¿Quién es el representante de la Iglesia evangélica en Nicaragua? Esta pregunta, que del lado de los católicos no tendría ningún problema en ser respondida, no tiene una respuesta clara entre la comunidad cristiana protestante del país. Los números revelan que los evangélicos han crecido en miembros y estructuras, están en todas partes del país y tienen influencia en sus comunidades, pero ¿quién representa a los evangélicos?
NACE UNA FEDERACIÓN
LA PRENSA hizo esta pregunta a dos líderes de la citada iglesia y la respuesta fue la misma, pero en distintas palabras: no hay una cabeza visible ni una organización única que aglutine a esta heterogénea sociedad de personas religiosas.
El pastor Omar Duarte, uno de los líderes evangélicos más influyentes del país, preside actualmente la recién creada Federación de Iglesias Evangélicas de Nicaragua (Fienic) que persigue alcanzar la representación oficial en el país de la comunidad evangélica, que según las encuestas, aglutina al treinta por ciento de la población creyente del país.
Duarte cree que esa cifra es superior al cuarenta por ciento de una población de 6.1 millones de habitantes, es decir, unas 2,440,000 personas.
La creación de Fienic, explica Duarte, busca responder a la interrogante de LA PRENSA y otros sectores sociales: ¿Quién representa a los evangélicos en el país?
Duarte explica que la Iglesia evangélica tiene gran incidencia en el país en el campo pastoral, de la educación, social y económico, por lo que es necesaria la unificación evangélica.
“Somos una realidad en el país. Somos más unidos en torno al evangelio, pero seguimos divididos más de cien años después de haber recorrido el camino de Dios en este país. Hoy no podemos estar dispersos y es por eso que los evangélicos nos estamos uniendo en esta federación, para pronunciarnos a una sola voz en la vida religiosa, política, social, económica, pero sin compromisos políticos de ningún tipo”, dijo Duarte.
De acuerdo con cifras no oficiales de la Federación de Iglesias Evangélicas de Nicaragua, este sector religioso se organiza en aproximadamente cien denominaciones, ministerios y congregaciones, que poseen en Nicaragua más de dos mil templos, decenas de escuelas, radioemisoras, un canal de televisión, clínicas, servicios médicos ambulantes, hospitales, periódicos y revistas, más de veinte institutos de formación doctrinal, imprentas, centros de reflexión, formación y desarrollo, una universidad, una Facultad de Teología, una escuela de música y otra de enfermería a nivel superior, además de una voluminosa estructura social, que lo convierte en un poder económico, cultural y religioso.
Es decir, han crecido en desorden y no logran unirse, lo cual las debilita en influencia y organización frente a la Iglesia católica, que maneja una estructura sólida, un liderazgo local e internacional visible y un único discurso desde hace quinientos años.
Evangélicos en la política
La falta de una organización general en la Iglesia evangélica se refleja en episodios en que líderes evangélicos han incursionado en política, desde que el pastor Guillermo Osorno se lanzó a candidato presidencial en 1996 con el partido Camino Cristiano. Luego terminó absorbido por los partidos mayoritarios y sus seguidores se dividieron. Igual ocurrió en las elecciones del 2006 con el Movimiento de Unidad Cristiana (MUC), que dirigió el pastor Omar Duarte. Ese año el MUC vio cómo su directiva se dividió: una parte en la Convergencia Nacional del Frente Sandinista y otra con el Movimiento de Renovación Sandinista (MRS), mientras en el norte del país sus bases de alinearon con el PLC y los grupos de la Resistencia Nacional.
TRAS UNA ÚNICA ESTRUCTURA
La Federación comenzó a organizarse a finales del año pasado y se creó formalmente en febrero, pero fue en agosto pasado que recibieron la personalidad jurídica de la Asamblea Nacional.
