Aunque ha faltado la lluvia, hay gran cantidad de semillas de mangle rojo (propágulos) que se recolectan en esta temporada en el Estero Real para las jornadas de reforestación las que participan estudiantes, visitantes y trabajadores acuicultores de la región.
“La escasez de lluvia impacta en todos los ecosistemas que conocemos, sin embargo el ecosistema de mangle es el que resiste más los embates del cambio climático. Fija cinco veces más el carbono que cualquier otro bosque por eso es importante conservar el bosque manglar para la mitigación y adaptación al cambio climático”, expuso Haydée López, de la Unidad de Gestión Ambiental de la alcaldía de Puerto Morazán.
Los ecosistemas de manglar sirven de hábitat para innumerables especies como la concha negra y cumplen una función ecológica muy importante, pues sirven de transición entre los ecosistemas terrestres y marinos.
López agregó que hay buena cobertura pero que el bosque manglar sufre de intensas presiones, extracción de leña y tala ilegal en sus tres especies representativas en el Estero Real: mangle rojo, el curumo o palo de sal y mangle blanco o angelín.
Mario Álvarez, gerente de operaciones del grupo camaronero Seajoy, dijo que en jornadas de cuatro semanas plantaron cincuenta mil propágulos en zonas costeras de la camaronera Torrecillas.
Refirió ante estudiantes de las comarcas Palacio y Quebrada Honda, del municipio de Puerto Morazán, visitantes y autoridades que en ocho años han plantado más de medio millón de propágulos.
El niño pega duro
Juan Ramón Bravo, coordinador de proyectos del Instituto de Capacitación, Investigación y Desarrollo Ambiental (Cidea) UCA, refirió que el fenómeno de El Niño no solo afecta al cultivo del camarón sino a distintos medios de vida que dependen del agua.
“En el caso del municipio de Villanueva, parte alta del Estero Real, se reporta un 54 por ciento de reducción de precipitaciones. Reforestar es un papel preponderante por el hábitat de diferentes especies”, refirió Bravo.
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