Un potente terremoto azotó ayer regiones remotas del norte de Afganistán y Pakistán, dejando al menos 270 muertos, y sin servicio de electricidad y comunicaciones a zonas ya de por sí aisladas.
El sismo —de magnitud de 7.5 grados en la escala de Richter y una profundidad de 212.5 kilómetros— tuvo su epicentro en la profundidad de las montañas Hindu Kush, en una zona escasamente poblada en la provincia de Badakhshan, Afganistán, que comparte fronteras con Pakistán, Tayikistán y China, de acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos.
El movimiento telúrico, que duró casi un minuto, sacudió edificios de Kabul, Nueva Delhi e Islamabad y provocó pánico en la población.
El balance provisional era de al menos 63 muertos y doscientos heridos en Afganistán. En el vecino Pakistán, las autoridades locales y provinciales dieron cuenta de al menos 214 fallecidos y más de 1,800 heridos. En la región de Cachemira, controlada por la India, se reportaron dos decesos.
ZONAS REMOTAS
El número de víctimas aún podría aumentar, avisó el responsable del gobierno provincial de Khyber Pakhtunkhwa (noroeste), una de las zonas más afectadas por el sismo. “Toda la provincia está en alerta, y los hospitales se hallan en estado de emergencia, pero aún es demasiado pronto para dar un balance”, indicó Pervez Khattak, ministro de esa provincia “remota y montañosa”.
Los equipos de rescate batallaron para llegar a las regiones más afectadas cerca del epicentro, a 73 kilómetros al sur de Fayzabad, capital de la provincia de Badakhshan.
Abdul Humayoon Dehqan, jefe de la Autoridad Nacional de Manejo de Desastres en la provincia, dijo que tenía conocimiento de únicamente 12 muertos y veinte lesionados en la región, la mayoría de ellos a causa de edificios colapsados, y dijo que su personal no llegará a las zonas afectadas hasta hoy, cuando tenga una cifra más precisa.
RECUERDO DE 2005
“Estaba orando cuando el enorme sismo sacudió mi casa. Salí a causa del pánico”, dijo Munir Anwar, en la provincia de Punjab, al este de Pakistán.
“Fue terrible. Me recordó 2005”, dijo una mujer de unos 50 años, quien salió corriendo de su casa en el centro de la capital Islamabad.
Hace diez años, el 8 de octubre de 2005, un terremoto de magnitud 7.6, con un epicentro próximo al del sismo de ayer, causó la muerte de 75,000 personas y dejó a más de 3.5 millones en la calle.
“La cantidad de víctimas no debería ser tan importante como en 2005, pues el hipocentro esta vez era mucho más profundo”, dijo un responsable de la autoridad paquistaní de catástrofes naturales.
AYUDA A ESPERA
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo que las agencias de las Naciones Unidas se han movilizado y están listas para apoyar las operaciones de socorro dirigidas por el Gobierno para las víctimas del terremoto, si se les pide.
El portavoz de la ONU, Stephane Dujarric, afirmó que “los reportes siguen llegando, pero está claro que ha habido pérdida de vidas y daños graves a la infraestructura en ambos países”.
EE. UU. también ofreció su apoyo. El portavoz del Departamento de Estado estadounidense, John Kirby, comentó que el Gobierno aún no ha recibido una solicitud formal de ayuda, pero está, “sin duda, dispuesto a considerar cualquier solicitud”.
El portavoz de la ONU, Stephane Dujarric, afirmó que “los reportes siguen llegando, pero está claro que ha habido pérdida de vidas y daños graves a la infraestructura en ambos países”. EE. UU. también ofreció su apoyo. El portavoz del Departamento de Estado estadounidense, John Kirby, comentó que el Gobierno aún no ha recibido una solicitud formal de ayuda, pero está, “sin duda, dispuesto a considerar cualquier solicitud”.
12 estudiantes de una escuela de niñas fallecieron durante una estampida por salir del edificio, en la provincia de Takhar, al oeste de Badakhshan. Otras 42 fueron llevadas a un hospital.
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