.

  2. Laureano Oretga M
    Hace 9 años

    El uniko q puede bajar a Maduro es Diosdado ….

    Pr ani va a reventar ….

  3. Hace 9 años

    Maduro va a ganar las proximas elecciones y todo el orquesteo para derribarlo quedara en nafa

    1. Gaitan
      Hace 9 años

      Comandante Malvado, si su deseo se hace realidad sera la peor suerte para venezuela, no solo porque N.Maduro es el peor Gobernante que Venezuela tuvo y tendra, pues la alternativa seria una “guerra Civil” no solo por Democracia sino que por HAMBRE, cualquier inepto dirige su Pais cuando abunda la riqueza, pero cuando se necesita un Lider, no cualquier chofer llena los zapatos. Asi que Carlos espero que tu deseo no se cumpla, por el bien de Venezuela.

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