Creí que, en su sueñobajo la tierra,el verdor reposaba para siempre.Jóvenes olivos saludanmi descenso.Veo la ascensión de la víspera.Veo esos cuadernosdonde apareciste por vez primera.Veo el encanto imposibleque me mantenía despierto,timonel del alba y la noche,queriendo avistar los poemas.Sé que la noche.Y que tanta edad.Y que los derroteros.Pero la tierra se humedecey el verdor se conmueve.Para siempre.
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