A Costa Rica le estalló en su territorio una crisis humanitaria por el cierre de fronteras de Nicaragua y Costa Rica para uno 2 mil cubanos varados actualmente en Peñas Blancas, un problema migratorio regional del que todos los países de la ruta ya sabían y es más, este 2015 aceleró su crecimiento.
Primero por ese interés necesario de los ciudadanos de la isla, de escapar de un régimen que los ha mantenido hincados desde hace más de 5 décadas; y recientemente, ante el rumor de que Estados Unidos elimine la ley de ajuste cubano, también conocida como “pies secos, pies mojados”, que desde su promulgación en 1966 les permite ingresar y regularizar su condición migratoria en ese país con fines humanitarios.
Desde el año 2012 los países de la región comprendieron mejor una nueva ruta de migración que abarcaba Centroamérica. Para esa fecha, Costa Rica detectó a 50 ingresando desde Panamá, al año siguiente 2,500, para el 2014 fueron 5,600 y este año hasta antes del conflicto unos 13 mil.
El tránsito ha sido facilitado además, por la flexibilidad cubana de otorgar pasaportes para permitir la salida de sus connacionales; y otras aperturas migratorias de países como Panamá y Ecuador, este último el año pasado les eliminó como requisito la visa de ingreso.
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Así pues, los cubanos inician una travesía llena de peligros, abusos y hasta estafa con ayuda de traficantes de personas. Parten desde La Habana en avión a Ecuador y luego cruzan de modo irregular por tierra a Colombia. Llegan a Panamá en lanchas o barcos bordeando el Océano Pacífico, transitan por tierra en Centroamérica y México, y de ahí se las ingenian para cruzar a Estados Unidos. Algunos de ellos dicen puede ser en avionetas clandestinas.
Para comprender mejor la crisis que tiene varados a los cubanos en la frontera de Peñas Blancas, luego de ser expulsados de Nicaragua con la policía y el ejército por haber cruzado de modo ilegal, es preciso conocer la dinámica de las fronteras de Costa Rica con sus vecinos, en el contexto de un problema conocido por la región.
Al menos como se manejaba hasta antes del 10 de noviembre pasado, cuando la desarticulación de una banda de traficantes de personas visualizó más el problema.
LA PRENSA entrevistó a Kathya Rodríguez, Directora General de Migración y Extranjería de Costa Rica, quien hace una radiografía del problema hasta lo que conocemos hoy.
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Rodríguez asegura que Paso Canoas es una frontera con la característica similar a la de otras partes del mundo: Es demasiada porosa.
¿Cuando los cubanos llegan a Paso Canoas ¿qué solicitan? ¿Cómo se presentan? ¿Qué hace Costa Rica?
Son instruidos para que vayan directamente al puesto de migración en Paso Canoas para efecto de que se le cite a la policía (migratoria en San José), y de esa forma digamos ganarse, entrecomillas, un paso de Paso Canoas a San José. Ahora, esa citación (migratoria) es una citación policial, un parte policial cuando uno comete una infracción. Lamentablemente los traficantes venían haciéndole la expectativa a la gente que eso era como un pseudo salvoconducto, lo cual definitivamente nunca ha sido. Nunca se les ha dado un permiso como tal para ingresar a Costa Rica, lo que se les hace es una citación policial, un parte policial para iniciar el trámite de deportación, que es una cosa muy diferente. Esta citación es la que nos permite llevar la estadísticas que yo he compartido con todos ustedes de los últimos años, en 2013 son 2,500, en 2014 fueron 5,600 y ahora antes de todo esto 13 mil personas y que ya ahora vamos a sumar casi 13 mil.
Por eso es que tenemos esas estadísticas y tenemos exactamente los nombres de las personas a los que se les giró esa deportación. De esa cantidad de personas tan solo pudimos completar 780 deportaciones (a Nicaragua), precisamente porque la gente cumplía y se personaba con la citación en San José y hacíamos el trámite de deportación; o porque, tratando de evadir esa citación en San José eran interceptados ya sea por la Fuerza Pública u operativos de migración en carretera hacia Nicaragua.
