Durante veinte días de la Mina El Limón, en León, no se extrajo ni una sola onza de oro. La planta que a diario procesa 1,400 toneladas de material para extraer entre 160 y 170 onzas de oro, estuvo varada desde el 30 de septiembre hasta el 19 de octubre, producto de las manifestaciones violentas de pobladores de la comunidad.
¿El motivo? Los protestantes decían al inicio que era en desacuerdo por el despido de unos sindicalistas, pero con el transcurso de los días los motivos iban aumentando, hasta estallar en una batalla que dejó un policía muerto, decenas de heridos, detenidos y cuantiosas pérdidas económicas.
Pablo Venturo, gerente país de la concesionaria de Mina El Limón, B2Gold, sostiene que el verdadero origen del conflicto en ese distrito minero fue el “desconocimiento a lo actuado por la autoridad competente, en este caso el Ministerio del Trabajo, por desconocimiento al marco legal, bajo el cual habíamos actuado en el proceso que se inició contra cinco trabajadores”. El Ministerio del Trabajo autorizó la cancelación de contratos de tres de los cinco trabajadores.
Venturo asegura que solo por lo que dejó de producirse no se percibieron unos cuatro millones de dólares, a lo que debe sumarse los vehículos dañados, los salarios que no fueron pagados por los días de inactividad a cerca de 800 personas que ahí laboran, otros daños en algunos equipos por haber estado varados, cuando normalmente trabajan 24 horas al día, todos los días, más el impacto en la economía de la localidad.
Mina El Limón acumula en lo que va del año casi un mes sin operar, producto de las cuatro huelgas que ha tenido. Pero, aun así, la transnacional canadiense se enfocará en las concesiones que tiene en el país, “con calma, pero pronto”, para continuar extrayendo el dorado metal y seguir siendo de las principales empresas exportadoras de Nicaragua.
¿Cómo es que tres despidos lograron mover a toda una comunidad?
El asunto que ha movilizado a una parte de la comunidad —no olvidemos que Mina El Limón es una comunidad bastante grande, mucho más grande que los que han participado en estos actos—, fue la desinformación tendenciosa de algunas personas, algunas de ellas están siendo procesadas actualmente. A través de la desinformación y la creación de expectativas sin fundamento lograron adhesión de sectores importantes de la comunidad, gente a la que se ofrecía un trabajo, gente a la que se ofrecieron aumentos de salarios, gente a las que les ofrecieron contratos de trabajo si es que se agregaban a la huelga, hubo gente inclusive que le ofrecieron comida… toda esta manipulación, desinformación, creo que sumó gente… Obviamente, no podemos ser tampoco tan ciegos de decir que hay una población enteramente feliz. Siempre hay un porcentaje de descontento, de gente que considera que las cosas no son como ellos esperan, entonces es esta suma de factores.
¿Por qué quienes participaron en esta huelga reaccionaron con tanta furia, con tanta violencia?
Creo que eso es un asunto que va a merecer una evaluación, un análisis frío. Ahora estamos enfocados en restablecer la normalidad, vamos en su momento a establecer cómo debe ser la relación con la comunidad y eso dará pie a analizar lo que pasa, pero sin duda que se ha tratado en general de un tema de orden público. La mayoría de la población, los más de 11 mil habitantes del distrito minero quieren paz, es gente con la que veníamos trabajando por más de cinco años sin ningún conflicto. Entonces, es gente que recibe beneficios de la empresa; nuestros trabajadores son de los mejores pagados del país, hasta cuatro veces más del promedio nacional. Los beneficios que damos a la comunidad en energía eléctrica gratis a más de 8,000 habitantes, el servicio de agua potable que es subsidiado por la empresa, el pago de planilla de profesores que no pueden ser cubiertos con Presupuesto del Estado lo cubrimos nosotros como empresa, mantenimiento de caminos, la construcción de puentes… Apreciamos la participación de las instituciones del Estado, que ha sido oportuna, que están poniendo atención a la problemática de Mina El Limón, ellos también harán sus valoraciones. La comunidad hará la suya…
¿Cómo lograron la solución del
conflicto? ¿Hubo alguna negociación?
No había negociación en curso. No había ningún proceso de demandas. Nosotros hemos actuado siempre de acuerdo a ley, ajustados a derecho, acatando lo que dispone la autoridad competente. En este proceso en particular hubo un proceso de diálogo previo al desencadenamiento de violencia. Nos reunimos hasta en tres ocasiones en la semana previa a los actos de violencia, con las partes involucradas tratando de encontrar una salida, pero la posición fue de intransigencia, entonces esto derivó a que ellos optaran por la coacción, la violencia para tratar de imponer un punto de vista. Creo que los esfuerzos se agotaron, había una situación de orden público que había que resolver, pero ahora que estamos en este esfuerzo por lograr estabilidad, de lograr armonía en el mediano y largo plazo…
Hubo cuestionamientos por la
forma en que actuó la Policía Nacional para disolver el conflicto…
Para entender lo que pasaba en Mina El Limón hay que ver lo que padecieron nuestros trabajadores durante estas semanas: nuestros trabajadores fueron impedidos de circular, fueron impedidos, en de manera violenta en muchos casos de llegar a sus centros de trabajo, había una ciudad, un pueblo paralizado, 250 negocios cerrados, cuatro centros educativos con ausencia de estudiantes por temor a salir a las calles y porque estaban llenas de barricadas y creo que la respuesta ha sido institucional, nosotros respetamos las decisiones que se han tomado a nivel institucional, entendemos que ha sido respuestas a una situación de inseguridad en la mina, una situación de inestabilidad, una situación de orden público y entendemos que se ha actuado dentro de ese marco. No olvidemos también que estos actos han generado una fatalidad, un policía muerto, eso también hay que tomar en cuenta en el análisis de la situación.