Aunque tomando distancia, Duarte dice que si se quiere explicar la búsqueda de unidad evangélica en comparación con la Iglesia católica, entonces ellos buscan “un equivalente a la Conferencia Episcopal”.
“Vamos en ese camino. La federación ya cuenta con el respaldo del sesenta por ciento de las Iglesias evangélicas del país y estamos en diálogo con el restante”, anuncia Duarte.
En Nicaragua, el protestantismo, a como se le llama al sector evangélico, es un fenómeno religioso en expansión.
Su ritmo de crecimiento en la última década lo hace arrastrar un enorme caudal humano que abarca entre el 25 y 30 por ciento de la población total del país, estimada en 6.1 millones de habitantes a 2015, lo cual arrojaría un mínimo de 1,525,000 personas conglomeradas en torno a esa Iglesia.
Esto si basamos el fenómeno a partir de los datos de la encuesta de M&R Consultores de julio pasado, que revela que aunque la mayoría de los nicaragüenses continúan siendo católicos (46.4%), los evangélicos siguen aumentando desde inicios de los años noventa hasta representar ahora al 33.3 por ciento de la población.
Augusto César Marenco, pastor general del Ministerio Apostolar Centro Cristiano y otro de los rostros más conocidos en la comunidad evangélica, reconoce que la variedad de “apellidos” de las iglesias evangélicas puede ser una debilidad al evaluar el liderazgo de esta Iglesia.
2,440,000 es la cantidad de miembros de la Iglesia evangélica que calcula el pastor Omar Duarte, quien estima que el cuarenta por ciento de una población total nicaragüense de 6.1 millones de habitantes, profesan la religión cristiana evangélica. Las encuestas reducen el porcentaje a cerca del treinta por ciento.
IGLESIA DE MUCHOS APELLIDOS
Aparte de la recién creada Federación Nicaragüense de Iglesias Evangélicas, ya existe un Consejo Nacional de Pastores de Nicaragua, una Alianza Evangélica Nicaragüense, un Consejo Nacional de Iglesias Evangélicas de Nicaragua, un Consejo de Iglesias Evangélicas Pro Alianza Denominacional y otras organizaciones.
“A la vez, esta diversidad es una fortaleza. La Iglesia evangélica es una organización diversa con tendencia al crecimiento, con presencia en todo el territorio y con diversidad de liderazgos accesibles y cercanos a sus comunidades. Es decir, llevamos la voz cristiana a más lugares no solo a través de un mismo canal, sino de diversidad de voces”, dice.
Sin embargo, reconoce que la falta de unidad entre las iglesias los debilita al no tener carácter de institución sólida.
“Es verdad que debido a la variedad de organizaciones y estructuras diversas, es difícil aplicar un modelo de alianza homogéneo que atraiga a todos los sectores cristianos evangélicos, pero hay esfuerzos en esa vía y aunque eso no ocurriera ahora, mientras no ocurra todavía, la comunidad de hermanos y hermanas evangélicas sigue creciendo en torno a una sola voz a la cual no se le disputa liderazgo”, dijo Marenco, en referencia a Dios.
EL AVANCE DE LOS EVANGÉLICOS
Las cifras históricas indican un descenso del catolicismo desde 1950 cuando el 95.8 % de los nicaragüenses se identificaba como católico. Los evangélicos apenas representaban un 4.1 %. En 1995: los católicos representaban el 72.9 % de la población nicaragüense y los protestantes 11.5%. En 2005 los adeptos católicos representaban el 58.5 % y los evangélicos 21.5 %. En julio del 2015 la encuesta de M&R determinó 45.9 % de católicos y 30.8 % de evangélicos. En julio 2015, la Iglesia evangélica se situó por primera vez en las últimas décadas ligeramente por encima (51.1) de la Iglesia católica (51.0) entre las instituciones más confiables de Nicaragua según M&R.
En Nicaragua, actualmente se registran más de cien denominaciones evangélicas, oficiando en unos diez mil templos.
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