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En la parroquia de Santa Elena de Pijibay existe consenso del buen comportamiento de dos de los tres campesinos declarados culpables por el asesinato de cinco policías. LA PRENSA/JADER FLORES

Denuncian tortura

Con precisión María Ercilia Martínez recuerda el 25 de agosto de 2015. A las 3:00 o 4:00 de la mañana 15 soldados y tropas especiales de la Policía rodearon su casa de madera en la comunidad de Santa Elena, a la orilla del río Pijibay, para apresar a su marido Juan de Dios Rodríguez, uno de los líderes de la Iglesia católica en la comunidad.

Con precisión María Ercilia Martínez recuerda el 25 de agosto de 2015. A las 3:00 o 4:00 de la mañana 15 soldados y tropas especiales de la Policía rodearon su casa de madera en la comunidad de Santa Elena, a la orilla del río Pijibay, para apresar a su marido Juan de Dios Rodríguez, uno de los líderes de la Iglesia católica en la comunidad.

Rodríguez es uno de los tres campesinos acusados por la Fiscalía General de la República y declarados culpables el viernes 23 de octubre de 2015 por ser los autores del asesinato de cinco policías, ocurrido el domingo 16 de agosto. Las tropas se llevaron también a su cuñado, Sotero Reyes, el líder religioso de más arraigo de la localidad, quien con su oficio de carpintero ha construido las casas de una parte de las familias que viven allá.

Lea a fondo: “Le metieron una cosa en la uña y se la despegaron”

El tercer detenido es Carlos García, morador de Santa Rosa, la comarca donde ultimaron a los oficiales y sobre quien pesan las acusaciones más graves de parte de las autoridades. Los tres confirmaron la presencia de armados en la zona y García dijo que acompañó a los armados obligado el día del crimen.

María Ercilia, la esposa de Rodríguez, denuncia que su esposo fue víctima de torturas. “Tu marido es un asesino, no lo vas a volver a ver”, le dijeron.

La mujer reconoció ante el juez que los autores del crimen pasaron buscando comida por su casa.

Le dijeron que iban hacia San Carlos, Río San Juan. Entre ellos iba Jerónimo Aguilar, a quien los policías asesinados llevaban apresado hasta el día de la emboscada.

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COMENTARIOS

  1. Hace 8 años

    Los torturadores son los mismos “técnicos” entrenados durante aquellos 10 años, y según la esposa de uno de los torturados, “le metieron una cosa en la uña y se la despegaron”. Probablemente con uno de los “instrumentos” diseñados durante la época de Gulag, y proveídos durante los entrenamientos. La mentalidad represiva, déspota, tiránica, y genocida siempre estuvo allí, en “los muchachos rebeldes”! Nadie lo quiso VER. Somoza fue un aficionado comparado con estos asesinos.

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