Quizá la más grande batalla, a la que debemos imponernos, no es la que nos presenta nuestro entorno, sino la que emerge de nosotros mismos y nuestras contradicciones.
¿Qué habría sido de Denis Martínez sin la pausa a la que le obligó el alcoholismo? ¿Se habría impulsado David Green hacia las estrellas si se hubiera alejado de las adicciones?
No lo sabemos, pero probablemente estaríamos hablando de dos nicas del Salón de la Fama. Quizá. Por fortuna, Denis logró zafársele al alcohol y relanzar su carrera.
¿Qué pasará con Everth Cabrera? Antes de valorar sus escenarios deportivos hay que hacer votos por su recuperación total. En este momento, eso es lo esencial.
Everth sigue siendo tratado por dificultades que se han acentuado tras desórdenes personales motivados por sus adicciones o al revés.
El punto es que Cabrera enfrenta una situación muy difícil, en la que más que las críticas, requiere de nuestro apoyo, que puede manifestarse de múltiples formas.
Y aprovecharé este momento para expresarle a Cabrera y su familia la gratitud que siento, no solo por las emociones que nos regaló, sino también por su ejemplo.
Antes de esta dificultad Cabrera no solo se mostró como un chavalo inteligente, talentoso y corajudo, sino también solidario y cercano de todas las personas.
A sus 29 años seguro le quedan hits por conectar, pelotas por atrapar y bases por robar, pero por ahora lo más decisivo es su salud y ahí está centrado su esfuerzo.
Su huella en la historia del beisbol no será borrada por este episodio que espero sea temporal, pero es triste suponer que corre el peligro de haber puesto el punto final.
Cabrera necesita de todos, pero esencialmente de él mismo y su voluntad.