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La Academia Xtreme Combat está dentro del gimnasio Profitness. LAPRENSA/ LISSA VILLAGRA

Gladiadores de la vida

Es una pequeña casa y entre ellos son familia. En medio de un rectángulo a la orilla se postran los sueños, las esperanzas, las necesidades. Todos viven una vida feliz en la actualidad, han tenido la suerte de conocer el costo de la vida, valorar la realidad a través de un desdichado destino. Son 18 muchachos, unos con más nombre que otro, con los mismos sueños, mismos anhelos. Caminaron por la senda de la muerte, subieron su Himalaya y ahora en medio de unos sacos y lonas buscan brillar con su furia como toros salvajes.

Es una pequeña casa y entre ellos son familia. En medio de un rectángulo a la orilla se postran los sueños, las esperanzas, las necesidades. Todos viven una vida feliz en la actualidad, han tenido la suerte de conocer el costo de la vida, valorar la realidad a través de un desdichado destino. Son 18 muchachos, unos con más nombre que otro, con los mismos sueños, mismos anhelos. Caminaron por la senda de la muerte, subieron su Himalaya y ahora en medio de unos sacos y lonas buscan brillar con su furia como toros salvajes.

Existe la probabilidad que cuando escuchen artes marciales mixtas no les llame la atención. Sin embargo, más allá del deporte, estos jóvenes tienen una corona indeleble, escrita por el afán de haber tenido una metamorfosis milagrosa. De la mano de su profesor y amigo Alex Amador, el líder de la orquesta, que siente con orgullo tener a verdaderos gladiadores de la vida tales como: Leonardo “Chimmy” Morales, Julio “Kratos” Mejía, Erick Soza, Rudy Orue y demás muchachos.

“CHIMMY” LA FIGURA

Uno lo ve y no lo cree. Ha salido en televisión para toda Latinoamérica, ha sido protagonista en canales nacionales y es la máxima figura de las AMM en Nicaragua. “Chimmy” se convirtió en lo que todo luchador desea. Y no necesitó tener una familia estable, educación académica sólida, es más, surgió de la nada. Desde el fondo de la oscuridad, pasó desde los 14 a los 18 años en la drogas, alcohol y caminos turbios, pero ahora que tiene 22 años y no solo es un ejemplo para una sociedad necesitada, obvió sus orígenes y tinieblas vividas.

“Yo le hacía a todo. Bebía, fumaba marihuana y actualmente pienso: cómo pude desperdiciar tanto tiempo de mi vida. Conocí a mi esposa, entré a la academia Xtreme Combat y es hasta la fecha y me he mantenido intacto ayudando junto aAlex Amador, quien ha sido un mentor, a muchos jóvenes que veo reflejada mi historia en sus ojos”, indicó Morales, tímido pero seguro del ser humano que es hoy.

LA LUCHA DE “KRATOS”

Vive en San Benito y viaja diariamente hacia la Academia Xtreme Combat ubicada en la Plaza Cuba, Managua. “Kratos” tiene que madrugar para estirar los músculos y sabe que las batallas no se ligan fácilmente. Regresa a las 10:30 de la noche. Él es fuerte, tiene una coraza de acero contra todo y tiene un negocio de proteínas naturales llamadas Vikingo: “Dios me regaló esta proteína”, relata.

No siempre su vida fue de esa manera. A los 12 años empezó a consumir marihuana, él controlaba el barrio donde vivía en Villa Venezuela como líder de pandilla, pero el deporte y el Evangelio fueron el aliciente para dejar esas pisadas y cambiarlas por las del optimismo, el cambio radical de ser un estorbo para la sociedad, a un hombre que aporta al prójimo.

PELEAN POR SU FUTURO

Entre los 18 peleadores que pertenecen a la Academia están otros púgiles como Manuel Guzmán, originario de Nueva Segovia, a quien se le considera como un peleador en desarrollo. No obstante, él también hace pan para vivir. “Muchas veces me la he visto fea, pero aquí me han apoyado mucho”, relató.

Así las historias desfilan como la de Rudy Orue que a sus 26 años se encarga de sus padres, estudia Derecho en la Upoli y además de profesor, es un peleador profesional temido a nivel nacional.

Son las 6:00 p.m. y están en pleno entrenamiento. Hay patadas por todos lados, sudor saltando como la brisa, nadie se imaginaría que después de dos años y medio todavía sigan en pie. Alex Amador les enseña nuevas técnicas. Los corrige y hace que repitan los entrenamientos. “Varias veces he dudado si sigo, pero su hambre de lucha me motiva”, dice Amador.

Última hora AMM Chimmy deporte archivo

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