¿Quiere un empleo? Sea competitivo

Hace dos años Rosario López inició como pasante para una empresa de serigrafías, desde entonces la joven estudiante de Mercadeo y Publicidad en una universidad privada cuenta que le ha sido difícil encontrar un trabajo con remuneración.

Una vez finalizado ese período de preparación y aprendizaje en esa empresa, la joven de 21 años agrega que ha tocado muchas puertas, pero solo ha encontrado negativas. Y en lo que va de 2015 ha ido a cinco entrevistas en busca de una oportunidad que le permita demostrar a los empresarios de ese campo que aprendió lo suficiente para insertarse con eficacia en el .

“Ha sido un poco difícil. Solo te dicen que te ofrecen pasantías, pero luego te piden experiencia. Entonces no sé qué es lo que buscan y desde un inicio eso debería de quedar claro, porque al menos en mi caso, no me niego a aprender más, pero deben valorarse las iniciativas que un joven puede aportar”, expresa López.

La situación de esa joven que cursa su último año de preparación universitaria, no conoce ni procedencia ni condición económica y menos sexo, explica Rubenia Espinales, analista de atracción de talento de la empresa de servicios de recursos humanos Serper, quien señala que hay serios aspectos que los jóvenes deben mejorar de manera personal, más las debilidades en la preparación por parte de las casas de estudio.

Wilber Lechado, ingeniero industrial egresado de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), cuenta que el año pasado hizo pasantías en una empresa de bebidas, pero no logra encontrar un trabajo que le ayude a sostenerse económicamente por sí solo.

“Resulta que hay mucha gente buscando empleo y se hace difícil encontrar, pero llegamos con la esperanza a ferias de obtener uno”, expresó Lechado.

LA APUESTA EMPRESARIAL

Pero, ¿qué es lo que están buscando las empresas de los nuevos talentos laborales? ¿Qué aspectos pesan en una contratación? Espinales explica que las empresas están buscando personal que normalmente tenga experiencia, que cuenten con mayor preparación académica, ya sean posgrados o maestrías y que sean bilingües.

“El mundo laboral busca cada vez gente más competitiva, además de habilidades de liderazgo o que sepan dar respuesta inmediata ante situaciones de estrés, manejo de personal y que cumplan con las habilidades acorde al puesto”, dijo Espinales.

Según Ana Carolina Alfaro, coordinadora del programa Emprendedores Juveniles del Instituto Nicaragüense de Desarrollo (Inde), los profesionales deben contar con seis competencias laborales para que se desarrollen con mayor eficiencia: comunicación, trabajo en equipo, proactividad, creatividad, resolución de problemas y la relación aprender a aprender.

“Con estas competencias las empresas nicaragüenses consideran que logran tener un talento humano competitivo, por esta razón las personas interesadas en conseguir un empleo deben desarrollar dichas competencias o habilidades blandas (sociales)”, añadió Alfaro.

Claudia Urroz, asistente de reclutamiento de Casa Pellas, sostiene que buscan jóvenes con dinamismo para crear nuevas ideas, que sean innovadores y que puedan aportar para el bien de la empresa.

“Que sean muy proactivos dentro de la empresa, con ganas de hacer algo mejor. Que tengan valores morales, éticos, con deseos de superación e interesados en seguir estudiando y aprendiendo a hacer nuevas cosas”, manifestó Urroz.

NO TODO ES PREPARACIÓN ACADÉMICA

Para Urroz, tanto la preparación como las cualidades de la personalidad del individuo tienen peso en la selección de personal a contratar, más no niega que la proactividad goza de amplia simpatía entre las empresas que captan talento y donde el joven juega un rol determinante en la innovación de servicios.

Para Emma Tórrez, especialista en recursos humanos del organismo no gubernamental Compassion, explica que la actitud tiene mucho más peso que la calificación.
¿En qué sentido?, al momento de desempeñarse e identificarse con los valores de la empresa o la organización.

“Puedes tener dos personas, una muy bien calificada, pero con aspectos de personalidad que deben mejorar y otra con debilidades de formación y gran disposición para aprender, trabajar en equipo y mejorar, que frente al primer caso, es más viable porque con la debida capacitación se puede mejorar, mientras que incidir en la actitud es muy difícil”, agrega Tórrez.

Para Alfaro es recomendable que los jóvenes aprovechen durante su proceso de formación (secundaria, técnica y universidad) las oportunidades para poner en práctica las competencias antes señaladas a través de concursos de oratoria, debates, emprendimiento y contribuir con acciones locales en sus comunidades logrando un empoderamiento que contribuye a que sean capaces de realizar en el futuro tareas productivas de calidad en función de las necesidades de las empresas para las que laboran o dirigen.

“Los jóvenes deben tener claro que desarrollar competencias laborales los hace mucho más participativos y permite que conozcan del negocio donde están inmersos, se convierten por tanto, en un recurso humano multifuncional que busca el crecimiento tanto personal como organizacional”, dijo la coordinadora del programa Emprendedores Juveniles.

Para Rubenia Espinales, de Serper, una de las debilidades se centra en que muchos docentes universitarios por solo dedicarse a la enseñanza sin salir de las universidades, tienen vacíos que trasladan a los jóvenes y no los preparan para los ambientes debidos.

“Creo que las universidades están preparando solamente en la parte académica, pero no los preparan para la parte de la experiencia de vida. Vos los ves completamente fuera de lugar en la mayoría de ocasiones y el mercado laboral es muy competitivo”, dijo la especialista.

SE NECESITAN POLÍTICAS

Teresita Escotto Quesada, consultora para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y autora del estudio Las juventudes centroamericanas en contextos de inseguridad y violencia, Realidades y retos para su inclusión social, evidencia que en Centroamérica hace falta empleo digno para la juventud.

Aún así, valida esfuerzos de políticas públicas de juventud que están vigentes en la subregión (Centroamérica, incluyendo Nicaragua), que proponen estrategias o programas para hacerle frente a dicha situación.

Escotto plantea que al menos existe el interés de potenciar en Centroamérica la inserción laboral juvenil, promover la empleabilidad y habilidades para la vida o de una reinserción educativa.

“Se podría afirmar que estas estrategias estarían apoyadas por otras que dependerían directamente de los ministerios sectoriales correspondientes (educación, empleo y salud, entre otros).

Así al examinar políticas sectoriales de desarrollo e inclusión social en los países centroamericanos, se encuentran ejemplos de algunas dirigidas a mejorar la educación de la juventud y a promover su inserción laboral”, menciona entre las conclusiones del documento.

JUVENTUD EN CIFRAS

1.4 millones de jóvenes forman parte de la Población Económicamente Activa, según las estimaciones de la Encuesta de Empleo de 2011.

812,000 jóvenes en Nicaragua se encontraban en una situación laboral de subempleo, es decir, en un cargo o puesto inferior al que su capacidad le permitiría desempeñar en 2011 según el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inide).

935,000 jóvenes se concentraba en el Pacífico de Nicaragua, le sigue con 565,000 el Centro Norte del país y en menor proporción el Caribe de Nicaragua, con 267,000 jóvenes muestran las cifras del Inide.

OJO, JÓVENES

La elaboración del currículo y la entrevista presencial son dos aspectos que los jóvenes deben de cuidar con mucha más prudencia, dice Rubenia Espinales, analista de atracción de talento, pues cuenta que los profesionales en su presentación utilizan en ese documento fotografías de redes sociales y cuando se presentan ante los encargados de recursos humanos o bien los gerentes, llegan fuera de lugar solicitando “exorbitantes” salarios, sin ni siquiera contar con la experiencia requerida para las plazas oferentes.