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Guillermo E. Miranda

Los argentinos lo hicieron bien

En el colmo de la prepotencia y la soberbia, Cristina Fernández de Kirchner lanzó un reto que los argentinos hicieron suyo, el reto fue: si no les gusta mi modelo de gobierno armen un partido y ganen las elecciones, y eso fue precisamente lo que hicieron el pasado domingo 22 de noviembre, de la mano de Mauricio Macri, un liberal que prometió enterrar la corrupción y el populismo de su país, así como el maridaje que la presidenta Cristina Kirchner mantiene con el gobierno socialista de Venezuela.

No me cabe la menor duda que con el resultado de las elecciones, el lunes 23 de noviembre los argentinos amanecieron al día siguiente con la esperanza de un futuro mejor.

Lo que hace esperanzador el futuro democrático de Latinoamérica con este triunfo, es el compromiso adquirido de Mauricio Macri con la democracia de su país y con el apoyo a la democracia de los pueblos americanos que hoy sufren bajo la bota de gobiernos totalitarios. Sus palabras de que no dudaría en invocar la Carta Democrática Interamericana si el régimen de Nicolás Maduro se atrevía a burlar el voto de los venezolanos, además de que solicitaría la suspensión de Venezuela del Mercosur por sus abusos contra la democracia, son promesas de campaña que muy pronto las veremos convertirse en realidad, si Maduro y sus compinches cometen fraude en las elecciones parlamentarias del próximo 6 de diciembre.

Para los que puedan preguntarse qué tiene que ver el triunfo de un demócrata liberal en Argentina con nosotros, mi repuesta es mucho. Permítanme recordarles la frase de Margaret Thatcher, ex primera ministra de Inglaterra cuando dijo: El socialismo fracasa cuando se les acaba el dinero de los demás. Y Venezuela, un contribuyente de este gobierno de quinientos millones de dólares anuales, está pasando por su peor crisis económica y política y todo indica que sucumbirá a los nuevos aires de cambio que soplan sobre nuestro continente.

Solo una cosa puede mantenernos alejados de esos nuevos vientos y esa cosa se llama zancudismo. Me refiero al zancudismo que practican la casi totalidad de los partidos que se dicen opositores, pero que en realidad son los que hacen posible la sobrevivencia del gobierno totalitario que padecemos.

Pero no me quiero quedar en el análisis de las consecuencias del triunfo de Mauricio Macri, ni en el simple señalamiento de la pobreza opositora que nos ha impedido hasta ahora estructurar una oposición beligerante. Mi consejo o recomendación es que dejemos de pensar en una unidad con agrupaciones políticas comprometidas hasta los tuétanos con el orteguismo, me refiero específicamente al Partido Liberal Constitucionalista (PLC) y al Partido Liberal Independiente (PLI). El primero entregó íntegro su ejército de fiscales en las elecciones del 2011, permitiéndole al partido de gobierno ajustar los números a conveniencia y del segundo ya sabemos por boca de su candidato a vicepresidente lo que privó en la aceptación de los resultados que el mundo entero no avaló. Esos aliados no los necesitamos.

Si queremos enfrentar las próximas elecciones con la seguridad del triunfo de la democracia, sacudámonos primero las sanguijuelas que tenemos disfrazadas de opositores. Solo así podremos aspirar a emular lo que acaban de lograr los argentinos, de la mano de un hombre emprendedor, visionario y con el coraje suficiente de hacer respetar nuestro voto.

El autor es analista político.

COMENTARIOS

  1. El Observador
    Hace 8 años

    Realmente es un análisis interesante el que hace el señor Miranda, que debería ser tomado como una crítica sana al sistemas de oposición que se practica actualmente. Ojalá surgiera un elemento confiable que pueda aglutinar a esa masa de votantes que han perdido la fe en sus líderes, que realmenten ya no lideran nada. Sin duda hay personas con grandes cualidades dentro de la sociedad nicaragüense, el problema es, como motivarlos para que asuman el reto, porque hay que estar claros de los riezgos y sacrificios que eso implica.

    ¿Será popsible encontrar una nueva Violeta Barrios de Chamorro, capaz de unificar toda esa masa dispersa y desmotivada? Un nombre viene a mi mente, pero esperaré a ver si alguien lo sugiere en esta página.

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