Esa deportación se hacía a Nicaragua porque nuestra ley dice que las deportaciones son salidas involuntarias, salidas obligatorias para ponerlo de esa manera; es una sanción, se hace al país de origen o a un tercer país que los recibe; y durante todo este año nosotros veníamos teniendo una práctica consolidada con Nicaragua de que podíamos deportarlos hacia donde ellos, siempre y cuando nosotros hiciéramos un trámite legal y ese era el trámite con que ellos los recibían, les hacía su control migratorio y les emitía una visa para que ellos entraran a territorio nicaragüense, incluso cobraban una visa con montos que para esos efectos me parece es algo como de 80 dólares.
¿Por qué no eran deportados a Panamá, país por donde ingresaban?
Nosotros hemos tenido un pulso (una tercia) con Panamá, porque con Panamá no es una deportación, es un rechazo (la que se haría) porque precisamente ahí, sí uno observa físicamente que ellos sí están pasando por Panamá. Y figúrese que hemos tenido más de una confrontación a nivel de autoridades migratorias en el tanto Panamá desconoce cualquier responsabilidad sobre esas personas. Ellos dicen ya están en Cosa Rica, no tienen ningún sello de que hayan pasado por Panamá, nosotros no tenemos un registro de que hayan entrado por Panamá, de manera que a Panamá no les toca recibirlos. Hemos efectuado muy poquitos rechazos (migratorios de cubanos) a Panamá, pero el gran flujo ha quedado en territorio costarricense.
-Pero ya se entiendo que en ese proceso de dar citas los cubanos incumplían y continuaban su ruta irregular a Nicaragua y Estados Unidos. Es algo que ustedes sabían también, ¿será una complicidad entre los países de la región para permitir su tránsito y en este caso, de Costa Rica?
Nosotros como gobierno de Costa Rica no hemos en ningún momento negado que hemos conocido de este flujo, y que hemos conocido cuán difícil ha sido poderlo administrar de la manera que creemos que debe ser legal desde principio a fin. Eso en ningún momento lo hemos negado. Lo que sí tengo que rechazar rotundamente es el concepto de complicidad, porque complicidad es que nosotros abonamos a un objetivo, en este caso que estas personas sean trasladadas por traficantes rumbo a su ruta. Nosotros hemos cumplido con lo que la normativa costarricense permite, como le dije estamos hablando de seres humanos, no estamos hablando de mercancías, no estamos hablando de que si la mercancía se quedó varada en Paso Canoas métalo en una bodega y ahí la dejamos por un año o dos años.
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Si nosotros no les damos un ingreso aunque sea para un efecto de sanción, léase que la deportación es una sanción, no es un permiso de permanencia, entonces ¿qué hacemos con estas personas? Panamá tomó la decisión de cerrar sus fronteras, no aceptar devueltas pese a que fue por su territorio que recién acababan de pasar y entonces ahí no se hizo nada al respecto.
Anteriormente, le estoy hablando de 2012, nosotros empezamos a recibirlos en la frontera, montarlos en nuestras busetas, traerlos a San José, pero esa dinámica no es sostenible, nosotros no tenemos los recursos suficientes. Y además, tome en cuenta que si nosotros en una acción de deportación hacia el país de origen nos complica el regreso de sus nacionales, como en este caso Cuba que no acepta que les devolvamos a su gente, no fue sino hasta lograr tener esta práctica y acuerdo con Nicaragua de usar la vía de deportación para que por la vía legal puedan salir de nuestro territorio y a su vez, Nicaragua de usar la vía de la deportación para que por la vía legal salieran de su territorio. Nicaragua consecuentemente hacía una recepción legal, no sé qué otra alternativa tiene la gente en la cabeza para este tipo de cosas.