Si emprender un negocio en la ciudad es complejo y demanda sacrificios, imagínese intentarlo en una comunidad que carece del servicio de electricidad y está ubicada a unos noventa kilómetros del poblado con movimiento comercial más cercano. Pero estos obstáculos adicionales a los que enfrenta cualquier emprendedor, no impidieron que Genaro Flores Rodríguez, en su afán por dar valor agregado a la leche que produce su ganado se convirtiera en empresario.
Actualmente su planta procesadora La Fe, ubicada en la comunidad Buenos Aires del municipio de Bocana de Paiwas, en la Región Autónoma del Caribe Sur (RACS), procesa unos ochocientos litros diarios de leche. Esa transformación le permite colocar semanalmente unos quince quintales de queso en el mercado salvadoreño; y en el mercado local unas ochenta libras de crema cada día.
Además, ofrece empleo permanente a tres personas y uno parcial a otra que cubre el turno de uno de los empleados que estudia los fines de semana y los días de descanso del personal.
Y aunque sus exportaciones se hacen a través de intermediarios, no descarta que algún día pueda realizarlas directamente. Es por ello que entre sus proyectos inmediatos está la construcción de una bodega de concreto con todos los requerimientos necesarios para obtener una certificación para exportar.
Pero el éxito actual no fue fácil alcanzarlo, en más de una ocasión estuvo cerca de desistir ya que carecer de un mercado cercano para comercializar sus productos le generaba perjuicios. Para llegar desde su finca a Río Blanco —el lugar más cercano donde puede vender el queso— debe recorrer cerca de noventa kilómetros, la mayoría de trocha, y cruzar varios ríos que en época lluviosa impiden el tránsito.
Eso muchas veces lo llevó a pensar que era mejor incluso dejar de ordeñar sus vacas, porque la inversión que realizaba en el procesamiento del queso elevaba las pérdidas. Además, tampoco conocía las técnicas adecuadas para garantizar la inocuidad y durabilidad del queso ante la ausencia de refrigeración.
“La verdad es que hace un año estaba en la mira de desaparecer, incluso la planta se estaba cayendo y ya no tenía ganas de trabajar ni dinero para invertir en mejoras. Sentía que el negocio que había promovido en los últimos años para procesar la leche que me daban mis s vacas había fracasado”, afirma Flores.
Sin embargo, justo en ese momento llegó a la comunidad el proyecto Ganadería Empresarial (Gane), que ejecuta la organización TechnoServe para fortalecer las capacidades de las micro, pequeñas y medianas (mipymes) lecheras.
“Se le orientó cambiar todo. Transformar el edificio porque era de madera y estaba podrido y no brindaba las condiciones de higiene que requiere una planta de procesamiento. También descremar un porcentaje de la leche para evitar que el queso se oxidara, y equipar al personal”, detalla Donald José Villarreal, especialista en procesamiento y calidad del programa Gane.
Ahora la planta posee equipos de acero inoxidable, parte de sus paredes son de concreto y el resto de malla para garantizar iluminación natural. El piso es de cemento, tiene pilas de tratamiento para el agua que utiliza, cuenta con un área de recepción de leche en la parte externa ya que solo se permite el ingreso al personal, que tiene el equipamiento requerido. La planta está aislada del resto de la finca por un muro perimetral que impide que se acerquen los animales domésticos.
ESFUERZO TIENE RÉDITOS
Haber elevado la calidad incrementó la demanda, por lo que ahora procesa también la producción de otros quince ganaderos de la zona. Descremar un porcentaje de la leche que procesa le proporciona unas ochenta libras de crema que entrega diariamente en la comunidad Banderitas (a unos 25 kilómetros de su finca). El queso, al tener un menor porcentaje de grasa, mejoró su calidad y tiempo que puede permanecer sin refrigeración. Esto atrajo a un acopiador que lo recoge en la planta cada viernes para luego enviarlo al mercado salvadoreño.
Los ingresos de Flores se elevaron: la crema que vende a treinta córdobas por libra le genera unos 2,400 córdobas diarios que Flores considera “ganancia neta”. El queso, aunque tiene un precio variable, lo vende a unos 34 córdobas por libra y le generan unos 45,000 córdobas mensuales.
“Estas ventas me han permitido invertir en el último año unos 125,000 córdobas y en los próximos meses vamos a continuar con la construcción de la bodega y otras mejoras. Y lo bueno es que no he tenido que vender ni un ternero para esto, todo ha salido de las ventas (de leche y derivados)”, apunta Flores.
Se espera que en la temporada alta de producción lechera que inicia en enero, el acopio y procesamiento de la planta La Fe se eleve a unos 1,500 litros diarios, ya que el acopiador de queso está dispuesto absorber una mayor producción y hay otros compradores interesados en el producto.
CONTACTO
La planta de procesamiento La Fe está ubicada en la comunidad Buenos Aires del municipio de Bocana de Paiwas, en la Región Autónoma del Caribe Sur (RACS). Se puede obtener información a través de los números telefónicos 7740-8218 y 8210-4804