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José Pallais Arana

No a la última ratio

La paz interna, la estabilidad y la seguridad de una nación únicamente pueden garantizarse si la población logra asegurar su vida en democracia, con plena libertad, respeto absoluto de sus derechos humanos y protección judicial para todos.

Cuando los ciudadanos se ven impedidos de ejercer su soberanía mediante su voto en elecciones libres, justas y transparentes y el sistema político no se fundamenta en el imperio de la ley prevaleciendo la desigualdad, la arbitrariedad y el abuso en el ejercicio del poder, es imposible garantizar la convivencia pacífica de los ciudadanos, ni la calma o predictibilidad necesaria para el desarrollo y progreso de un país.

Solo un gobierno legítimo, reconocido por todos como producto del voto de la mayoría puede ser factor de estabilidad; solamente si los actores políticos y sociales establecen un compromiso común se hace efectivo el principio de la lealtad democrática asegurando que nadie deba verse compelido a recurrir a la fuerza o a la desestabilización para acceder al poder.

Las disputas políticas pueden y deben existir en un ambiente de tolerancia, respetando el derecho a opinar, movilizarse e incluso a protestar, esa es la vida en democracia como garantía de la paz cuando todos nos sentimos realizados con la práctica de valores que engrandecen a la nación.

La profusión de leyes represivas con una alta concentración del poder no garantizan la seguridad y menos aún la existencia de un ejército y de una policía autoritaria y politizada, ni siquiera la creación de un organismo de inteligencia omnipresente al mejor estilo de las SS de Adolfo Hittler.

La represión se asimila al abuso de las drogas quienes caen en la adicción cada vez requieren de mayores dosis para su autosatisfacción, hasta que el abuso constante acaba con el inicialmente feliz consumidor.

Entender las anteriores reglas básicas es el único camino viable y sin trauma a una Nicaragua mejor, quienes deseamos una sociedad próspera estamos obligados a luchar por las condiciones necesarias para que las personas puedan desarrollarse plenamente.

Cuando los ciudadanos sienten que se le ha violentado todos sus derechos se ven compelidos a recurrir a su última ratio populus: “el derecho a la rebelión”, que en algunos casos se transforma en la única vía para restablecer la vigencia de los derechos humanos.

Los ciudadanos que ante la negación de sus derechos, la falta de atención o de respuesta a sus aspiraciones sociales, la inexistencia de canales de diálogo con la autoridad, recurren a la protesta en sus diferentes formas, manteniéndola aún a costa de su libertad, de su integridad y de su propia vida, están apostando fuertemente para la paz en Nicaragua.

Luis XIV y sus sucesores en Francia como otros monarcas absolutistas en Prusia y España comprendieron que la última ratio regum con que bautizaron sus piezas de artillería es inútil para alcanzar la tan ansiada estabilidad, la fuerza del argumento real a través de sus cañones, igualmente aporta éxitos iniciales pero genera una reacción más poderosa que termina destronando al soberano.

En las actuales circunstancias en que el gobierno se pretende blindar con leyes e incremento de efectivos militares y policiales para aumentar su capacidad de represión, los ciudadanos comprometidos con la búsqueda de la paz y la democracia debemos persistir en nuestros reclamos revestidos de valor, sin caer en la trampa de la violencia y seguros que solo la resistencia pacífica y la defensa cívica de nuestros derechos pueden asegurarnos que nuestra historia no repita sus trágicos ciclos de guerra y paz.

El autor es abogado.

Opinión derechos humanos elecciones libres libertad archivo

COMENTARIOS

  1. Luis alemán
    Hace 8 años

    Pero de que sirve escribir bonito si igual van a las elecciones. Para hacerle el juego a Daniel ni

  2. ramon
    Hace 8 años

    El ejercito y policia son de Nacion,no de grupusculo alguno,nunca volvera ese tiempo a Nicaragua en q’el ejercito y policia defendian a familia alguna,ya Nicaragua pago un alto precio pa salir de ese orrendo sistema de hacienda,donde el dueno de la esta con la ayuda de estos organos de seguridad ejercia poder

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