¿Consideran que tuvieron el apoyo necesario por parte de las autoridades?
Nosotros no lo vemos esto como un apoyo a nosotros como empresa, creemos que se ha dado respuesta a una situación de inseguridad, a una situación de orden público para toda una comunidad, para todo un distrito minero, donde 11 mil habitantes veían afectada su economía, veían afectado su derecho a la libre circulación, veían afectada su seguridad, y yo pienso que la respuesta ha sido institucional…
Por un lado se restablecieron labores en Mina El Limón, pero en los mismos días tuvieron la cancelación de la exploración que realizaban en Rancho Grande…
Estamos hablando del tema de respeto a las instituciones y efectivamente el Ministerio de los Recursos Naturales se ha pronunciado respecto a una solicitud para iniciar un proceso de permiso para nuestro proyecto en Rancho Grande.Hemos sido notificados por la autoridad competente, hemos acatado lo dispuesto. Creo que lo que nos corresponde es actuar de acuerdo a lo que nos va a permitir la ley, pero creo que lo más urgente ahora para nosotros es enfocarnos en la cartera de proyectos que tenemos en otros puntos del país para asegurar que la vida de nuestras minas, de nuestros distritos mineros, se extienda en el tiempo, esa es la realidad, yo creo que vamos a seguir apostando por un modelo de minería responsable, creo que queda mucho esfuerzo por hacer por darnos a conocer y dar a conocer a la sociedad en su conjunto el impacto tremendamente positivo que tiene la industria en Nicaragua y el sector minero metálico y B2Gold en particular, pues somos un actor clave de la dinámica económica del país: aportamos tremendamente al crecimiento económico de Nicaragua, representamos el 2.67 por ciento del PIB, entonces creemos que esto es gracias a un modelo de negocios responsable y moderno que tenemos que seguir promoviendo, en donde tengamos las autorizaciones correspondientes.
¿Cómo incide en las metas como empresa la cancelación de esta concesión?
No inciden en el corto plazo, pero estamos evaluando qué acciones debemos tomar a nivel de nuestros equipos de exploración, de nuestra cartera de proyectos existente. Pensamos que el proyecto minero de Rancho Grande hubiese podido entrar en operación en 2017, entonces tenemos que encontrar nuevas fuentes con las cuales seguir alimentando la planta de proceso de Mina El Limón. Felizmente tenemos un equipo muy competente, muy dedicado y muy profesional que va a seguir evaluando las diferentes concesiones que tenemos para encontrar aquellos recursos que nos permitan extender la vida de las minas.
Entiendo que lo que se extrajera en Rancho Grande se iba a procesar en El Limón porque a la mina le queda poco tiempo de vida útil…
Sí, eso en primer lugar y creo que también era una preocupación nuestra aprovechar las instalaciones que tenemos ya en Mina El Limón, que son instalaciones seguras, instalaciones modernas y que iban a permitir por un lado tratar el mineral de Rancho Grande de manera segura y por otro lado iba a reducir los potenciales impactos en Rancho Grande, pero eso ya no es nuestra prioridad en este momento, estamos enfocándonos en qué es lo que vamos a hacer para el futuro.
¿Cuánto le queda de vida
a Mina El Limón?
En Mina El Limón tenemos reservas hasta el año 2017, inicios de 2018. Realmente es un horizonte que aún nos permite reaccionar pero que tenemos que tener, digamos, objetivos bien claros y hacer el trabajo muy cuidadoso para poder extender esa mina.
¿Cuántas concesiones más
tienen en Nicaragua?
Nosotros tenemos seis concesiones en Nicaragua, no incluye Rancho Grande. En el distrito minero de El Limón tenemos cuatro concesiones en el distrito minero de Santo Domingo, La Libertad, en Chontales, tenemos dos concesiones; 12 mil hectáreas en El Limón, 11 mil hectáreas en La Libertad, de estas seis concesiones dos están en producción, la otras están en exploración, vamos a priorizar tal vez nuestros trabajos ahí, pero es todavía tenemos que planificarlo con calma, pero pronto.
Se critica que es más lo que las
empresas mineras extraen que lo que aportan a las comunidades…
¿qué responde usted a eso?
Yo pienso que solo una convivencia cercana, una actividad en donde se desarrolla la actividad minera permite conocer el impacto. Tal vez desde Managua hay percepciones que no son ajustadas a la realidad, yo mencionaba que el impacto en la economía nicaragüense es enorme, de cada cien dólares en valor de exportación que nosotros generamos en nuestras minas, 73 dólares se quedan en la economía nacional. El 73 por ciento. El 24 por ciento (de ese 73 por ciento) son salarios para los nicaragüenses que trabajan aquí, somos grandes contribuyentes, somos de los principales consumidores de energía, de los cinco mayores consumidores de energía del país, esto genera una dinámica económica que beneficia a todo el Estado de Nicaragua, a todo el país… Nuestro aporte a la comunidad más allá del tema tributario ha sido de 25 millones en los últimos cinco años, entones yo creo que eso es una contribución bastante significativa que ha permitido transformar economías, transformar vidas… Hay una percepción que es, entiendo yo, producto de desconocimiento, ignorancia supina y que nos corresponde a nosotros tal vez salir y explicar, porque estas percepciones muchas veces son inexactas y demuestra un desconocimiento del impacto de esta industria, que en el caso de B2Gold es transparente, moderna, es responsable.
Así no es posible sostener una empresa, un negocio. No es posible, sobre todo en un contexto donde el precio de los metales son los más bajos de los últimos cinco años”.
Pablo Venturo, gerente país de B2Gold.
